onathan Schanzer
3rd August 2012 - The Weekly Standard 
 
Kofi Annan renuncio ayer como el Enviado de las Naciones Unidas y Liga Arabe a Siria despues de no poder traer un fin a la violencia intestina que ha estado arrasando en Siria desde la primavera pasada.
Que Annan fallara no debe ser una sorpresa. Su defecto es el fracaso: Sea que fue el profeso fracaso de Annan en advertir que su propio hijo estaba beneficiandose del escandalo de Petroleo por Comida en Irak, el fracaso en evitar un genocidio en Ruanda, o el fracaso en evitar el asesinato masivo en Srebrenica.
Por supuesto, Annan no comenzo la guerra en Siria, pero quizas el empeoro las cosas legitimizando a Bashar al-Assad como un socio igual en su plan de paz, a pesar del rol directo de Assad en la matanza de miles. Annan hizo las cosas mas desastrosas aun trayendo a Iran como un interlocutor, aun cuando el mundo busco aislar a los mullahs por su programa nuclear, por no mencionar su apoyo letal para el regimen en Damasco.
Al final, las metidas de pata de Annan contribuyeron significativamente a un estancamiento prolongado y letal desde el 23 de febrero al 31 de julio, la extension de su mandato.
La cantidad de muertos en Siria durante el tiempo de Annan como enviado fue precisamente de mas de 13500, de acuerdo con el sitio Martires Sirios, el cual registra la cantidad de muertos en mas de 22000 hasta la fecha.
Annan, de hecho, ya se ha embarcado en una operacion de prensa completa para pulir su legado. Desde su frase de despedida en el
Financial Times al reciente perfil en el Washington Post, Annan esta intentando depositar la culpa por su mas reciente desastre en los pies de otros.
Cierto, Siria no fue un desastre de su hechura. Pero eso no significa que el deba ser exonerado. Mientras el seguia su errado plan de paz– el plan que dio a los lideres mundiales una excusa conveniente para refrenarse de evitar mas violencia en Siria – mas de 13500 personas perdieron sus vidas.