viernes, 17 de febrero de 2012

PARASHA Mishpatím

Horario (Bs As) Encendido Velas de Shabat 17/Feb/12 19:30 Hs. - Motzaei Shabat 18/Feb/12 20:24 Hs.
Parasha Mishpatím

BS"D

EL QUE PRODIGA FAVORES Y PRESTA A S U PROJIMO, RECIBE A CAMBIO
MAS DE LO QUE SE DESPRENDIO

Está escrito en el Midrash acerca del Pasuk que figura en nuestra Perasha: "Si vas a prestar dinero a (alguien de) Mi Pueblo" (Shemot XXII 24), que HaShem dice: "...tendrás el privilegio de residir junto a Mi Posada Celestial". Y agrega el Midrash, que al que presta dinero a otro Iehudisin cobrarle intereses, se lo considera como si hubiese cumplido todas las. Mitzvot de la Torá.
Estos dichos nos muestran la enorme importancia que reviste el hecho de prodigar favores al prójimo.
Rabi Ishmael comenta que, aunque en el Pasukestá escrita la palabra "si" (condicional), en este caso, el prestar dinero al necesitado, no es una opción, sino una obligación de todo judío. Surge la pregunta: Si aquí se trata de una imposici6n, por que la Tora se expresó: "Si prestas...", como si fuese opcional y voluntario? El Or Hajaim responde que a veces la persona goza de una posición económica muy holgada, y posee más dinero y bienes de lo que necesita para sobrevivir. Entonces se puede uno preguntar para que HaShem le dio a esta persona mucho más de lo que es mínimo e indispensable que pidió Iaacov: "pan para comer y ropa para vestir"... Las palabras "si prestas...", aluden a la persona que se encuentra en situación de prestar a su prójimo.
De aquí vemos que la persona no accede a la riqueza para desperdi­ciar sus bienes indebidamente. Si posee dinero que no necesita para comer y vivir, no es sino porque fue asignado del Cielo como depositario de fondos que deberá distribuir entre los necesitados de su pueblo. Estos fondos le pertenecen a ciertas personas que, debido a su acciones incorrectas, les fueron despojados para que no los obtengan honrosamente, sino por medio de dadivas. Y por eso el dinero se encuentra en manos de los más pudientes.
Por un lado, HaShem le asigna a cada persona el dinero necesario para su sustento. Y si bien a este dinero, algunos no podrán acceder de manera directa, no por el hecho de haber pecado perderán el derecho de poseerlo en este mundo. Pasará de mano en mano; dependerá de la benevolencia del rico, como castigo a sus pecados, pero finalmente llegará a su posesión.
Se desprende de aqui que son dos los motivos por el cual el rico cuenta con un capital adicional: 1. Para castigar a los pecadores que no pueden poseerlo de manera directa. 2. Para concederle el privilegio de distribuirlo entre los verdaderos propietarios de esos bienes. por medio de la Mitzva de Ia Tzedaka(Caridad) y el Jesed(La Beneficencia).
Por eso está escrito en el Pasuk: "Si vas a prestar dinero a Mi Pueblo...". Es decir: Cuando veas que HaShem te prodiga riquezas que sobrepasan la medida de tus necesidades, y con ese dinero prestas a la gente de Mi Pueblo, debes saber que ese dinero no te pertenece, sino que es del necesitado que vive a tu lado. Y el Pasukcontinúa con las palabras "el pobre contigo", lo que le da a entender al rico dos cosas: 1. Que el rico debe desprenderse de lo que tiene para dárselo al pobre. 2. Que no debe adoptar una actitud de soberbia cuando está beneficiando al necesitado.
El Jafetz Jaim, en su libro "Ahabat Jesed", observa que el Shuljan Aruj (Código de Leyes Judías) advierte que la Tzedaka debe otorgarse de buena manera y complacientemente, y no de mala gana y con rostro contrariado. Del mismo modo, cuando prestamos dinero, no debemos hacerlo mediante desprecios. Hay que pensar que si nos tocaría a nosotros depender de los demás, nos gustaría que nos traten deferentemente, y así hemos de conducirnos con quien requiere de nuestra bondad. Por lo mismo, cuando por alguna razón no podamos complacer los requerimientos de un préstamo, debemos considerarlo como si no estaríamos en condiciones de cumplir la Mitzva de Tzedaka,y manifestar pesar por ello. No como aquellos que rechazan a los que vienen a pedir, con gritos e irrespeto, que no solo dejan ir con las manos vacías a los que necesitan, sino también avergonzados. En este caso, debemos hablar con ellos amablemente, y explicarles que, por el momento y contra nuestra voluntad, no podremos satisfacer el pedido. Sobre esto está escrito: "El que trata a su prójimo condescendientemente, aunque no le de nada, es considerado por la Torácomo si le hubiese entregado los mejores regalos del mundo".
