martes, 21 de febrero de 2012

ADIB SHISHAKLI Y SHUKRI AL-QUWATLI


Pagar a dictadores para asegurar una apariencia de adaptacion es una proposicion perdedora, debido a que finalmente ellos desaparecen.


Olvidado esta nuestro peculiar folklore urbano, la espontanea diversion de antaño de pequeños niños israelies desenrollando rapidamente de sus lenguas los nombres de selectos tiranos sirios. Esta cantinela acompaño los juegos en la vereda y fue un basico de los tontos concursos trabalenguas de verano.
Nadie entonces creia ni remotamente que los alborotos y caos en las autocracias vecinas podrian presagiar el surgimiento de la democracia en la esfera arabe-parlante.
Pero durante demasiado tiempo nosotros hemos perdido contacto con nuestro pasado no tan distante, una epoca en que fueron anunciadas recurrentes "primaveras arabes" con vertiginosa frecuencia. En Siria especialmente ellas siguieron en furiosa sucesion hasta que en 1970, un Hafez Assad proclamo la primavera mas duradera y de estilo propio y de hecho se las arreglo para pasar el control de los abundantes rayos de sol y flores damasquinos a su hijo, Bashar.
Tanto la indecendia como la aficion de los Assad por masacres fueron dificilmente unicos en su pais. Siria engendro carniceria y "levantamientos populares" por docenas. Solo la durabilidad del despotismo de la dinastia Assad fue inusual.
No obstante, ahora – habiendo aprendido a ver el mundo a traves de los lentes teñidos de la hipocrita Europa y la deslumbrada America - nosotros tambien, caemos con el balbuceo de la "democracia en ciernes."
Pero de regreso en los diaa menos miopes, nuestras evaluaciones eran mucho mas lucidas. Nosotros jamas atribuiriamos grandes miras a los acaparadores de poder sirios.
En vez de ser cautivados, nosotros reiamos. El incomparable comico Shai K.(Shaikeh) Ophir popularizo una rutina divertidisima que consistia en pasar lista a los tiranos sirios alla por 1948. El los recitaba con lo que en retrospectiva parece como un precursor de los canticos estilo rapero de ritmo rapido.
Estaba tan en boga que las pequeñas niñas con colita saltaban la cuerda y hacian acrobacias mientras entonaban ritmicamente una secuencia de nombres que rimaban tales como Adib Shishakli y Shukri al-Quwatli.
Durante un tiempo, estos fueron cosa basica en los patios de juegos israelies.
El registro de nombres por parte de Ophir comenzaba con Husni Za’im, quien lidero el ataque del ejercito sirio contra la recien nacida Israel en 1948 y luego derroco al presidente Shukri al-Quwatli y lo encarcelo.
El reino de Za’im, desafortunadamente, duro meramente cuatro meses y medio. El fue ejecutado en forma sumaria por quien lo depuso,
Sami Hinnawi. Pero antes que Hinnawi pudiera ponerse comodo en la silla del jefe, el fue sacado por Adib Shishakli y asesinado en 1950. Todos los tres golpes ocurrieron durante 1949.
Shishakli se rehuso a permitir la integracion de refugiados palestinos dentro de la sociedad siria, y el bombardeo aldeas drusas para sofocar su resistencia (una practica comun para las convenciones sirias). El fue derrocado en 1954 y finalmente asesinado en su supuesto refugio seguro brasilero.
Luego llego el presidente provisorio Hashim al- Attassi, quien ya tenia detras de el dos periodos en el poder como presidente y dos como primer ministro.
En 1955 el fue reemplazado por el viejo favorito, Shukri al-Quwatli.
Entre 1946 y 1956, Siria tuvo 20 gobiernos y cuatro constituciones florecientes.
En 1958, al-Quwatli amalgamo Siria con Egipto, formando la Republica Arabe Unida. Formalmente el presidente de Siria era el egipcio
Gamal Abdel-Nasser, cuya derrota en 1956 lo catapulto al status de heroe pan-arabe. En el termino de pocas semanas, al- Quwatli fue traicionado, y su base de poder en Damasco fue usurpada por Salah Bitar y Akram al-Hawrani. El ultimo era el vice sirio de Nasser, hasta que ellos comenzarona discutir. Para 1959, al- Hawrani tuvo que abandonar Siria.
En 1961, Abdel-Karim al-Nahlawi derroco a los hombres de Nasser en Damasco, y Siria se convirtio en una entidad separada nuevamente, un hecho que no desalento a Egipto de explotar el epiteto Republica Arabe Unida hasta 1971.
Siria era ahora un bastion del Ba'ath, pero diferentes facciones dentro de ese partido batallaron unas contra otras por venganza - literalmente. Nazim al-Qudsi fue el primer presidente de Siria post-Republica Arabe Unida. A su remocion, Luwai al-Attassi presidio durante cuatro meses hasta que Amin al-Hafiz lo reemplazo, gobernando el gallinero desde mediados de 1964 a principios de 1966, cuando Salah Jadid echo a Hafiz.
