martes, 22 de noviembre de 2011

Abocados a la depresión

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Abocados a la depresión
10 iraníes se quitan la vida cada día, según cifras oficiales
Ángeles Espinosa Dubái 16 NOV 2011 - 20:03 CET11
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Ahmed Rezaí apareció muerto el pasado fin de semana en el hotel donde se alojaba en Dubái. El hombre, de 31 años, era hijo del secretario del Consejo de Discernimiento de Irán, Mohsen Rezaí, y las webs iraníes han elucubrado con todo tipo de teorías sobre las causas de su fallecimiento. Sin embargo, los datos filtrados por la policía de este emirato sobre varios cortes en las muñecas apuntan a que se trató de un suicidio, un asunto tabú en Irán y en el resto de los países islámicos. La visibilidad de su caso saca a la luz un grave problema que, según estadísticas oficiales, se cobra la vida de 10 iraníes al día y ha aumentado significativamente en los tres últimos años.

Las tribulaciones de Ahmed Rezaí pertenecen al ámbito de lo privado, pero algunos aspectos conocidos de su vida subrayan las contradicciones y frustración que los especialistas detectan en la juventud iraní. El joven Ahmed chocó pronto con los estrictos valores de su padre, jefe de los Pasdarán entre 1981 y 1997. Nada más cumplir los 18 años emigró a EE UU, desde donde habló contra las políticas del Gobierno iraní e incluso acuso a varios de sus dirigentes, incluido su padre, de apoyar atentados terroristas. A mediados de la década pasada se habló de que había vuelto a Irán. No está claro qué hacía en Dubái.

Desde fuera, ese enfrentamiento padre-hijo puede desestimarse como un choque generacional, sin embargo en Irán se ve agravado por las restricciones sociales que les impone el régimen islámico. “Los deseos de los jóvenes iraníes son los mismos que los del resto, pero carecen de la posibilidad de llevarlos a la práctica; sólo pueden desear, y esos deseos incumplidos generan frustración”, me explicó Hosein Baher, un terapeuta especializado en problemas de la conducta, cuando realizaba un reportaje sobre la juventud a principios de 2009, en vísperas del 30º aniversario de la revolución. Durante esas tres décadas, Baher señaló que había aumentado un 50% el número de jóvenes que acudían a su consulta. Como otros especialistas con los que hablé, mencionó su sospecha de que estaban subiendo los suicidios, aunque faltaban estadísticas.

El pasado agosto sin embargo Ahmad Shoyaí, el máximo responsable forense de Irán, hizo público que durante el primer trimestre del año iraní (que empieza el 21 de marzo) se habían registrado 952 suicidios, un 9,4% más que en el mismo periodo del año anterior. Que sus palabras fueran recogidas por la agencia semioficial ISNA parece indicar que las autoridades iraníes empiezan a preocuparse por el asunto. De ahí, los titulares de que 10 iraníes se quitan la vida cada día que enseguida difundieron las webs de la oposición.

Ese dato es consistente con las cifras que Shoyaí facilitó para todo 1389 (de marzo de 2010 a marzo de 2011): 3.649 suicidios frente a los 3.122 del año precedente, un incremento de un 17%. Según el jefe forense, el 70% de quienes se quitaron la vida fueron hombres. No dio datos por edad.

Al hilo de sus palabras, el Centro de Servicios Sociales y de Bienestar del Ayuntamiento de Teherán amplió la información en su Web. “El trastorno más frecuente que lleva al suicidio en Irán es la depresión y el 45% de la población pasa por un periodo de depresión en su vida”, cita al director general de salud mental, juventud y escuelas del Ministerio de Sanidad, Mohammad Bagher Saberí Zafarghandí. Dos tercios de los iraníes tienen menos de 30 años, el sector del que se ocupa Zafarghandí.
Más suicidios entre las mujeres

Esa web también menciona un informe del Ministerio del Interior según el cual los intentos de suicidio son más frecuentes entre las mujeres que entre los hombres, aunque éstos consiguen su objetivo ocho veces más que aquéllas. El mismo texto asegura que las causas principales son los celos, los problemas familiares, la desesperación, la pobreza, las enfermedades psiquiátricas, el estrés, la soledad, las drogas y el alcohol.

Por su parte, Saeed Madaní, sociólogo y activista social, declaró a la Deutsche Welle que el aumento de suicidios en Irán se debe a la situación económica y social del país. “Desde la revolución, el número ha ido en ascenso y hoy en día Irán tiene una de las tasas más elevadas de la zona, en torno a 6 por cada 100.000 habitantes frente al 0,6 de Azerbaiyán o los 2 de Kuwait”, explica Madaní. En su opinión, “el patrón ha cambiado en las últimas décadas. Antes el motivo principal era un trastorno mental o alguna crisis individual o familiar, pero ahora son cada vez más factores sociales y económicos los que empujan a esa decisión”.

Sea cual sea la causa, los suicidios están aumentando en Irán y también el debate público del fenómeno. “Muchos casos no se registran porque se trata de un tema tabú en nuestra religión y por lo tanto en nuestra cultura que para muchas familias es un motivo de deshonra”, explica un observador dando a entender que las cifras son probablemente mayores.

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