viernes, 3 de agosto de 2012

Perashá Vaethanán.


15 de Ab de 5772
3 de Agosto de 2012
Encendido de las Nerot de Shabat: 18:02hs.
Shabat Finaliza: 18:53hs.
Shabat Najamú
Perashá Vaethanán.

¿Qué sucedió en Tu Beav?:
Dijo Rabí Shimón ben Gamliél: No hubo festividades mayores para el pueblo de Israel que el 15 de Av y Iom Kipur. -- Talmud, Taanit 26b
El Talmud prosigue enumerando diversos sucesos felices que ocurrieron el día 15 del mes de Av:
Cesó la mortandad de la generación del Éxodo. Algunos meses después de que el pueblo de Israel fuera liberado de la esclavitud egipcia, el incidente de los "Espías" puso en evidencia su indisposición para la tarea de conquistar la tierra de Canaan y convertirla en la "Tierra Santa". Di-s decretó que toda aquella generación muriera en el desierto, y que serían sus hijos, en cambio, quienes entrarían a la Tierra Prometida. Tras 40 años de deambular por el desierto, la mortandad finalmente culminó, y una nueva generación de judíos estaba pronta para ingresar a la Tierra Santa. Era el 15 de Av del año 2487 desde la Creación (1274 antes de la era común).
Se permitió a las tribus de Israel casarse entre sí. A fin de asegurar la ordenada división de la Tierra Santa entre las doce tribus de Israel, se habían impuesto restricciones sobre los matrimonios entre miembros de tribus diferentes. Una mujer que había heredado de su padre tierras tribales tenía prohibido casarse con alguien que no fuera de su tribu, por temor a que sus hijos -miembros de la de su padre- provocaran el traspaso de la tierra de una tribu a otra al heredar su hacienda. Esta ordenanza recaía sobre la generación que conquistó y colonizó la Tierra Santa; cuando la restricción fue levantada, el 15 de Av, el suceso fue considerado causa de celebración y festividad.
Se permitió a la tribu de Biniamín entrar en la comunidad. El 15 de Av también fue el día en el que la tribu de Biniamín, que había sido excomulgada por su comportamiento en el incidente de la "Concubina en Guivá" fue readmitida en la comunidad de Israel.
Ioshúa ben Eilá abrió los caminos a Jerusalén. Tras la división de Tierra Santa en dos reinos luego de la muerte del Rey Salomón, Ieravám ben Nevat, regente del escindido Reino Norteño de Israel, estableció barricadas para impedir que sus ciudadanos hicieran el trianual peregrinaje al Gran Templo de Jerusalén, capital del Reino Sureño de Iehudá. Estas barricadas fueron finalmente eliminadas más de 200 años más tarde por Ioshúa ben Eilá, el último rey del Reino Norteño, el 15 de Av de 3187 (574 antes de la era común).
Se permitió que los muertos de Beitar recibieran sepultura. La fortaleza de Beitar fue el último bastión de la rebelión de Bar Kojbá. Cuando Beitar cayó el 9 de Av de 3893 (133 de la era común), Bar Kojbá y muchos miles de judíos fueron asesinados; los romanos masacraron a los supervivientes de la batalla con gran crueldad y ni siquiera estaban dispuestos a permitir que los judíos sepultaran a sus muertos. Cuando los muertos de Beitar finalmente fueron enterrados el 15 de Av de 3908 (148 de la era común), en conmemoración se agregó una bendición adicional (HaTov VehaMetiv) a la "Bendición de Gracias Después de las Comidas".
Día en que se quebró el hacha. Cuando el Gran Templo se alzaba en Jerusalén, la tala anual de leña para el altar se concluyó el 15 de Av. El suceso fue celebrado con banquetes y regocijo, como es costumbre hacerlo en la conclusión de cada emprendimiento sagrado e incluyó un ceremonioso acto de rotura de las hachas que dio su nombre al día.
