viernes, 2 de julio de 2010

LA SOLUCION DE CINCO ESTADOS

By DANIEL GORDIS
06/25/2010

Por fin, aunque con años de retraso, los israelíes se despertaron esta semana dandose cuenta que nos enfrentamos a una nueva amenaza existencial. Sí, hicieron falta 100.000 "Hombres de Negro" en el centro de Jerusalén para hacer una observación, pero finalmente, lo conseguimos. Tan peligrosas como son la deslegitimación de Israel y el espectro de un Irán nuclear, Israel no es menos amenazada por una creciente población de fundamentalistas religiosos que insisten en el derecho a la discriminación racial en sus escuelas y que rechazan categóricamente la legitimidad y la autoridad del Supremo Tribunal de Justicia. Rechazan, en otras palabras, la idea de un estado "judío y democrático".
Hay más, por supuesto, incluyendo su tratamiento a los sefardíes (incluso sefardíes ultraortodoxos), la actitud a menudo despreciable hacia las mujeres en sus comunidades, su tendencia hacia la violencia (cuando se irritan, atacan a trabajadores de la ciudad, agentes de policía e incluso al rabino jaredí quien instó a los padres de familia sefardíes a ir a la Corte Suprema) y, lo más obvio, que no estaban dispuestos a compartir la carga de la defensa de este país.
Este cáncer amenaza con destruir todo lo que hemos construido. Sí, eso es una metáfora dura, pero es apta. Como Dan Ben-David, del Centro Taub ha demostrado, a pesar de su estabilidad económica actual, el Estado de Israel es simplemente insostenible económicamente si las cosas continúan de esta manera. Salvo un cambio dramático en la política, el país se hundirá bajo el peso de estas "células" jaredis que drenan la energía de lo mejor del organismo. No hay nada inherentemente malo en una célula cancerosa, le tememos sólo porque mata al organismo que desesperadamente deseamos preservar. Los jaredim tienen todo el derecho a vivir como quieran, pero eso no quiere decir que debemos permitir que destruyan el país que hemos construido a un costo tan grande en el último siglo.
LA PREOCUPACION de la semana pasada sugiere que la mayoría de los israelíes creen que no hay mucho que podamos hacer. No estoy de acuerdo. Con disculpas a Jonathan Swift, ofrezco la siguiente propuesta modesta para nuestra consideración colectiva.
Los que argumentan que la solución de dos estados no funcionará tienen razón. No necesitamos una solución de dos Estados, sino una solución de cinco estados.
1. Hamastán sera creado en el territorio ahora conocido como la Franja de Gaza, y sera gobernado por las mismas personas que ya lo manejan. Al igual que Irán y Corea del Norte, Hamastán sobrevivirá gracias a su fuerza y al uso del terror, hasta que sus ciudadanos se rebelen. Sus fronteras son ya reconocidas internacionalmente. Ya tiene una bandera, y simpatía internacional en abundancia.
Sí, es escaso en muchas otras materias primas, por lo que uno supone que mientras Israel continúe bloqueandolo (porque permanecera juramentado a la destruccion de Israel), tendrá que continuar permitiendo que entre ayuda humanitaria masiva, ya sea por mar o por tierra. Pero tal vez Egipto abrirá sus fronteras y deje que los productos fluyan desde el sur. Después de todo, no es como si Hamastán prestará juramento sobre la destrucción de Egipto. En Hamastán, en resumen, solo habra cambios de nombre.
2.Fatahlandia, en cambio, surgirá de lo que hoy es Cisjordania, o Judea y Samaria. Este, también, por suerte ya tiene una bandera. Podría convertirse en una democracia, aunque probablemente una coja como mucho, teniendo en cuenta el expediente de los palestinos de crear instituciones transparentes y democráticas. Es cierto que puede ser una grata sorpresa, y su democracia podria florecer. Igualmente es posible, sin embargo, es que, en ausencia de Israel esforzandose en apuntalar el andamiaje de sus líderes inclinados democráticamente, Fatahlandia podría caer en la dictadura. El jurado está deliberando, pero sea que Fatahlandia sea democratico o solo otra versión del brutal régimen de Hamastán realmente no seria el problema de Israel.
