By YAAKOV LAPPIN
Algunos observadores esperaban que el Reino Hachemita de Jordania sea el primer estado arabe del Medio Oriente en experimentar rapidos cambios.
Ha sorprendido a muchos al permanecer relativamente en calma en el ojo de la tormenta regional actual, las fuerzas extremistas basadas en Jordania son cada vez más audaces en elevar su perfil. Ellas están emitiendo abiertamente convocatorias para el que el reino se convierta en un estado fundamentalista que se rija de acuerdo a una interpretación estricta de la ley islámica, y hostil a Israel y Occidente.
En muchos sentidos, Jordania, que comparte una frontera de 500 kilómetros con Israel, ha sido siempre el más importante de los vecinos de Israel, un firme lecho de roca de estabilidad en el flanco oriental en una región inestable.
Su anterior gobernante, el fallecido Rey Hussein, mantuvo relaciones y cooperacion no declaradas con Israel por años antes que los dos estados formalizaran vínculos y firmaran un acuerdo de paz en 1994.
La población de seis millones esta conformada de aproximadamente un 60% de palestinos, entre 700000 y un millón de iraquíes - refugiados recientes buscando refugio de la agitación de su tierra nativa - y una selección de tribus beduinas.
Aunque el tejido interno de Jordania nunca ha sido homogéneo o particularmente estable, la monarquía laica gobernada por beduinos y sus bien entrenadas leales fuerzas de seguridad han encontrado por décadas formas de aliviar las tensiones y mantener la calma.
Al igual que su padre, el Rey Abdullah II ha tenido que remolcar una línea delicada, teniendo en cuenta algunas reformas económicas y políticas al tiempo que garantiza que la monarquía constitucional conserve su antigua estructura, y mantener a las fuerzas de la oposición islamista radical en jaque.
MIENTRAS LOS CAMBIOS INUNDAN EL Medio Oriente, no obstante, algunas señales han surgido de Jordania indicando que las fuerzas jihadistas-salafistas están perdiendo su miedo al establishment.
La semana pasada, los líderes del movimiento jihadista hicieron amenazas sin precedentes de llevar a cabo acciones violentas dentro del reino si el gobierno no liberaba a cuatro de sus miembros que habían sido detenidos en las últimas semanas.
Los líderes dijeron que ellos realizarían una sentada en el centro de la plaza Gamal Abd Al-Nasser de Amman, y agregaron que la "tormenta de la jihad" golpearía a Jordania si sus demandas no se cumplían.
Esta semana, Abdullah eligió evitar una confrontación directa con los salafistas y ordenó a sus fuerzas de seguridad liberar a los cuatro. En una conferencia de prensa que tuvo lugar en Amman el lunes en la casa de uno de los activistas liberados, las figuras radicales describieron las negociaciones que habían mantenido con el régimen previo a la liberación.
Jarrah al-Rahahla, un ideólogo importante en el bando radical, recordó el rechazo de una oferta por parte del Departamento de Inteligencia General de Jordania para mantener una reunión secreta con el Primer Ministro Ma'rouf al-Bakhit, antes de reunirse con el jefe del Departamento de Seguridad Preventiva.
"Les dije que teníamos una enorme cantidad de hermanos que estaban dispuestos a martirizarse por la causa de Alá mañana. [Estos hermanos] no quieren buscar el martirio en Kabul o Bagdad, sino martirizarse en la Gran Siria [que incluye a Jordania], y en Amman ... Le dije [a los funcionarios]: 'No hay un solo hombre razonable entre ustedes?' Después de la reunión me llamaron y me dijeron: 'Ven a recoger a tus cuatro hermanos detenidos.' Me pidieron que fuera por ellos tan pronto como sea posible. Envié a dos personas, y llegaron [los detenidos] ... [Así que] la paciencia y la perseverancia no pasaron sin resultados ", dijo Rahahla.
Más tarde, el condenó los juicios a los activistas jihadistas, y declaró que "reclutar jóvenes para la jihad en Irak no es un delito, [porque] esta es la jihad que Alá el Todopoderoso nos ordenó [llevar a cabo]".
Otro líder, Saad al-Hunaiti, dijo, "Creemos que la aplicación de la sharia asegurará el bienestar de todo el pueblo, y acabará con la opresión, la corrupción y colaboración [de Jordania] con los estadounidenses y los sionistas."
Después de obtener la liberación de los detenidos, los salafistas cancelaron su protesta prevista, según un acuerdo alcanzado con el gobierno.
Pero el estado no corrió ningún riesgo, e inundó Amman con un gran número de fuerzas de seguridad, por si acaso.
Los jihadistas han atacado en Jordania en el pasado. En noviembre de 2005, 63 personas murieron cuando tres hoteles fueron bombardeados en el país, en un ataque terrorista ordenado por el fallecido comandante de al-Qaida jordano en Irak, Abu Musab al-Zarqawi. El Iman Abu Muhammad al-Maqdisi, ideólogo jihadista jordano-palestino, actuó como mentor de Zarqawi.
Los seguidores de ideólogos islamistas como Sayid Qutb han considerado durante mucho tiempo a Jordania como un ilegítimo títere occidental que no ha gobernado de acuerdo con su interpretación del Islam. Ellos han declarado su objetivo de derrocar a los hachemitas.
El partido Hizb ut-Tahrir, que pide el fin de los estados políticos árabes y su reemplazo por un califato islámico general, fue fundado en 1952 por Taqi Nabhani, un jurista islámico jordano-palestino.
Nabhani pidió al Ministerio del Interior jordano permiso para establecer "un partido político con el Islam como su ideología." Dándose cuenta instantáneamente que el partido propuesto estaba apuntando a su propia soberanía, los jordanos rechazaron la propuesta y proscribieron a Hizb ut-Tahrir.
El DR. Boaz Ganor, director ejecutivo del Instituto para Contraterrorismo, una parte del Centro Interdisciplinario Herzliya, dijo a The Jerusalem Post el miércoles que el bando de los jihadistas en Jordania había recibido un impulso significativo en número debido a la afluencia de refugiados iraquíes.
"Gran cantidad de miembros del movimiento jihadista mundial entraron en el estado", dijo Ganor.
El agregó que sus amenazas de llevar a cabo "ataques de martirologio" en la capital no carecían de fundamento.
"Las fuerzas de seguridad son leales a Abdullah y son eficientes", dijo Ganor, pero señaló que la situación seguía siendo delicada.
Ganor dijo que el no observó un importante apoyo para los jihadistas de entre partes de la sociedad palestina, pero que algunos grupos palestinos con sede en el país habían sostenido por largo tiempo que "el camino para 'liberar Palestina pasa a través de Amman'"- una doctrina compartida por los salafistas.
El corresponsal del Post, Ben Hartman, quien viajó a Egipto y Jordania en los últimos meses, encontró que los manifestantes de la oposición de Jordania, en general, parecían más religiosos que sus homólogos egipcios.
Hartman encontró muchas menos mujeres entre los manifestantes Jordania comparados con los de Egipto, y las mujeres que se presentaron en su mayoría llevaban coberturas en sus cabezas. Aun cuando algunos hombres laicos estaban protestando por democracia, el encontró muchos manifestantes religiosos barbados también.
Los próximos meses mostrarán cuan bien es capaz la monarquía de mantener a sus enemigos jihadistas bajo control.
El autor, recientemente publicó el libro, Califato Virtual - Exponer el Estado islamista en Internet, lleva a los lectores dentro de la presencia jihadista online.
Fuente: The Jerusalem Post- Este artículo fue traducido por Esther Sheine especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba
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