Eyal, Gil-Ad y Naftali fueron asesinados por personas que creian en la muerte.
Fuente: Arutz Sheva- Traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba
Por Rab. Dr. Jonathan Sacks
30/6/14
Esta Shabat pasado leimos la perasha de Jukat con su mandamiento casi incomprensible de la vaca roja cuya mezcla con el "agua viva" purificaba a los que habian estado en contacto con la muerte para que pudieran ingresar al Mishkan, hogar simbolico de la gloria de Di-s. Casi incomprensible pero no completamente.
La mitzvah de la parah adumah, la vaca roja, fue una protesta contra las religiones del mundo antiguo que glorificaban la muerte. La muerte para los egipcios era el reino de los espiritus y los dioses. Las piramides eran lugares donde, se creia, el espiritu del Faraon muerto ascendia al cielo y se unia a los inmortales.
Lo unico muy sorprendente sobre la Torah y el Tanaj en general es su silencio casi total sobre la vida despues de la muerte. Creemos en ella profundamente. Creemos en el olam haba (el mundo por venir), Gan Eden (paraiso), y en tejiat hametim (la resurreccion de los muertos). Aun asi el Tanaj habla sobre estas cosas solo escasamente y por alusion. Por que?
Porque un enfoque muy intenso en el cielo es capaz de justificar todo tipo de maldad sobre la tierra. Hubo una epoca en que los judios fueron quemados en la hoguera, a fin de salvar sus almas inmortales, asi decian sus asesinos. Toda injusticia sobre la tierra, todo acto de violencia, incluso los ataques suicidas, pueden ser defendidos teoricamente sobre los fundamentos que la justicia verdadera esta reservada para la vida despues de la muerte.
Contra esto protesta el Judaismo con cada tendon de su alma, toda fibra de su fe. La vida es sagrada. La muerte contamina. Di-s es el Di-s de la vida a ser encontrado solo consagrando la vida. Incluso al Rey David le dijo Di-s que no le seria permitido construir el Templo debido a que dam larov shafajta, “has derramado mucha sangre.”
El Judaismo es supremamente una religion de vida. Esa es la logica del principio de la Torah que los que tuvieron siquiera el mas ligero contacto con la muerte necesitan purificacion antes de poder entrar al espacio sagrado. La parah adumah, el rito de la vaca roja, entrego este mensaje en la forma mas drastica posible. Decia, en efecto, que todo lo que vive – incluso una vaca que nunca cargo el yugo, incluso roja, el color de la sangre, la cual es el simbolo de la vida – puede un dia convertirse en ceniza, pero esa ceniza debe ser disuelta en las aguas de la vida. Di-s vive en la vida. Di-s nunca debe ser asociado con la muerte.
Eyal, Gil-Ad y Naftali fueron asesinados por personas que creian en la muerte. Muy a menudo en el pasado los judios fuimos victimas de personas que practicaban el odio en el nombre del Di-s del amor, crueldad en el nombre del Di-s de la compasion, y asesinato en el nombre del Di-s de la vida. Es sorprendente hasta las mismas profundidades de la humanidad que esto todavia continue hasta este dia.
Nunca hubo un contraste mas acentuado que, por un lado, estos jovenes hombres que dedicaron sus vidas al estudio y a la paz, y por el otro lado la revelacion que otros jovenes hombres, inclusive de Europa, se han radicalizado en la violencia en el nombre de Di-s y estan ahora cometiendo asesinato en Su nombre. Esa es la diferencia entre una cultura de vida y una de muerte, y esto se ha convertido en la batalla de nuestra epoca, no solo en Israel sino en Siria, en Irak, en Nigeria y otras partes. Sociedades enteras estan siendo despedazadas por personas que practican la violencia en el nombre de Di-s.
Contra esto nunca debemos olvidar la simple verdad que los que comienzan practicando violencia contra sus enemigos terminan cometiendola contra sus compañeros de credo. El veredicto de la historia es que las culturas que rinden culto a la muerte, mueren, mientras que las que santifican la vida, siguen viviendo. Ese es el motivo por el cual el Judaismo sobrevive mientras que los grandes imperios que buscaron su destruccion fueron destruidos.
Nuestras lagrimas van con las familias de Eyal, Gil-Ad y Naftali. Estamos con ellos en el dolor. Nunca olvidaremos a las jovenes victimas ni aquello por lo que vivieron: el derecho que todos sobre la tierra deben gozar, a vivir una vida de fe sin temor.
Bila hamavet lanetzaj: “Que El destruya la muerte para siempre, y que el Señor Di-s enjugue las lagrimas de todas las caras." Que el Di-s de la vida, en cuya imagen somos, enseñe a toda la humanidad a servirlo santificando la vida.
Rab. Dr. Sacks fue Gran Rabino de las Congregaciones Hebreas Unidas del 1991-2013 y miembro de la Casa de los Lores desde el año 2009. El ha escrito muchos libros sobre pensamiento judaico, aparece regularmente en los medios de comunicacion britanicos.
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