Afortunadamente, aunque Fatahlandia empiece como un régimen despótico, sin embargo, eso con el tiempo podría cambiar. Porque como estadounidenses, como John Adams y sus compatriotas supieron, como millones de ciudadanos de la antigua Unión Soviética aprendieron y los Sionistas antes de mayo 1948 entendieron bien, tui puedes ganar la libertad cuando la deseas lo suficientemente mal y estas dispuesto a arriesgarte - y a veces a morir - por ello. Tal vez los fatahlandianos realmente anhelen lo suficiente la libertad como para estar dispuestos a morir por ella. Ellos han demostrado que hay aquellos de ellos dispuestos a morir para matarnos; ahora veremos si ellos están dispuestos a morir para que liberarse.
3. Palestina será el país de los árabes israelíes de hoy. Cada vez más, los árabes israelíes son totalmente ambiguos sobre el hecho de que rechazan la idea de Israel como estado judío. Adalah es sólo uno de los grupos de defensa de arabe-israeli que han pedido abiertamente poner fin al carácter judío del Estado de Israel. Y los ciudadanos de Umm el-Fahm, los ciudadanos árabes israelíes que se amotinaron después del incidente reciente de la flotilla, continuan dejando en claro que quieren un tipo diferente de gobierno. Es hora de darles uno. A pesar que sus fronteras tendrían que ser negociadas, Palestina se basaría en el "Triángulo" de la Galilea, donde ese sentimiento es más fuerte. Y tendríamos que encontrar la manera de manejar los otros bolsones de ese sentimiento, que no son geográficamente contiguos con el Triángulo.
Palestina probablemente sería democrático. Simplemente sería liberado del régimen opresivo judío que no puede soportar, y sería libre de trazar su propio curso. Y sorprendentemente, Israel podría tener un estado vecino árabe con el que nunca ha estado en guerra.
Desafortunadamente, Palestina no tiene una bandera. La bandera de la Autoridad Palestina sera tomada por Fatahlandia. Y la bandera de Israel, que se basa en la imagen de un talit, sería completamente inaceptable. El diseño de una bandera por lo tanto será uno de los primeros retos a los que los líderes del nuevo Estado tendrá que dirigir su atención.
4. Jaredia será el estado de los ultra-ortodoxos. Basado principalmente en los barrios de Mea Shearim de Jerusalén, Geula y Sanhedria, junto con Bnei Brak y quizás algunas otras localidades, Jaredia sería el país que los mas de 100000 manifestantes de la semana pasada claramente desean. Tendría un Consejo Rabínico Supremo de Ancianos, no la vil Corte Suprema de Justicia laica que tanto les ofende. Serían libres de hacer lo que quisieran con sus escuelas, y con sus sefardíes. Podrían imponer un sistema legal basado halajicamente como han hecho otros países con el Shari'a. Ellos prácticamente podrían garantizar la exclusión de todas las influencias nefastas que tan profundamente objetan a la Israel contemporánea. Podrían imponer normas para la conversión de todo lo que quisieran, sin causar una ruptura con el resto del mundo judío, que en realidad tendria más en común con Turquía que lo que tendra con Haredia.
Los jaredim de hoy ya tienen un partido político llamado Degel Hatorá, la bandera de la Torá. Sin duda, van a tener algunas ideas para una bandera.
¿Cómo se defenderia Jaredia contra los ataques de los elementos que emanan de Hamastán y Fatahlandia, ciertamente, no esta del todo claro. La defensa, después de todo, lleva algún compromiso serio, una voluntad de riesgo y mucho entrenamiento. Hay una posibilidad real, por desgracia, que Jaredia será totalmente incapaz de defenderse, y los jaredianos (algunos sólo les llamen jaredim, probablemente) se encontrarán en el grupo más abandonado y vulnerable en el Oriente Medio. ¿Que dira el mundo acerca de esto? ¿Habrá la efusión de la misma preocupación que existe ahora para los palestinos de Gaza? Vamos a aprender mucho sobre el mundo observando cómo muchos otros países vienen a la defensa verbal y física de Jaredia enfrentando solo a sus vecinos arabes.