Aunque estos sucesos podrían ser perfectamente dignos de conmemoración y celebración, ¿cómo explican la asombrosa declaración de Rabí Shimón, que "no hubo festividades mayores para el pueblo de Israel"?
¿De qué manera es el 15 de Av más grande que Pesaj, el día de nuestro éxodo de Egipto, o Shavuot, el día en que recibimos la Torá? ¡Rabí Shimón hasta lo ubica antes de su otra "mayor festividad", Iom Kipur!
¿De qué manera es el 15 de Av más grande que Pesaj, el día de nuestro éxodo de Egipto, o Shavuot, el día en que recibimos la Torá? ¡Rabí Shimón hasta lo ubica antes de su otra "mayor festividad", Iom Kipur!
Tiempo Lunar
Para comprender el significado del 15 de Av, debemos examinar primero el funcionamiento del calendario judío.El aspecto más básico de nuestro calendario es que primariamente es de carácter lunar: un calendario cuyos meses se fijan conforme las fases de la luna.
El Zohar explica que el pueblo de Israel marca el tiempo según la luna porque nosotros somos la luna del mundo: tal como la luna, ascendemos y declinamos en el curso de las noches de la historia, conociendo épocas de crecimiento y disminución, alternando nuestros momentos de plenitud con momentos de tinieblas y oscuridad. Y, como la luna, cada una de nuestras regresiones y derrotas no es sino un preludio para un nuevo renacer, otra renovación.
La noche en que la luna es visible por vez primera al observador terrestre después de su ocultamiento marca el comienzo de un nuevo mes. Durante las siguientes dos semanas, el mes judío crece con la luna, alcanzando su clímax en la decimoquinta noche, la noche de luna llena. Luego siguen dos semanas de constante disminución de la luz lunar, hasta la noche en que la luna oscurece completamente y el mes mengua llegando a su conclusión. El renacimiento de la luna, 29 o 30 noches después de su nacimiento anterior, da la bienvenida al próximo mes: un nuevo ascenso a la plenitud, seguido por otro descenso al olvido, seguido por aún otro renacer.
En consonancia, el día 15 del mes judío marca el punto eminente de la contribución de ese mes particular a la vida judía. Por ejemplo: Nisán es el mes de la redención, y fue en el primer día de Nisán cuando comenzó el proceso de nuestra liberación de Egipto; pero los resultados de este proceso se manifestaron plenamente sólo el 15 de Nisán, con nuestro éxodo concreto de Egipto. De modo que es el 15 de Nisán cuando celebramos la festividad de Pesaj y experienciamos el regalo Divino de la libertad a través de las observancias del Séder.
Otro ejemplo es el mes de Tishrei. El 1 de Tishrei (Rosh HaShaná) coronamos a Di-s como rey del universo, rededicando la totalidad de la Creación al propósito para el que fuera creada y evocando en Di-s el deseo de continuar creándola y manteniéndola. Pero la celebración de la coronación Divina es eclipsada por los días de solemnidad y temor que ocupan la primera parte de Tishrei, y cobra manifestación abierta en la gozosa festividad de Sucot, que comienza el día 15 del mes. (Este es el significado más profundo del versículo: "Haced sonar el shofar con la renovación de la luna, oculta hasta el día de nuestra festividad". El shofar, cuyo resonar atrompetado se hace eco de nuestra "coronación" del Omnipotente, se hace sonar el día 1 de Tishrei, el de la renovación de la luna; pero, tal como la luna misma, la experiencia perdura "oculta" y en gran medida inexpresada hasta "el día de nuestra festividad", Sucot, el 15 de Tishrei).
Lo mismo es cierto de cada uno de los doce meses del año judío. Cada mes posee un aporte y una cualidad singularmente propios, que experimenta un ciclo de disminución y crecimiento, ocultamiento y expresión, alcanzando su clímax el 15 del mes.
El Rebote
En ello radica la especialidad del 15 de Av.