Es aproximadamente aqui que termina la larga satira de Ophir, repleta de muchos mas nombres que los mencionados arriba. A su vez, Jadid fue echado por Hafez Assad, y el epilogo esta ahora desplegandose ante nuestros credulos ojos.
BASTA DESTACAR QUE LAS diversas dictaduras de corta vida sirvieron a los intereses de componentes incompatibles de lo que es erroneamente conocido como la nacion siria. Todas ellas se extasiaron acerca de las virtudes democraticas y reformistas.
De regreso, no obstante, ningun israeli era lo suficientemente ingenuo como para tomar seriamente algo de la retorica adornada.
Hoy en dia, los moldeadores de opinion publica intelectualmente indolentes - desdeñan con suficiencia las lecciones de la historia - no solo caen en la falacia sino que la elevan excitadamente.
Es poca sorpresa que la mayoria de la comunidad internacional haya perdido de vista lo que Siria fue y aun es. En la mezcla muestran ignorancia y fatiga, junto con cantidad de intereses economicos y geopoliticos. Fue conveniente para el mundo hacer la vista gorda ante la verdad. Para nosotros aqui, sin embargo, no fue nada mas que inimaginable locura. Nosotros debemos saberlo mejor - aunque solo sea debido a la proximidad y debido a a que nuestras preocupaciones de seguridad nos llevan a no descuidar la realidad.
Pero el historial de la Guerra de Iom Kipur de Hafez Assad, su patrocinio del terror y patronazgo de Hezbollah fueron obstinadamente pasados por alto. Los gobiernos israelies anhelaron despues un acuerdo con el mismo Assad que, cuando se desempeño como ministro de defensa en 1966, se dirigio a los israelies y alardeo beligerantemente: “Nosotros nunca pediremos ni aceptaremos la paz. Nosotros solo aceptaremos guerra. Nosotros hemos resuelto empapar esta tierra con su sangre, echarlos a ustedes agresores, arrojarlos dentro del mar."
Assad nunca se retracto de estas palabras ni tampoco fingio haberse suavizado. No sorprendentemente, los residentes de la Casa Blanca y los perfidos europeos persionaron a la pequeña no amada Israel a consentir al despota de Damasco poniendo excesivamente en peligro las perspectivas de supervivencia del estado judio.
Predeciblemente, los propios sacerdotes del pragmatismo de Israel se apresuraron con rapidez a congraciarse y decretar que cediendo el Golan al benigno gobierno sirio, nosotros seriamos bendecidos con la feliz convivencia.
Esto encapsulo el coqueteo de los sabelotodos locales con Assad padre. Asombrosamente, su entusiasmo por las concesiones se disparo despues que el siguio el camino de toda carne y su hijo heredo el manto manchado de sangre de Assad.
Nuestros expertos locales poco astutamente percibieron el agradable aspecto de Bashar, el larguirucho oftalmologo con una supuesta orientacion occidental.
Bashar, se nos predico incansablemente por los promotores del retrato, parece menos totalitario que su padre.
El es solo el muchacho torpe de la puerta de al lado que podria ser un vecino ingenioso si nosotros solo no intentaramos lo suficientemente duro ganarle.
Pero, confusamente, la vida se rehusa a encajar con las ilusiones israelies establecidas. Muy para el bochorno de nuestros infatigables promotores del acuerdo, la propia ciudadania de Bashar es excesivamente menos hipnotizada por el que lo que fueron sus promotores israelies hasta hace muy poco.
No hay forma de obviar el hecho que pagar a los dictadores para asegurar una semblanza de adaptacion es una proposicion perdedora, debido a que finalmente los dictadores desaparecen. Con ellos se desvanece la paz que se nos requirio forjar. No hay Oficina de Mejores Negocios o Servicio al Cliente para refundar la inversion fuerte, tangible y eminentemente arriesgada de Israel en las fantasias de tierra por paz.
Gracias al Cielo el Golan es aun nuestro – un colchon entre nuestra pequeña astilla de estado y la violencia siria. Imaginen nuestro infortunio si los tanques de Assad estuvieran estacionados sobre las costas del Lago Kineret.
Los que nos lavaron insistentemente la cabeza con que esto es lo que se prescribe para nuestro bienestar nacional deben arrepentirse por sus pecados memorizando el sketch de Ophir y actuandolo diariamente en las plazas centrales de la ciudad. Nuestras esquinas deben resonar nuevamente con entregas cadenciosas de “Adib Shishakli y Shukri al-Quwatli....”
La rayuela y salto a la cuerda son opcionales.
Fuente: The Jerusalem Post- Traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba

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