5. Israel será el estado judío y democrático de la región. No tiene fronteras reconocidas, pero al menos tiene una bandera. Será mayoritariamente judío, aun si algunos árabes israelíes deciden permanecer israelíes en lugar de convertirse en palestinos, y ellos deben ser acogidos con satisfacción. Lo mismo con los jaredim - algunos podrían estar dispuestos a reconocer la legitimidad de la Corte Suprema y podrían decidir vivir en una entidad sionista. Si quieren ir al ejército y están dispuestos a vivir de sus propios salarios y no de los subsidios del gobierno, entonces ellos también deben ser bienvenidos.
Israel será una tienda de campaña amplia. En él se incluirán religiosos y laicos, de derechas y de izquierdas, del libre mercado y aquellos más inclinados hacia el socialismo. Será el hogar de Im Tirtzu, una organización de centro-derecha de estudiantes que buscan restaurar el sionismo israelí en los campus que no ve con buenos ojos ninguna critica o lo que sea, y Romper el Silencio, ex soldados de Tzahal- y otros pacifistas que se han unido ahora e ellos - que viajan por todo el mundo hablando a cualquiera que escuche sobre los excesos del poder israelí. Será el hogar de Avigdor Lieberman y Naomi Chazan.
Con el tiempo, por supuesto, lo más probable es que tanto Palestina como Jaredia descubrirán que manejar un país es un negocio muy complicado. Necesitas hospitales, y policía. Necesitas un sistema judicial. Necesitas gente que puede manejar la compañía de electricidad y los teléfonos, personas que pueden volar los aviones y gente que lo pueda representar en la comunidad internacional. Y, van a descubrir, que todo ese dinero que los judios reformistas y consevadores ayudaron a dirigir hacia Israel hizo realmente la vida mucho mejor.
Así que puede llegar el tiempo en que se van a arrastrar de nuevo hacia nosotros, en sus manos y rodillas, rogando ser anexados de vuelta. Imaginen que. Israel anexa territorio, pero porque el territorio de hecho pidió ser anexado. Que aliento de aire fresco.
Esperen, sin embargo - no tan rápido. Tal vez los tomemos, tal vez no. Porque para entonces, con suerte, tendremos que tener una seria conversación nacional sobre aquello con lo que nuestro país está comprometido. No nos avergonzaremos por la idea de un estado judío democrático, y nosotros habremos discutido lo que comprende su conservación. Así que vamos a decirles lo que somos. Pueden unirse a la empresa llamada sionismo, o al menos convivir con ella y respetarla, o pueden seguir siendo independientes.
Pero no deberíamos ser arrogantes acerca de este escenario - es profundamente triste para Israel, también. La mayoría de los israelíes se enorgullecen de la adhesión del país a la diversidad, aunque está lejos de ser perfectamente implementada. Su compromiso con la heterogeneidad, y con la libertad, es a la vez una de sus grandes fortalezas y una de sus grandes debilidades. Romper la región en estos países dispares se refiere a la debilidad, pero también priva a Israel de la fuerza potencial. Es una posibilidad que Israel debe desear evitar.
Lo que hace a Israel diferente de estos otros países imaginarios es que no desea depurar de sus filas a aquellos que son diferentes. Pero, lentamente, no se le esta dando otra opción. El desafío de sus dirigentes ahora - si sólo fueran capaces de salir de su incapacidad para tomar cualquier decisión sobre nada en absoluto - es tomar medidas suficientes para demostrar a estas poblaciones que en un mundo ideal, nosotros queremos vivir con ellos. Pero aún más que eso, nosotros queremos sobrevivir. Por lo tanto, si sobrevivir significa vivir sin ellos, que así sea.
La carga real esta sobre aquellos grupos que se niegan a aceptar la nocion de Israel como un estado judío y democrático de mostrar a los israelíes cómo nosotros sobrevivimos con ellos, y de demostrar que su participación continua en nuestro país no llevará a su desaparición definitiva.

El autor es vicepresidente senior del Centro Shalem en Jerusalén. Él es el autor, más recientemente, de "Salvar a Israel: ¿Cómo el pueblo judío puede ganar una guerra que puede nunca terminar", que recientemente recibió un Premio del Libro Nacional Judio 2009. Su blog es http://danielgordis.org.
Fuente: The Jerusalem Post

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