Cuanto mayor el ímpetu de la zambullida de un objeto montaña abajo, tanto mayor el ímpetu que lo lleva cuesta arriba en la próxima montaña; cuanto más se jala hacia atrás una flecha sobre el arco, tanto más grande será la fuerza que la impulsará hacia adelante cuando se la deje volar. Esta ley básica de la naturaleza física rige también el flujo del tiempo lunar y las cualidades espirituales que despliega: cuanto más bajo el descenso, tanto más excelso el ascenso que le seguirá. En consecuencia, el mes de Av debe poseer, de hecho, el 15 más grande de todos ellos. ¿Pues qué eclipse más oscuro hay que el que precede a la luna llena de Av?
La segunda mitad de Tamuz y los primeros días de Av marcan una brecha en el corazón mismo del universo y la iniciación de un invierno espiritual del que aún debemos emerger.
El 17 de Tamuz del año 3829 desde la Creación (69 de la era común), la órbita lunar de la vida judía se balanceó al más empinado declive de su historia de 4000 años. En ese día, los muros de Jerusalén fueron quebrados por los ejércitos romanos; durante las siguientes tres semanas, desde el 17 de Tamuz al 9 de Av (observadas hasta el día de hoy como "Las Tres Semanas" de duelo), el enemigo avanzó firmemente por Jerusalén, invadió el Gran Templo y, el 9 de Av, le prendió fuego .
La destrucción del Templo no fue sino la contraparte física de una pérdida espiritual más profunda. El Gran Templo de Jerusalén era el asiento de la presencia manifiesta de Di-s en nuestro mundo, la fuente de todo lo que es espiritual y Divino en nuestras vidas y el foco de nuestros esfuerzos por implementar el propósito Divino de la Creación, "hacer un lugar de morada para Di-s en el mundo físico". Su destrucción marcó el retiro de la directa y abierta relación entre Di-s y Su creación y el inicio de un estado de galut, un ocultamiento del Semblante Divino, un arropado de la genuina realidad subyacente en la Creación detrás de la máscara del mundo corpóreo y fragmentado que experimentamos hoy. Con todo, cuanto mayor el descenso, mayor el ascenso que se lanza de éste.
La terrible oscuridad de los últimos días de Tamuz y los primeros días de Av porta las semillas de una igualmente gloriosa "luna llena" el 15 de Av, una luna llena que representa el mundo armonioso y perfecto de Mashíaj que es producto y resultado de nuestro largo y amargo galut (exilio).
Los Sucesos
En ello radica el significado de los diversos sucesos alegres que el Talmud señala como ocurridos el 15 de Av: cada uno de ellos marca un paso en el ascenso que sale del descenso del 9 de Av.
La destrucción del Templo el 9 de Av fue precedida por otro suceso trágico en el mismísimo día muchos siglos antes. Fue en la víspera del 9 de Av que los doce espías enviados por Moshé regresaron de su inspección de la Tierra Santa y desaconsejaron al pueblo de Israel de radicarse en, y santificar, la tierra, haciendo que Di-s decretara que la generación del Exodo no entrara a la Tierra de Israel.
De hecho, ambos sucesos están hondamente relacionados: nuestros Sabios nos cuentan que si la generación de Moshé hubiera merecido entrar a la Tierra de Israel y construir el Gran Templo en Jerusalén, éste hubiera sido un edificio eterno, inviolable e indestructible. La meta de "un lugar de morada para Di-s en el mundo físico" hubiera sido total y perfectamente concretada, evitando la necesidad de cualquier descenso o regresión subsiguiente .
Así, los sucesos de ese 9 de Av fueron fuente y precursores de la destrucción y galut que eventualmente forjó el día. De modo que cuando la condenada generación del Exodo dejó de morir el 15 de Av , esto marcó también los comienzos del "ascenso" de Av. Una nueva generación se alzó pronta para entrar a la tierra y sentar los cimientos para la renovación y reconstrucción.
