domingo, 17 de abril de 2011

Basta de tolerar lo intolerable

Michael Freund |

El pasado fin de semana, un niño que estaba haciendo su Bar Mitzvá en Beer Sheba recibió una dura bienvenida a la adultez. En algún momento de la madrugada del viernes, apenas unas horas antes de que el joven debiera subir al púlpito para leer la Torá, sonó la sirena de ataque aéreo.
Se declaró “Tzeva Adom” (Color Rojo, el equivalente de “Código Rojo”), señalando que terroristas palestinos habían lanzado proyectiles desde Gaza hacia el sur de Israel.
Mis hijos gemelos, que asistían a la celebración de fin de semana, estaban profundamente dormidos, junto con el resto de los invitados. Un joven corrió a su habitación y trató de despertarlos, gritándoles que había un ataque en camino.
Pensando que era sólo una broma, hicieron lo que los adolescentes de todo el mundo son tan adeptos a hacer: se dieron vuelta y se volvieron a dormir.
Poco después, la madre del niño que haría su Bar Mitzvá irrumpió y les dijo a todos que fueran de inmediato a la zona protegida del hotel.
Uno de mis hijos lo hizo, mientras que el otro siguió durmiendo... hasta su primer ataque misilístico. ¡Mazal tov! (Felicitaciones). Pero esto no es algo risueño. Desde Beer Sheva hasta Gedera (NdT: cerca del centro del país), cientos de miles de israelíes se vieron obligados a buscar refugio mientras terroristas palestinos disparaban indiscriminadamente más de 120 cohetes y proyectiles de mortero contra civiles en un período de 48 horas.
El bombardeo del fin de semana le siguió al ataque deliberado del jueves contra un autobús escolar israelí, al cual los palestinos le lanzaron un misil antitanque, hiriendo gravemente a un joven de 16 años.
En total, desde el 1º de enero, los terroristas de Gaza han disparado 269 misiles, cohetes y proyectiles de mortero contra ciudades y pueblos judíos en el Sur. Ello implica casi tres proyectiles diarios, todos los días, desde el inicio de 2011.
Esto es sencillamente insoportable, y es hora de que Israel adopte todas las medidas necesarias para impedirlo.
El objetivo principal de los terroristas es asesinar y mutilar a israelíes inocentes y sembrar el miedo y la confusión en el público. Tenemos que dirigir la lucha contra ellos y dejar de permitir que los terroristas traten a los residentes del Neguev como blancos de un campo de tiro privado.
Mientras mis hijos me relataban el terrible incidente del Shabat no podía dejar de pensar en cómo los sucesivos primeros ministros no han cumplido con la responsabilidad primordial de cualquier gobierno: velar por la seguridad y protección de sus ciudadanos.
Sólo imaginen cómo la sirena debe haber ensombrecido el Bar Mitzvá y cómo ello quedará grabado para siempre en la memoria del joven, cuyo rito de paso (a la adultez) fue interrumpido por algunos terroristas crueles empeñados en causar estragos. ¿Es ésta la manera de vivir en una nación? Desafortunadamente, la interrupción de la vida cotidiana se ha convertido en demasiado familiar para los residentes del Sur. Incluso nuestro pacifista presidente Shimon Peres (en la foto, con niños de una escuela sureña) dijo que “la Franja de Gaza se ha convertido en una zona terrorista”.
Si ése es el caso, ¿por qué diantres permitimos que continúe? De hecho, tal vez el error más grave de Israel es que hemos estado tratando a lo intolerable como si fuera tolerable, aceptándolo como si fuera perfectamente normal que nuestros vecinos nos ataquen a voluntad.
El domingo, el gobierno habría aceptado un alto el fuego con los líderes de Hamas en Gaza. Pero la pregunta es: ¿con qué fin? Nosotros lo acatamos, mientras ellos se preparan para seguir disparando.
Un par de ataques aéreos de la FDI (Fuerza de Defensa de Israel) y algunas palabras duras del primer ministro no son suficientes. Eliminar a un puñado de chicos malos no es una solución a largo plazo.
Israel debe poner fin a esta farsa. El Estado judío debe retomar el control y derrocar al régimen terrorista de Hamas de una vez por todas. Es hora de corregir el error estratégico de retirarse de Gaza, lo cual permitió que esa zona se convirtiese en una plataforma de lanzamiento del terrorismo.
Los residentes de todo el país se merecen un poco de paz y tranquilidad, las cuales sólo podrán alcanzarse una vez que nuestros enemigos sean realmente derrotados.
Seguramente, una acción israelí en Gaza tendría repercusiones políticas de amplio alcance y no hay duda de que ello sería confuso y complicado, pero no tenemos otra opción. La tranquilidad y la calma deben ser restauradas en el Néguev y las vidas de los ciudadanos de Israel deben tener prioridad por sobre cualquier otra preocupación.
Dejemos de tolerar lo intolerable y desmantelemos el gobierno de Hamas, para que los residentes sureños ya no necesiten correr regularmente a los refugios antiaéreos.
Nuestro liderazgo se ha dormido al volante durante demasiado tiempo. Debe despertar y actuar porque eso es lo que la situación requiere.
CGG
Fuente: The Jerusalem Post- Este articulo fue publicado previamente por Iton Gadol

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