viernes, 4 de noviembre de 2011

Parasha Lej Lejá

Horario (Bs As) Encendido Velas de Shabat 4/Nov/11 19:10 Hs. - Motzaei Shabat 5/Nov/11 20:07 Hs.
Parasha Lej Lejá

BS"D

¡CONFIANZA TOTAL Y COMPLETA EN HASHEM!


En la Perashá de la semana, el rey de Sedom se ofreció a enriquecer a Abraham, a lo que éste respondió: "Alzo mis manos hacia HaShem, el D-s Altísimo: el Dueño del Cielo y de la Tierra, (y declaro que no he de tomar) ni una correa ni hasta un cordón de zapato, ni tomaré nada de lo que poseas. Y (todo esto es para que) no digas: 'Yo enriquecí a Abram' (Bereshit XIV 22-23), pues
HaShem me aseguró que me hará rico; me bendecirá, y engrandecerá mi nombre (Rash"i)".
Cierta vez el Bá-al Shem Tob se alojó con sus Jasidim en la casa de un anciano, para aprender de él sus virtudes. Una noche, en la madrugada, entró a la casa un policía y golpeó con un grueso bastón tres veces sobre la mesa, -luego de lo cual se retiró. El Bá-al Shem Tob y sus alumnos se quedaron sorprendidos por tan extraña actitud, máxime cuando vieron que el anciano anfitrión seguía tan contento y alegre como antes. Media hora más tarde, otra vez entró el policía; golpeó con su bastón sobre la mesa, y se fue.
El Bá-al Shem Tob preguntó al dueño de casa el motivo de los golpes, a lo que le respondió:
- Es una advertencia. Mañana tengo que pagar mis impuestos. Si después de tres advertencias como ésta no lo hago, el dueño de la aldea me apresará junto a toda mi familia.
- Bueno. Ve a pagar, y nosotros te esperaremos aquí - le dijo el Bá-al Shem Tob.
El anciano negó con la cabeza.
- No. Ahora no tengo ni un centavo. Pero tengo la seguridad de que HaShem me proveerá de lo que necesito. Vamos a comer tranquilos -invitó -. Aún quedan tres horas por delante.
Acaba la cena; llega el policía por tercera vez, y golpea sobre la mesa. El dueño de casa se ve imperturbable. Pronuncia el "Bircat Hamazón" (Berajá Posterior a las comidas); se viste con sus mejores ropas y declara:
- Ahora sí me iré confiado a pagar...
- ¿Ya tienes el dinero? - le inquiere el Bá-al Shem Tob.
- Todavía no. Pero no tengo dudas de que HaShem me ayudará - anuncia.
El anciano sale de la casa, y el Bá-al Shem Tob y sus alumnos lo observan desde el balcón. De repente, ven una carreta que se detiene junto al anciano. Se baja de ahí un hombre, y comienza a platicar con el anciano. Luego de unas palabras, cada uno sigue su camino. Pasan unos segundos, y la carreta se detiene nuevamente. Se baja el hombre y llama otra vez al anciano. Cuando éste se acerca, recibe del hombre de la carreta una suma de dinero. El anciano había obtenido lo que necesitaba y se dirigió a donde correspondía para pagar sus impuestos.
El Bá-al Shem Tob y sus Jasidim se apresuran a abordar al hombre de la carreta
- Cuéntenos. ¿Qué pasó entre usted y el anciano que salió de aquí? - querían saber.
- Cuando llegué la primera vez - explicó el hombre le propuse comprarle toda la producción de licor que elaborase para la próxima temporada. No nos pusimos de acuerdo en el precio y me dispuse a irme. Cuando vi que no cedió porque es una persona correcta que no tiene dos palabras, tomé la decisión de comprarle y pagarle lo que me había pedido desde el primer momento. Quise seguir conversando con quien me pareció una persona honesta, pero me pidió que no lo demore, en virtud de que tenía que hacer un pago urgente...
Al escuchar esto, les dijo el Bá-al Shem Tob a sus alumnos:
- ¡Vean qué grande es la fuerza de la Seguridad en el Creador!


(Moréshet Abot- Lej Lejá)

(“HAMAOR”; Tomo 2; Kolel MAOR ABRAHAM-KÉTER TORÁ; Ediciones HAMAOR-MÉXICO;

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