domingo, 10 de abril de 2011

Llegamos al 10 de abril, ¿qué pasará hasta el 12 de mayo?



El artículo 52 del Estatuto de la AMIA establece que las elecciones para elegir a los miembros de la Asamblea de Representantes de los socios de la institución deben realizarse cada tres años, en el mes de abril, y el número 54, que deben llevarse a cabo un día domingo o feriado.
Fueron estas disposiciones estatutarias, vigentes desde mediados de 1954, las que motivaron que la actual conducción de la AMIA fijara el domingo 10 de abril como fecha del acto electoral correspondiente a este año.
Llegamos a este día luego de una muy ardua campaña electoral, durante la cual no sólo se plantearon proyectos destinados a la manera de conducir la AMIA en el próximo trienio, sino a aspectos relacionados con la propia estructura institucional.
A lo largo de los últimos meses se han sucedido declaraciones de los principales referentes de las agrupaciones y factores ideológicos que participan de la vida política interna de nuestra comunidad -que han sido ampliamente difundidos por Itongadol/AJN-, en las cuales quedó claramente evidenciado cuáles son sus propuestas y cómo piensan implementarlas.
De acuerdo a todo lo dicho por los principales candidatos de cada una de las cuatro listas electorales y los materiales escritos que han difundido, es evidente que dos de ellas, el Frente Comunitario y Acción Plural, propugnan un cambio sustancial en la postura mantenida hasta el presente por la AMIA: la aceptación de las conversiones al judaísmo efectuadas por rabinos conservadores y reformistas y la modificación de la composición del Rabinato, incluyendo en el mismo a rabinos de esas corrientes liberales.
El Bloque Unido Religioso, por su parte, sostiene mantener estrictamente lo establecido por el Shulján Aruj, el código legal tradicional del judaísmo, respecto a las conversiones al judaísmo, lo que significa continuar no aceptando las conversiones efectuadas por rabinos conservadores y reformistas y mantener el Rabinato como hasta el presente.
Mientras que la cuarta lista electoral, Iajad, ha tratado de mantenerse fuera de esta disputa.
Resumiendo podemos decir que los socios de la AMIA que concurran a votar tienen la gran responsabilidad de elegir cuál será el futuro de la institución -por lo menos para los próximos tres años-, la cual -fundada como Jevrá Kedushá hace 117 años- es hoy una de las instancias centrales de la vida comunitaria judeoargentina.
Lo hacemos pues la coexistencia de ambos modelos es imposible, aunque existe una diferencia que no podemos dejar de mencionar: quienes propugnan el cambio, si no lo logran, pueden esperar, mientras que aquellos que desean mantener las cosas como están saben que si son derrotados electoralmente, se implementarán modificaciones que les son inaceptables.
Con este cuadro de situación llegamos al 10 de abril, la culminación de otra de las etapas del proceso de renovación trienal de la conducción de la AMIA, el de la elección de los 90 representantes de asociados que integrarán la Asamblea de la institución en forma proporcional a la cantidad de votos que obtenga cada una de las cuatro listas participantes en el acto electoral.
E inmediatamente se iniciará la última etapa, la de las negociaciones para conformar la próxima Comisión Directiva, las cuales se desarrollarán de acuerdo a la cantidad representantes de socios que obtenga cada una de las listas electorales, pues el Estatuto vigente establece que éstos deben sesionar como Asamblea Electora y designar entre sus miembros a los 21 integrantes de la Comisión Directiva y a los revisores de cuentas.
La Asamblea Electora está convocada para el 12 de mayo y allí pueden producirse diversos tipos de situaciones.
Una es que alguna de las listas obtenga la mayoría: por lo menos 46 representantes de socios; es decir, la mitad más uno. En ese caso y si se continúa con la tradición de invitar a las otras listas a integrar la conducción, los referentes de las tres restantes deberán decidir si aceptan o no hacerlo, dependiendo la respuesta de qué cargos se les ofrezca que sus hombres ocupen.
Otra posibilidad es que ninguna de las listas electorales consiga la mayoría, lo cual abre distintas variantes. Una es que la segunda, tercera y cuarta minoría acepten que la Presidencia le corresponda a la primera minoría y las negociaciones se centren en qué cargos le corresponderán al resto.
Otra de las variantes es que la primera minoría acuerde con una de las otras tres y, de esa forma, alcance a tener por lo menos 46 representantes de socios en la Asamblea Electora, de modo de adjudicarse los principales cargos de la Comisión Directiva, ofreciéndoles a las dos restantes ocupar vocalías.
Una tercera variante la constituye que la segunda y tercera minorías sumadas tengan como mínimo 46 representantes de asociados y acuerden entre ellas quién ocupará la Presidencia de la AMIA, las vicepresidencias, la Secretaría General y la Tesorería, dejando de lado a la primera minoría. Si bien está variante nunca se ha llevado a la práctica desde que el actual sistema electoral está vigente, la posibilidad existe y podría ser utilizada.
Recién cuando se conozca el resultado de la votación sabremos si la etapa que se inicia el 11 de abril, y culmina el 12 de mayo, será más complicada o no que la de la campaña proselitista.Lic Chernitzky Iton gadol

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