Y cuando las barreras entre las tribus fueron quitadas, permitiendo que sus miembros se unieran en matrimonio unos con otros, otro elemento del "descenso" se estaba rectificando. Nuestros Sabios nos cuentan que la causa primaria para la destrucción del Templo fue la desunión dentro de la comunidad de Israel. Por lo tanto, la clave para el ascenso de la redención está en fomentar la unidad y armonía entre nosotros. Ese es también el significado de otros dos de los sucesos especiales asociados al 15 de Av: la readmisión de la errante tribu de Biniamín en la comunidad, y la remoción de las barricadas que habían segado al pueblo de Israel en dos naciones y habían impedido que el Gran Templo sirviera de fuerza aglutinante entre hermanos separados por la desavenencia política.
La caída de Beitar el 9 de Av, que significó el fin del último esfuerzo significativo por liberar la Tierra de Israel de la hegemonía romana, fue la culminación de la tragedia de la destrucción del Gran Templo y el exilio de Israel en esa misma fecha una generación antes. El primer respiro de este golpe demoledor al pueblo judío -dar sepultura a los muertos de Beitar el 15 de Av quince años más tarde- es otro ejemplo de cómo el 15 de Av logra la redención y rectificación del 9 de Av.
Hierros Destrozados
La manera en que la conclusión del corte de madera para el servicio del Templo se celebró el 15 de Av es otra manifestación más del significado del día. Pues el quebrar de las hachas expresa el propósito máximo del Gran Templo, por cuya destrucción guardamos duelo el 9 de Av y cuya reconstrucción anunciará el armonioso mundo del Mashíaj.
¿Por qué romper las hachas? ¿Por qué no almacenarlas para la tala del próximo año? Porque el hacha representa la antítesis misma de lo que el altar, y el Templo como un entero, abogaban.
Con respecto a la elaboración del altar, Di-s había instruido: "Cuando construyas un altar de piedra para Mí, no lo construyas de piedra tallada; pues si tu espada se ha levantado sobre él, lo has profanado" ; "no levantes hierro sobre él; El altar de Di-s se ha de construir con piedras enteras". Si cualquier implemento de metal siquiera tocaba una piedra, esa piedra se había vuelto inadecuada para usarse en la erección del altar.
Nuestros Sabios explican: "El hierro fue creado para acortar la vida del hombre, y el altar fue creado para extender la vida del hombre; por lo que no corresponde que aquello que acorta se alce sobre aquello que extiende" . El hierro, el instrumento para la guerra y la destrucción, no tiene cabida en la elaboración del instrumento cuya función es traer armonía y paz eterna a la vida humana.
Aguardando la Luz
Por supuesto, estos sucesos fueron apenas los primeros fulgores de la luna llena del Mashíaj, una luna llena que aún debe emerger de la oscuridad que la envuelve. De modo que hoy, el 15 de Av es un suceso relativamente menor en nuestra experiencia del ciclo anual. Marcamos el día con ciertas observancias y costumbres, pero sin la grandeza de Pesaj, el regocijo de Sucot o la algarabía de Purím. Pues a diferencia de esas festividades, cuya "luna llena" ya hemos experimentado, la luminiscencia del 15 de Av aún queda por aparecer; todavía estamos en el galut, en la oscura extensión de este ciclo, escalando del descenso al que hemos sido arrojados por los sucesos de 17 de Tamuz al 9 de Av.
Pero la fecha ya ha sido fijada en nuestro calendario como el más grande "15" de todos ellos. Y con la inminente venida del Mashíaj, el genuino aporte del Día de Rotura del Hacha saldrá a gloriosa luz, y el 15 de Av se celebrará como nuestra mayor festividad.
Fuente: (selección comentarios de R. M. M. Schneerson, (c) Edit. Kehot Lubavitch)
 
SHABAT SHALOM!!
Rab Isaac Ruben Yacar.