jueves, 10 de noviembre de 2011

El hombre que retuvo a Gilad Shalit


Elior Levy y Ron Ben Yishai

CIDIPAL

El martes pasado, antes de la hora 10 de la mañana, aparecieron en la pantalla de nuestros televisores las imágenes que esperamos durante más de cinco años. Delgado

y pálido, pero andando sobre sus dos pies, Gilad era trasladado hacia el Cruce de Rafiah, camino a ser entregado a las manos de Egipto. Se dice que ningún ojo permaneció seco, pero cabe la duda si, los pocos ojos que estaban allí presentes, distinguieron, en esos mismos momentos, en la presencia de un hombre de camisa azul, ubicada detrás de Shalit, algo preocupado, algo dichoso de satisfacción. Así, tuvimos la oportunidad de conocer en vivo a Ahmed Jabri, jefe del brazo militar de Hamas, el hombre que reteniendo a Gilad, se adjudicó un status que ningún cargo político le daría.



Ahmed Said Jalil Al-Jabri (Abu Muhammad) nació en 1960, en el barrio de Sayaia, en la ciudad de Gaza. En orígenes, las raíces de su familia se vinculan al grupo Jabri de Hebron, considerada de las más grandes de la ciudad. A fines de los años veinte del siglo pasado, su familia emigró a la Franja de Gaza a partir de un conflicto sangriento entre familias. Jabri pasó su infancia entre las callejuelas de Sayaia y comenzó su largo camino de terrorismo, al finalizar sus estudios en la escuela secundaria.



El hombre, que es considerado en la actualidad como el Jefe Mayor de Hamas perteneció, en sus comienzos, a Fatah y fue uno de los miembros de las células de la organización en la Franja. A los 22 años, Jabri fue, por primera vez, detenido a manos de Israel a partir de un atentado en el que participó y fue condenado a 13 años de encierro. En la prisión tuvo lugar el cambio en la vida de Jabri. Se fue acercando, cada vez más, al grupo de prisioneros islámicos, denominado "Al-Gama Al Islamiyya y se encontró, por primera vez, con quienes fueron con el tiempo, los fundadores de Hamas y sus líderes: Abed Al Aziz, Ibrahim Makhadma, Ismail Abu Snav y Salah Shahada, que se convirtió, luego, en el jefe militar de la organización. Shahada, se volvió jefe espiritual de Jabri. Aprendió hebreo en la prisión, lengua que habla fluidamente y desarrolló allí su ardiente odio hacia Israel. Sus ideas fueron creciendo y radicalizándose. Jabri fue liberado en 1995 y, de inmediato, se sumó a Hamas. Al principio, trabajó en las instituciones directivas del movimiento y, para avanzar en las filas de la organización, Jabri comenzó a tejer relaciones familiares entre él, la conducción política y militar de Hamas. Tomó por esposa a la hija de Abed Al Aziz, de los fundadores de Hamas y que fuera eliminado por las FDI, en 2004, semanas después que fuera designado líder de la organización, en lugar de Ahmed Yassin. Uno de los hijos de Jabri se casó con la hija de Salah Shahada.

Esas relaciones se consolidaron y Jabri comenzó a trepar por la escalera de jerarquía en el brazo militar de Hamas. En esa época, se acercó a los dirigentes del brazo militar, Mohammad Daf y Adnan al-Aroor, lo que condujo a que la Autoridad Palestina lo detuviera en 1998. Fue liberado de prisión en el 2000, con el estallido de la Intifada de Al Aqsa, junto a otros hombres de Hamas. Al quedar liberado, se sumó a las Brigadas Az A-Din Al Kasam cuando fue designado ayudante del comandante supremo Shahada.

En el año 2000, Israel eliminó a Shahada y, en su lugar, fue designado como jefe militar de Hamas, Mohammad Daf. Jabri fue promovido y se convirtió en uno de los comandantes de terreno más importantes de la Brigada. En 2006, Israel

localizó a Mohammad Daf y fue herido de gravedad. La herida le provocó una invalidez considerable y de hecho no le permitía desempeñarse en el cargo y, por supuesto, menos como jefe del brazo militar. Entonces, llegó la gran hora de Jabri. Oficialmente, a fin de otorgar honores a Daf, fue designado comandante de las Brigadas Az A-Din Al Kasam hasta hoy y Jabri, definido como su segundo, pero en la práctica, es él quien, desde hace cinco años, mantiene las riendas. En 2004, Israel intentó eliminar a Jabri a través del disparo de un misil en su hogar. Jabri estaba, en ese momento, en su casa pero solo resultó herido, levemente. Su hijo mayor, Mohammad, su hermano Fahti y otros tres familiares, murieron en ese atentado.

A diferencia de sus antecesores, Jabri logró modificar, en algo, el estilo del brazo militar de Hamas. Concretó reformas y convirtió la fuerza militar, según una normativa ordenada, copiada, en apariencia, de la organización Hezbollah, de una milicia armada a una organización militar jerárquica, dividida en sectores, pelotones y departamentos. Le imprimió doctrina de combate y se ocupó de rearmarla con armas útiles y más complejas. A partir del cambio que lideró, en Israel le adjudicaron el nombre de "Jefe Mayor de Hamas".

