viernes, 17 de agosto de 2012

El impulso ético en tiempos de la despedida


B.H.N."V.
"Shemor ve-shamata et col ha-devarím ha-ele" alienta MoshéRabenu en el transcurso de su entrega final al pueblo de Israel. La verdadera sabiduría del vivir como individuos alineados en un marco pertenencial, es el poder 'guardar y escuchar todas las palabras –estas-'. El verbo 'shamor' habla de cuidar, de poder ser un buen guardián, es decir estar alertas. Así lo define Unkelus en su versión aramea. La ética judía pasa por esa noble tarea. Ser guardianes de las palabras –'devarím'-. Cuidar su integridad y con ello, preservar la nuestra. ¿Y cómo lograrlo?
'Ve-Shamata' acota Moshé en nuestra Torá. 'Utekabel' traduce el arameo. Recibir sobre mí. Hacerla mía a la palabra. Porque yo debo ser eje fundamental de la transmisión. De la ética transmisible. Porque no alcanza la práctica como sujeto de acción. La práctica requiere también de un pasaje, de una derivación, de un compartir entre generaciones. El Todopoderoso recurre una vez al ser humano. Necesita de nosotros para que este mundo creado posea un sentido; tenga un significado. Israel debe acercarle el significante a este mundo. Allí la tarea. La luz para las naciones que profetizaron sus profetas debe comenzar a encenderse entre el pueblo mismo, primero.
Y entonces, el valor de la educación – de la consecuencia en la educación- adquiere relevancia. El verbo 'Shemor' que principia nuestro comentario parece decirlo todo. Así al menos lo comprendió el máximo de los comentaristas bíblicos, Rashí.
El sabio francés explica el verbo y dice "Zómishná, she-atátzarij le-shomra be-bitnejashe-lótishcaj...". El verbo 'Shemor' –el ser guardián que decíamos-, se refiere a la capacidad del estudio reiterado ('mishná' del lenguaje 'shení', una segunda vez. Volver a lo estudiado una y otra vez), ya que 'tu debes guardarla en tus entrañas a fin que no la olvides'. Maravillosa idea nos trae el genial comentarista que cita al Sifréi. Tus contenidos judíos son algo de tus entrañas, de tu ser interior más profundo. Tu judaísmo es esencia. Y debes cuidarlo con mucho celo. "Ve-imshaníta, efsharshe-tishmá ve-tekaiem...." asegura. 'Y si estás en condiciones de ver y de volver a ver tus contenidos, reiterarlos 'hasta el cansancio', entonces es posible que puedas 'escucharlos y cumplirlos'...
La fuerza de ser receptor como traduce Unkelus-'Utekabel'- nace en la posibilidad mía del estudio sincero, comprometido, reiterado. Escuchar es saber recibir. Es apreciar lo que recibo vía oral y comprenderlo. Aprehenderlo. 'Hacerlo mío'. Y después, llevarlo a la práctica. Y sólo después, transferirlo. Con esa empatía por lo dicho. Con la ética de la palabra llevada a la ética de los hechos. Eso es Torá mi querido lector. La Torá más simple y contundente en todos los tiempos...
Es por ello que el versículo habla de 'et col ha-devarím ha-ele'. Rashí entonces interpreta: "Que te sea amada para ti, tanto una mitzvá liviana como una de mayor peso e importancia". Y está claro. Cuando puedo ser guardián y llevarlo a mi ser interior y aprender, entonces todo, absolutamente todo, es relevante. No hay más ni menos importante. Todo se torna vital en mi vida como judío. Todo es referencia. Entonces no cabe especulación alguna. Porque la esencia se define por lo necesario, por lo imprescindible que representa para cada ser. Como el aire que respiro a cada instante.
El versículo no concluye allí. Podría, pero no...Sigue. Porque la vida es ética en la continuidad.
"Le-máanitavlejá u-lbanejaajareja ad olam". 'Ya que será el bien para ti y para tus hijos en pos de ti, por la eternidad'. Nosotros, nuestros hijos, el tiempo sin tiempo... Un bello regalo parece ocultarse entre los tesoros que los 'guardianes' deben de atesorar. Hay un futuro en la acción ética. Y no está reservado sólo para el individuo. El ser es vínculo. Es postrimería. Es guardián –'shemor'- peor también es receptor, -'ve-shamata'-. Y a partir de allí, se torna en dador. Dador universal. Para sus hijos y para siempre...
'Le-máanitav'. 'Ya que será el bien'. La ética refleja lo bueno. Lo que debe ser. Lo que quiero ser, si puedo. Y entonces, hay compromisos. Con los que llegan. Con los que serán. Y entonces, hay trascendencia. Lo permanente se transforma en eterno.
Y es cuando el versículo nos lo dice en forma clara: "kitaaséha-Tov ve-ha-Iashar be-einéHaShemElokeja...". Porque entonces, 'harás lo bueno y lo recto ante los Ojos de HaShem tu D's'.
Ética en el camino de la vida es eso: lo bueno y lo recto. Ambas variables que se suman y conforman el tesoro más preciado a transferir. Por sobre cualquier riqueza material. Lo bueno y lo recto...
RabiAkiva enseñaba 'lo bueno ante los ojos de D's y lo recto a los ojos de los hombres'. El sabio Akiva, sabía lo que decía. Porque imagino que el principio del versículo se relaciona con lo bueno. 'Shemor', la capacidad de ser guardián. Y 've-shamata' –el recibir para dar-, es la condición de la rectitud. Cielo y Tierra parecen estar muy próximos entre sí. Cuando la figura del hombre se yergue por sobre sus pequeñeces y chaturas, para elevarse por los peldaños de la bondad y la rectitud.
Allí se reúnen D's y sus creaturas. En el punto crucial del camino donde la bondad y el sentido de lo recto –de lo correcto-, se dan un beso...
¡¡Shabat Shalom uMeboraj!!
Rab.MordejaiMaarabi
Rabino official de la Olei.