El Jafetz Jaim agrega en el mencionado libro, que la Mitzvade "prestar" no se limita solo a dinero. "Debes saber", dice textualmente, "que no solamente debes prestar dinero a tu prójimo, sino también debes poner a su disposición todos los objetos que posees, si lo necesita. Porque así se conduce el Creador con nosotros, como está escrito en el Tehilim:'Porque a Él le complace hacer favores'. Y el favor se realiza concediéndole al otro todo lo que precisa; y no siempre es dinero".
Y en el capítulo VII añade sobre el mismo tema: que no te pese el hecho de que este necesitado te este molestando a cada rato para pedirte dinero prestado. A ti no te molestaría que a cada momento te estén tocando la puerta para traerte las ganancias de tu negocio. Pues debes entender que cuando vienen a pedirte, también eso te está beneficiando, toda vez que estas cumpliendo una gran Mitzva de la Tora, y mediante ella recibirás la Bendición de HaShem, como está escrito en el Pasuk:'Vas a dar una y otra vez al pobre, y no te preocupes, porque gracias a eso te bendecirá HaShem
Tu D”.
En el libro "Amud Hajesed",cuya autoría también pertenece al Jafetz Jaim, figura un suceso que confirma todo lo anteriormente citado.
Una persona, que había sufrido indecibles desgracias Bar Min Nan ("Fuera de nosotros"), se apersonó a un Jajampara pedirle un consejo sobre su futuro. El Rable dijo al hombre que se dedique a determinado acto de beneficencia en su ciudad, y quizás por mediación de ello, HaShem se apiadaría de él y acabaría con todas sus tribulaciones y le concedería hijos.
El hombre siguió las indicaciones de su Raby se aboco de lleno a la tarea altruista. Tomó una función específica en la Sociedad de Beneficencia de la Comunidad de la ciudad, y se comprometió a conceder préstamos a cambio de prendas de garantía. Por cada uno de los prestamos que otorgaba, escribía un documento en el que figuraba que, cada tres años, durante el Shabatque se lea la Perashadonde este escrito: "Si vas a prestar dinero a tu prójimo...", se reunirán los todos los firmantes a celebrar un banquete que refuerce el compromiso del cumplimiento de esa tan importan­te Mitzvá.
Al cabo de tres años le nació un hijo, como prueba evidente de que le pagaron del Cielo por la Mitzvaque recibió sobre si. Llegó el día del Brit Milá y cayó justamente en el Shabat de la Perasha Mishpatim.El hombre siguió en el camino de la beneficencia, y en el transcurso de los años llegó a tener muchos hijos más.
Con el tiempo, se olvido de que fue lo que le dio tanta bonanza, y se acerco otra vez al Rabpara pedirle que nombre a otra persona que se ocupe de la actividad benéfica, pues esa función lo sustraía demasiado de su trabajo y de sus ocupaciones. El Rabrehusó reemplazarlo, alegando que nadie podría hacerlo mejor que él. De todos modos, mas tarde el Rabhubo de acceder a su insistencia y tuvo que designar a otro para que ocupe su lugar.
Esa misma noche, por la madrugada, el Rabrecibe en su casa al desesperado hombre, que le cuenta que uno de sus hijos enfermó repenti­namente y se encontraba grave. Le comunicó su decisión de retomar la función a la que había renunciado horas atrás y, milagrosamente, el niño se recuperó un rato después.
El adverso destino, el hombre pudo transformarlo mediante la dedicación a beneficiar a sus semejantes. Cuando pretendió alejarse de dicha función, la desgracia asomó otra vez por su vida, y la sola determinación de seguir ocupándose de los necesitados de su pueblo, salvo la vida de su hijo. Vemos de aquí que tan grande es la Mitzvá de Jesedy cómo hay que perseguirla.
Años después del fallecimiento del Jafetz Jaim, el Rab Itzjak Rabinovitz precisó que lo relatado anteriormente aconteció en la ciudad de Radín. Y el Rab no era otro que el mismo Jafetz Jaim.

(Yalkut Lekaj Tob - Mishpatim)



(“HAMAOR”; Tomo 2; Kolel MAOR ABRAHAM-KÉTER TORÁ; Ediciones HAMAOR-MÉXICO;

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