¡“Gracias” termina siendo una palabra tan chiquita para expresar todo lo que sentimos en este momento...!
Agradecer al señor embajador (de Israel, Daniel Gazit) que nos acompañe como siempre. Para nosotros es muy importante el acompañamiento de la embajada y del embajador en persona.
Y particularmente a la Organización Sionista Argentina. Ya nos sentimos como en casa, pero no nos sentimos autopremiados. Eso es bueno. Nos han hecho sentir parte y que todo eso que decimos y sentimos es como lo decimos. Así son ustedes y así nos hacen sentir (...).
Dijo el embajador que no trasmitir lo aprendido es un pecado. Creo que eso es lo que nos trasmitió Israel: que había que multiplicar, que había que decir (...). Se trata de estar convencido y así convencer. Estamos convencidos de lo que Israel hizo con nosotros y queremos convencer a los demás de que Israel merece vivir en paz porque da todo para tener paz en su país. Y por lo tanto, somos embajadores de un país que merece que lo seamos.
En nosotros, Israel sólo cosecha lo que sembró. Nunca hemos sido desmedidos porque, en realidad, todas las medidas que sentimos por el Estado de Israel son pocas.
Cuando tratamos de describir qué somos, decimos: somos una organización no judía de ex becarios que hemos ido al Estado de Israel por el Ministerio de Cooperación Internacional y tenemos relación con la Embajada de Israel. Y la verdad, de tanto decir esto terminamos repitiéndolo, pero creo que la tarea siempre es poca porque lo que recibimos fue demasiado.
Sentimos que cuando tratamos de hacer algún tipo de acción que tenga que ver con lo solidario es poco porque Israel fue muy solidario con nosotros. Cuando tratamos de hacer alguna tarea que tenga que ver con lo científico, lo académico o lo técnico también sentimos que es poco porque la transmisión cognitiva que hizo Israel con nosotros fue muy importante. (...)
Lo que sí está claro es que cada uno de nosotros que vuelve de Israel, vuelve con el mismo sentimiento, la misma apreciación y las mismas ganas de multiplicar todo lo que vimos, todo lo que aprendimos, todo lo que queremos volcar en nuestro país.
Se hace difícil: uno vuelve lleno de expectativas y termina con un montón de frustraciones, y encontrar en el camino a la OSA acompañándonos y que la gente de Uf Gozal nos esté apoyando para generar tareas hace que sintamos que todo esto que pensamos en algún momento, y que claudicamos en el avance, es posible (...).
Cada uno de los ex becarios, aunque no nos hayamos visto demasiadas veces, sentimos que esto está multiplicado por cada uno de nosotros (...).
Estoy profundamente emocionada por el premio. Es precioso y creo que transmite mucho más de lo que se ve. Son esas cosas mágicas que tiene Israel, que trasmite mucho más de lo que se ve.
Para nosotros, la Asociación Shalom es el lugar desde donde podemos multiplicar todo eso que creíamos imposible antes de ir a Israel, de donde volvimos pensando que se podía. Como siempre decimos: un país donde se puede sembrar en el desierto y además crece, la verdad que es capaz de muchas cosas, entre ellas la paz.
En cada miembro de la Asociación Shalom siempre va a tener un ser humano luchando por la paz, por un Israel para todos y por un Medio Oriente donde no haya más algún atisbo de violencia porque ésta es la única manera que podemos y sabemos vivir los seres humanos.
* Discurso pronunciado tras la recepción del “Pras Ierushalaim-Premio Jerusalem 2010”, entregado por la Organización Sionista Argentina a la Asociación Club Shalom Argentina en la Federación Argentina de Municipios, el 7 de noviembre de 2011.
Por Noemí Cambursano
Presidenta de la Asociación Club Shalom Argentina
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