jueves, 23 de febrero de 2012

Rafecas presenta libro sobre el Holocausto


Rafecas presenta libro sobre el Holocausto
(La Nación - 19/02/12) Hay un juez federal que casi no habla, o que, en la mejor tradición de la justicia argentina, habla por sus fallos. Que no se compra anillos de 250.000 dólares ni está seriamente sospechado de actuar en sintonía con la Casa Rosada. Que tiene fama de honesto y de trabajador. Y que rompe con el estereotipo de algunos de sus colegas que parecen vivir en la confortable burbuja de los tribunales: desde hace diez años trabaja como consultor académico, sin cobrar un peso, en la Fundación Memoria del Holocausto de Buenos Aires. Daniel Rafecas se llama este juez federal, uno de los más nuevos del fuero, que resulta extraño en un Poder Judicial al que la sociedad aún mira con desconfianza, por más que la Corte Suprema y no pocos magistrados hagan lo imposible para disipar esa nube de desprestigio que los ensombrece a fuerza de escándalos, fallos cuestionables y dependencia del poder político de turno. (...) Este juez de 44 años, casado, con dos hijos, recibido de abogado en 1990 y designado juez federal en 2004, es el mismo que casi no habla, pero que ahora está interesado en hacerlo porque el mes próximo lanzará, editado por Siglo XXI, un libro cuya investigación y redacción le demandó cinco años: Historia de la Solución Final. Una obra de 288 páginas que, en sus propias palabras, surgió como fruto de la preocupación por estudiar "ese paradigma de violencia estatal y de totalitarismo que fue el régimen nazi" y, al mismo tiempo, de su compromiso con "la dimensión humana de lo que fue la Shoá". -Le iba a preguntar por el origen de este libro, pero también me interesa el origen de su pasión por el estudio del tema del Holocausto. ¿Usted es de ascendencia judía? -No, soy de origen católico y no tengo una implicancia personal con el tema, pero me fui acercando por el lado de las ciencias penales, de ése paradigma de violencia estatal y de totalitarismo que fue el régimen nacional socialista. Pero ese fue sólo el comienzo, el primer acercamiento al nazismo y a su producto más perverso, que fue el genocidio del pueblo judío durante la Segunda Guerra Mundial. Los primeros textos que leí fueron de Francisco Muñoz Conde, un penalista español muy importante, que hizo una investigación acerca del jurista alemán Edmund Mezger, el padre de todos los penalistas de casi toda América latina en los años 50 y 60. Mezger fue un muy importante jurista del régimen nazi y esto me sorprendió, me movilizó muchísimo, me indignó y, de alguna manera, eso también me motorizó a profundizar los estudios de estos temas. En una segunda etapa me atrapó por completo la dimensión humana de lo que fue la Shoá y todas las enormes implicancias de Auschwitz, todo ese proceso que desembocó en la matanza de unas dos millones y medio de personas en cámaras de gas en un lapso breve. Desarrollé una extrema sensibilización respecto de los casos en concreto, las víctimas, los mártires, los sobrevivientes, con los cuales estoy en contacto por mi trabajo en el Museo del Holocausto. Y en este contexto de compromiso con este tema, advertí que en el ámbito hispanoparlante carecíamos de un texto que permitiera al lector acercarse a la comprensión de lo que fue la solución final y de cómo se llegó a Auschwitz, cuáles fueron las etapas que llevaron a ese desenlace que constituye el agujero negro de los discursos de la modernidad. (...)DAIA

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