Jabri fue responsable de muchos atentados perpetrados contra las FDI, antes de la retirada de la Franja de Gaza en 2005 y después. Fue partícipe del asalto de Hamas a la Franja de Gaza en 2007, asalto durante el cual, Fatah fue depuesto del gobierno.

Si bien en el secuestro de Gilad Shalit participaron tres organizaciones diferentes –Hamas, Comités de Resistencia Popular y Ejército del Islam- parece que Jabri fue el cerebro detrás de la operación. Esa es la causa por la cual fuera el hombre responsable de Shalit y de la negociación por su liberación, por parte de Hamas, durante los últimos años. A pesar de no haber sido demasiado entrevistado por los medios, meses antes del secuestro de Shalit, junto a otras dos organizaciones partícipes del operativo, destacó públicamente: "No tenemos ningún impedimento para que exista un correlato entre nosotros y otros brazos militares de otras fuerzas que luchan contra Israel y concretan atentados. Trabajamos con ellos y, ellos, trabajan con nosotros. Solo puedo decir que, las relaciones entre nosotros, continuarán estrechándose y mejorando". Su visión se vio concretada.

Con el tiempo, Jabri logró sustentarse con una posición independiente. Creo un canal de comunicación directo con el jefe del brazo político de Hamas, Khaled Mashal, con asiento en Damasco, sin desviarse del gobierno de Hamas en la Franja y sin actualizar a su gente en las acciones que, en ciertas ocasiones, llevaron a la Franja de Gaza a incidentes violentos contra Israel. Uno de los ejemplos más sobresalientes ocurrió en abril último, cuando Jabri ordenó a su gente disparar un misil hacia un autobús de chicos que se trasladaba por uno de los caminos vecinos al cerco del límite con la Franja de Gaza y provocó la muerte de Daniel Viflic.

Jabri decidió, entonces, por sí solo, perpetrar el atentado, en oposición a la idea de la conducción en Gaza y Damasco, como venganza a la eliminación del dirigente de la organización, Ismail Abu Lahad, que le fuera cercano. Israel reaccionó al atentado

con explosiones pesadas sobre la Franja de Gaza.

En la prensa árabe se dijo que, el jefe del gobierno de Hamas, Ismail Haniye, hervía de enojo hacia Jabri y sostuvo que padece de locura de grandeza.

Si Israel logró eliminar con tanta precisión a Shahada, Yassin y Rantisi, y sacar a Daf del juego militar, cabe la pregunta por qué el hombre, que aumentó los disparos de misiles y mantuvo la carta de intercambio para la liberación de cientos de asesinos violentos, no fue ubicado por las FDI. Para ello, aparecen algunas respuestas y la primera, la evaluación, casi certera en poder de Israel, que la eliminación de Jabri pondría en riesgo de modo casi certero la vida de Gilad Shalit.

El soldado secuestrado era un bien preciado para Hamas pero la volunta de vengar y borrar el dolor y la vergüenza, vinculados a la eliminación de una personalidad tan destacada del brazo militar, superaba la voluntad de liberar prisioneros palestinos. Mucho tiempo, sostuvieron los servicios de seguridad, que Jabri retrasaba la liberación de Shalit, quien se encontraba directamente bajo su supervisión, como una especie de certificado de seguridad para sí mismo. Con su mano, Gilad le otorgaba una protección casi absoluta a Jabri y lo sabía.

Otro motivo se vincula al temor de Israel por un estallido de disparos de misiles pesados sobre el Negev y el centro del país y de intentos por dañar objetivos israelíes en el exterior, tal como intenta hacer Hezbollah –por ahora, sin éxito- desde la eliminación de Imad Mughniye, en febrero de 2008. La comunidad de información de Israel tiene las manos llenas con el seguimiento en el exterior y la región. Tras aquellos que intentan vengar la eliminación de Mughniye y no necesita a Hamas en la cabeza. Israel elige una política cuyo objetivo persigue no llevar a una conflagración, de gran circuito, de disparos a fin de permitir a los residentes del sur y centro del país, disfrutar económicamente y psicológicamente de períodos largos de calma.

El tercer motivo al hecho que Jabri no fuera eliminado es que, en Israel, había muy poca información de calidad que permitiera eliminar una personalidad tan destacada de Hamas.

En presencia de los dos motivos anteriores era conveniente invertir los recursos de inteligencia y operativos requeridos para esa eliminación.

En el lado palestino existe una evaluación según la cual, desde que Jabri comenzara a participar, en directo, de la negociación con Israel por la liberación de Shalit, obtuvo una garantía que, Israel, no lo atacaría al ingresar al Cruce de Rafiah o al salir de él, rumbo a El Cairo y de regreso.

Con la concreción del trato, aceptó Jabri ser entrevistado por el diario londinense, Al Jiaht, donde afirmó que la materialización del trato fue el día más feliz de su vida. Es difícil creer que seguirá expresándose sobre el tema o sobre otros, a través de los medios y parece que preferirá retornar a las sombras, lo más lejos posible de los ojos de la prensa, lo más lejos posible de los ojos de Israel.

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