Una cultura que celebra el secuestro no es apta para la condicion de estado.
Fuente: The Wall Street Journal- Traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba
por Bret Stephens
30/6/14
En marzo del 2004 un adolescente palestino llamado Hussam Abdo fue marcado por soldados israelies como comportandose sospechosamente mientras se aproximaba al puesto de control de Hawara en la Margen Occidental. Cuando se le ordeno a punta de pistola que levantara su sueter, el chico sobresaltado expuso un chaleco suicida cargado con cerca de
20 libras de explosivos y trozos de metal, construido para maximizar la carniceria.
Un video tomado por un periodista en el puesto de control capturo la escena mientras a Abdo le eran dadas tijeras para liberarse el mismo del chaleco, el cual habia sido atado apretado a su cuerpo en la esperanza que no tendria como ser retirado. El ha estado en una prision israeli desde entonces.
Abdo ofrecio un retrato de un atacante suicida como un hombre joven. El tenia una discapacidad intelectual. El era hostigado por los compañeros de clase que lo llamaban "el enano espantoso." El venia de una familia relativamente acomodada. El habia sido atraido hacia el atentado solo la noche anterior, con la promesa de sexo en el mas alla. Su familia estaba indignada que el habia sido reclutado para el martirio.
"Culpo a los que le dieron el cinto explosivo," dijo Tamam, su madre, al Jerusalem Post, del cual yo era entonces el editor. "El es un niño pequeño que no puede siquiera cuidarse a si mismo."
Sin embargo, cuando se le pregunto como se habria sentido si su hijo hubiese sido un poco mayor, ella agrego esto: "Si el tuviera mas de 18, eso habria sido posible, y yo podria incluso haberlo alentado a hacerlo." En el Occidente, la mayoria de las madres estarian aliviadas si sus hijos se abstuvieran meramente de hacerse un mal tatuaje antes de cumplir los 18 años.
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He pensado a menudo en la Sra. Abdo, y estoy pensando en ella hoy en las noticias que los cuerpos de tres adolescentes judios, secuestrados el 12 de junio, han sido encontrados cerca de la ciudad de Hebron "bajo una pila de piedras en un campo abierto", como lo dijo un portavoz del ejercito israeli. Eyal Yifrach, 19, Gil-Ad Shaar, 16, y Naftali Fraenkel, 16, tenian sus vidas enteras por delante. Las vidas de sus familias estaran heridas o incapacitadas por siempre, por la angustia.
Que hay de sus asesinos? El gobierno israeli ha identificado a dos sospechosos principales, Amer Abu Aysha, 33, y Marwan Qawasmeh, 29, ambos activistas de Hamas. Ellos tienen derecho a la presuncio de inocencia. Menos inocente fue la opinion ofrecida por la madre del Sr. Abu Aysha.
"Ellos estan arrojando la culpa sobre el al acusarlo de secuestro", dijo ella al noticiero de Canal 10 de Israel. "Si el cometio el secuestro, estare orgullosa de el."
Es el mismo sentimiento que escuche expresado en el año 2005 en el campamento de refugiados de Jabalya cerca de Ciudad Gaza por parte de una mujer llamada Umm Iyad. Una semana antes, su hijo, Fadi Abu Qamar, habia resultado muerto en un ataque contra el cruce fronterizo de Erez a Israel. Ella estaba vestida en luto pero su estado de animo era alegre mientras celebraba la "operacion de martirio" de su hijo. El tenia apenas 21 años.
Aqui va mi pregunta: Que tipo de sociedad produce tales madres? De donde salen las mujeres que animan a sus chicos a inmolarse o a asesinar a los hijos de sus vecinos?
Los liberales occidentales bien intencionados pueden preferir no preguntar, porque al menos algunas de las respuestas concebibles pueden alterar el cliche confortable que todos los seres humanos pueden relacionarse en algun nivel, cualesquiera sean las diferencias culturales. O ellos pueden acusarme de recoger algunas anecdotas perdidas y tratarlas como determinantes, como si yo fuera el unico periodista occidental en encontrar la realidad inquietante de una sociedad hundida en una cultura de odio. O ellos pueden afirmar que estoy ignorando el sufrimiento de las mujeres palestinas cuyos hijos inocentes han muerto a manos de los israelies.
Pero no estoy ignorando ese sufrimiento. Matar a personas inocentes en forma deliberada es odioso, matarlas accidentalmente o "colateralmente" es, como minimo, tragico. Aun no conozco a la madre israeli que quiera criar a sus chicos para que se conviertan en secuestradores o asesinos—y que no este temerosa de decir eso a los periodistas que la visitan.
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Debido a que todo lo que sucede en el conflicto palestino-israeli esta destinado a ser el tema de especulacion politica y analisis noticioso, es facil perder de vista la cruda dimension humana. Asi sucede con el asesinato de los chicos: Cuan lejos ira Israel en su represalia? Que significa eso para el futuro de la coalicion entre Fatah y Hamas? Que hay del proceso de paz, tal como es?
Estas preguntas son una distraccion de lo que debe ser el punto principal. Tres chicos desaparecieron una noche, y ahora sabemos que se han ido. Al menos, sus familias tendran una sensacion de fin y un lugar para llorar. Y los israelies sabran que son una nacion que no deja una piedra sin dar vuelta para encontrar a sus hijos desaparecidos.
En cuanto a los palestinos y sus inveterados simpatizantes en el Occidente, tal vez ellos deban notar que una cultura que muy a menudo celebra abiertamente el martirio y asesinato no es apta para la condicion de estado, y que poner excusas para esa cultura solo la hace menos apta. La Alemania de posguerra se coloco a traves de un proceso de rehabilitacion moral que comenzo con un reconocimiento de lo que habia hecho. Los palestinos que quieren un estado deben hacer lo mismo, comenzando por las madres.
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