miércoles, 23 de octubre de 2013
Circuncisión no, tatuajes sí
Escrito por Mario Satz para Diario Judío de México
Acto de Circuncisión a un judío
Los desatinos de la Unesco llegan a niveles tales que es comprensible que el destino de Europa se vea de más en más oscurecido por una debilidad que se comporta como intolerancia. Me refiero a todo lo que se hace, en decretos y críticas, contra Israel y su soberanía. El mundo árabe, que es quien en realidad corta el bacalao en la economía europea, ya que sus millonarios no sólo poseen clubes de fútbol sino que tienen acciones en las principales compañías francesas, inglesas o belgas, incapaz de solucionar sus propios problemas, se dedica a menoscabar los esfuerzos arqueológicos de Israel por desvelar la estratigrafía del Monte del Templo bajo el pretexto de que esas labores afectan a las grandes mezquitas de Jerusalén. Ni una sola condena, por parte de la Unesco, al menos no en voz alta, de la caza y persecución del cristiano en el Medio Oriente, ni un solo juicio severo sobre sus propias mezquindades. Ninguna recriminación fuerte por la destrucción de iglesias y santuarios en Siria, Libia o Argelia.
A eso se agrega ahora la severa crítica a la circuncisión, tanto judía como musulmana.
Los expertos europeos sostienen que es una agresión que se le hace al recién nacido, pero lo cierto es que hasta ayer mismo los médicos la recomendaban, los mismos médicos que no alertan lo suficiente sobre el piercing y los tatuajes, arte mafioso de la yakuza japonesa que fue subiendo del submundo hasta impregnar de mal gusto los brazos de los más famosos futbolistas. Eso sí que es un horror, el graffiti dérmico elevado a la categoría de bellas artes, con el consecuente oscurecimiento a medida que pase el tiempo y la imposibilidad de que la piel se renueve con la misma facilidad que cuando no estaba tatuada. Cómo no ver, por tanto, en este nuevo agravio de la Unesco, un antisemitismo ( que incluye a los árabes), de viejo cuño que busca siempre cauces nuevos para salir a la luz. Por otro lado, situar en la misma balanza la ablación del clítoris que la circuncisión a los hombres es una reverenda estupidez. Ignoro cómo se resolverá el tema, que Israel y el Islam en pleno han protestado, y con razón. Lo único que falta ahora es que los expertos de la Unesco se dediquen a recorrer el mundo buscando qué prohibir. El hueso o la espina en la nariz del maorí, los cortes y marcas rituales en Africa, las argollas o collares de plata que estiran el cuello de ciertas mujeres, y así hasta que todos seamos iguales a ellos, los europeos blancos, gordos y ahítos de cerveza mala, la usual ralea nazi y fascista que nunca duerme, como se vea ahora en Grecia, ¡que fue invadida y torturada por los nazis en la década del cuarenta del siglo pasado!
Notorio, el descrédito europeo en materia cultural avanza a pasos agigantados. Como bien dijo en su día Ben Gurión, um shum, que en hebreo quiere decir ´´la UN, para el caso la Unesco, nada. Lo que importa no es lo que digan los goim sino lo que los judíos hagan por sí mismos´´. Innecesario es decir que tenía y tiene razón. En todo caso lo que entristece, precisamente ahora que el nuevo Papa está sacando las telarañas y la mugre del Vaticano, es que una caterva de médicos mediocres se dediquen a criticar la circuncisión en lugar de prohibir, pongamos por caso, la Fórmula 1, un desastre ambiental y acústico por donde se lo mire. Tal vez se intente demostrar así cuán sensible es el carácter europeo ante el dolor ajeno, eso tras siglos de comercio con esclavos, rapiña en los cinco continentes y sangrantes guerras civiles y mundiales. No es la primera vez que se prohíbe la circunsición ni será la última, así que nos apañaremos como sea para que el brit milá continúe entre quienes quieren hacerlo. Podar el vástago de un árbol milenario vigoriza su ulterior crecimiento, sostuvieron nuestros sabios. En eso no se equivocaron los faraones egipcios, que también se cortaban la piel del prepucio por razones rituales e higiénicas. Sólo a un irlandés de mala leche como Joyce se le podía ocurrir el chiste de que ´´Dios es un coleccionista de prepucios.´´ ¿ Por qué no un creador de miopes tartamudos?
http://diariojudio.com/opinion/circuncision-no-tatuajes-si/59302/