viernes, 29 de abril de 2011

PREGUNTAS AL RABINO: INDIVIDUALIDAD Y LA LEY

SHLOMO BRODY

Permite la Halajá la separación médica de gemelos siameses?

Los titulares de los periódicos informan periódicamente los dilemas éticos y las batallas legales con respecto a la separación de gemelos siameses. Las estimaciones de la incidencia total de gemelos siameses, que pueden estar unidos en una variedad de maneras, va de 1 en 50000 a 1 cada 100000 nacimientos, con una mayoría significativa naciendo muertos o muriendo dentro de las 24 horas del nacimiento.
Históricamente, los gemelos más famosos fueron Chang y Eng Bunker de Siam (de ahí el término coloquial hermanos siameses), los participantes en las exposiciones de PT Barnum, que estaban conectados por el esternón, pero había diferentes extremidades y órganos. Vivieron una vida activa hasta la edad de 63 años, y engendraron muchos hijos rotando semanas con sus respectivas esposas.
Los avances médicos permitirían a los médicos hoy separar a gemelos conectados de manera similar. Sin embargo, la mayoría de los gemelos poseen interdependencia más compleja de órganos y miembros, haciéndolos más difíciles de separar, con un hermano con frecuentemente muriendo. Una complicación moral adicional se produce cuando los hermanos no contribuyen por igual con los recursos esenciales, con los hermanos más débiles considerados "parásitos", ya que dependen totalmente de sus gemelos.
Una pregunta inicial central es si los gemelos siameses deben ser tratados como una o dos identidades. El Talmud relata que a Rabí Yehuda Hanassi se le preguntó sobre qué cabeza se debe colocar Tefilín en unos gemelos siameses (Menaḥot 37 bis). El tomó la cuestión más en serio después que una segunda persona le preguntó si el padre de un primogénito con dos cabezas tenía que tratar a sus hijos como uno o dos niños a los efectos de Pidión haben (redención ritual de los primogénitos). Sin embargo, el Talmud señala que esta cuestión tiene sus propias consideraciones, dejando sin respuesta el dilema más grande de la identidad y sus implicaciones para otros asuntos legales, tales como la herencia.
Los comentaristas medievales tosafistas, después de confesar la ignorancia de este fenómeno médico, citan un midrash en el que el rey Salomón vertió agua hirviendo sobre una cabeza, y al ver el grito de la segunda por el dolor, dictaminó que las dos cabezas comparten una identidad (Shita Mekubetzet). Como los gemelos siameses contemporáneos no comparten este tipo de reacciones, mostrando distintas personalidades y sistema nervioso, la ley judía trata a los gemelos siameses como individuos separados. El Rabino Yaacov Reischer (siglo XVIII) señaló además que de acuerdo a un relato talmúdico, Adán y Eva fueron creados al mismo tiempo como individuos unidos y sólo más tarde se separaron (Eruvin 18 bis). Como individuos separados, los gemelos siameses no pueden casarse legalmente, ya que el otro hermano no puede compartir la cama con la esposa de su hermano gemelo (Shvut Yaacov 1:4).
Esta determinación legal de las identidades separadas crea dilemas relativos a la separación quirúrgica, ya que esta con frecuencia conduce a la muerte de un hermano. En algunas circunstancias, los gemelos no tratados pueden continuar sobreviviendo, pero en muchos casos, la falta de acción dará lugar a la muerte de ambos, especialmente cuando los órganos compartidos no pueden apoyarlos.
En 1977, una pareja ortodoxa de Lakewood, Nueva Jersey, agonizaba sobre si separar a gemelas siamesas que compartían órganos, incluyendo un corazón de seis cámaras, con lo que matarían a la más débil, pero dando a la gemela más fuerte la oportunidad de sobrevivir. Si bien su médico, C. Everett Koop (más tarde se convertiría en Cirujano General de EEUU), recibió el permiso legal de las autoridades de Filadelfia para separar a las hermanas, la única operación procedió después de la directiva oral de Rabí Moshé Feinstein.
Su razonamiento, según lo registrado por su yerno el Rabino Moshe Tendler, destacó que nosotros generalmente no sacrificamos una vida para salvar otra. Sin embargo, la ley judía permite el asesinato de un feto cuando se pone en peligro a su madre, considerándolo un Rodef (perseguidor atacante) que amenaza a su portador, de quien es totalmente dependiente (Sanhedrín 72). El Rabino Feinstein sostuvo que de forma análoga, ya que no había manera de salvar el primer bebé, que ya hubiera muerto en el útero sin el apoyo del gemelo más fuerte, se puede matar al primer gemelo. El Rabino Mordejai Halperin sostiene que uno puede operar de manera similar en circunstancias similares a gemelos siameses asimétricos, incluyendo el controvertido caso en el año 2000 de los gemelos británicos siameses que fueron separados en contra de los deseos de sus padres (Assia IV: 1).
Sin embargo, como el Rabino J. David Bleich indicó, otros estudiosos creen que la analogía con un Rodef es inadecuada (Tradición 31:1, 34:4). En primer lugar, como ambos gemelos compiten por los mismos recursos disputados, se trata de un caso de persecución mutua, en el que la ley judía no obliga a la intervención de terceros (Rabí Akiva Eiger, Ketubot 33 bis). Por otra parte, ya que el hermano más débil esta definitivamente vivo y no tiene intenciones malignas, el caso es más parecido a un niño inocente recién nacido que ya ha surgido desde el vientre de su madre en peligro. En ese caso, el Talmud declara, el niño no es un Rodef, ya que la madre está siendo "perseguida por el cielo," y, como Maimónides trágicamente agregó, "Este es el curso natural del mundo" (Rotzeah 1:9).
Esto sigue siendo un conflicto actual, con los académicos en última instancia, debatiendo si los seres humanos pueden elegir entre vidas o deben dejar esos asuntos en manos de Dios.

El escritor, editor online de Tradición y su blog, Texto y Textura, enseña en Yeshivat Hakotel.
Fuente: Jerusalem Post- Magazine- Traducido especialmente para el blog de OSA Filial Córdoba.

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