Masiva marcha en Jerusalén
Etíopes indignados contra la discriminación
Desde hace años, los inmigrantes etíopes y sus hijos manifiestan sus quejas por el racismo que sufren a manos de un sector de la sociedad israelí. No son pocos los miembros de Beta Israel que ante esa discriminación sienten que son ciudadanos de segunda categoría del Estado judío. La marcha del estudiante Mulet Hararo a Jerusalén encendió la chispa de la protesta masiva, que convocó a miles de manifestantes frente a la Knesset.
Más de 5.000 personas marcharon desde la Knesset hasta la zona de Kikar Zion para manifestarse en contra del racismo hacia los inmigrantes etíopes. Con carteles con leyendas como “Hoy me toca a mí, mañana puede pasarte a vos”, "Negros y Blancos: todos somos iguales" o "Nuestra sangre sólo es buena para la guerra", la movilización fue liderada por el estudiante de física Mulet Hararo, 26 años, quien el lunes 16 de enero comenzó su propia marcha personal al caminar durante tres días los 63 kilómetros que separan su casa en Kiryat Malakhi de Jerusalén, donde denunció la discriminación que sufre su comunidad.
Precisamente fue en Kiryat Malachi donde, una semana antes, cientos de israelíes de origen etíope participaron de otra manifestación para protestar por la discriminación de la que son víctimas, expresada en el rechazo de algunos propietarios a venderles o alquilarles viviendas y pintadas racistas en paredes y automóviles de esa localidad del sur de Israel.
La manifestación frente a la Knesset también fue una respuesta a la polémica declaración de la ministra de Absorción de Inmigrantes, Sofa Landver, que en una reunión parlamentaria dijo que los inmigrantes etíopes debían "dar las gracias a Israel por lo que han recibido". Cabe destacar que Landver hizo aliá en 1979, cuando a sus 30 años abandonó la ex URSS.
Pese a que casi un tercio de los más de 115 mil judíos de origen etíope nació en Israel, las dificultades para su integración, crudamente narradas en la película Ser digno de ser, siguen sin resolverse. El lamentable comentario descalificador de la ministra de Absorción de Inmigrantes, quien precisamente debería velar por integrarlos, resulta paradojal para su cargo. Máxime teniendo en cuenta que la funcionaria, diputada por Yisrael Beitenu, también es inmigrante.
Con todo, Hararo exhibió en su discurso un moderado tono conciliador. "Soy un israelí orgulloso de ser descendiente de etíopes. Marché con la bandera de Israel porque Israel es el hogar de todos los judíos. Israel es también nuestra casa. No tengo ninguna otra tierra. Vine a la Tierra Prometida para probarme a mí mismo que es mía, para demostrarle que la amo”, afirmó.
Proyecto de Meretz
En la marcha participaron también líderes del movimiento de indignados, como Daphni Leef y Oren Pasternak; así como políticos de la oposición, entre los que se destacan el diputado de Kadima Shlomo Neguse Molla, de origen etíope, la diputada de Avodá Shelly Yachimovitch y la candidata de Kadima Tzipi Livni. Sin embargo, la presencia de las políticas fue rechazada por algunos manifestantes que consideraron que ambas estaban usufructuando la repercusión mediática de la movilización.
Por su parte, tras participar en la manifestación, los diputados de Meretz Ilan Gilon y Nitzan Horowitz, enviaron al Comité de Legislación de la Knesset un proyecto que prohíbe la discriminación en el alquiler y venta de propiedades por cuestiones de nacionalidad, color de piel, inclinación sexual o actividades partidarias. La respuesta del comité fue postergar el debate parlamentario del proyecto por un mes, lo que motivó una ácida crítica de Gilon, quien afirmó que “es evidente que el gabinete está tratando de sepultar el proyecto y silenciar la protesta de los inmigrantes etíopes”.nueva sion
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