martes, 19 de abril de 2011

EL INVIERNO IRANI PODRIA CONGELAR LA PRIMAVERA ARABE


Por John Bolton
15/4/11

Desde que comenzo la "Primavera Arabe" cuatro meses atrás en Tunez, los medios de comunicación norteamericanos se han enfocado constantemente y generalmente en forma optimista en la agitacion en el Medio Oriente. Desafortunadamente, la creciente amenaza de un invierno nuclear iraní - nuclear o de otro tipo - es probable que perdure y cubra con su sombra cualquier primavera árabe.
Las ambiciones hegemónicas de Irán están corporizadas en su programa de armas nucleares progresando rápidamente y su subversión continua en toda la región. En un caso que pone de relieve la fragilidad de las aspirantes a democracias, el invierno iraní ya ha descendido sobre Líbano, donde la influencia de Irán ha ayudado a reemplazar a un gobierno pro-occidental por una coalición dominada por los aliados de Teherán, incluyendo a Hezbolá. La semana pasada, el saliente primer ministro libanés, Saad Hariri, condenó la "intervención flagrante" de Irán en su país.
En Siria, a pesar de la sustancial oposición a la dictadura de Assad, el cambio de régimen es altamente improbable. Irán no permitirá fácilmente que su cuasi-satélite sea quitado de su alcance, y se informa que está ayudando al régimen de Assad a sofocar las protestas de esta semana.
Luego está el Victoria, un barco conteniendo toneladas de armas con destino a Hamas que la Armada israelí capturó el mes pasado. El episodio recuerda al Karine A, un cargamento de armas desde Irán a la Organización de Liberación de Palestina capturado por Israel en el año 2002. Es evidente que Irán tiene una inclinación por armar a terroristas sunitas y chiítas por igual.
El apoyo de Irán a Hamas es aún más importante ahora que el bloqueo de Egipto de la Franja de Gaza, poroso como era a veces, ahora ya terminó efectivamente con la caída de Hosni Mubarak. Hamas, una subsidiaria de propiedad total de la Hermandad Musulmana, es ahora libre de transferir armas y agentes entre Gaza y Egipto, sembrando problemas en ambos lugares.
La punta de la lanza real en el Medio Oriente puede ser Bahrein, sede de la Quinta Flota de los EEUU. Ya no más rica en petróleo, la pequeña monarquía está separada de Arabia Saudita sólo por una calzada. Las protestas populares en Bahrein, una monarquía sunita gobernando a un 70% de población chiíta, representa el más agudo conflicto potencial entre los principios y los intereses estratégicos de EEUU. Irán daría alegremente la bienvenida a un elección "libre" en Bahrein, la cual probablemente llevaría al poder a un liderazgo pro-Teherán.

Tropas de los cercanos estados árabes, encabezados por los sauditas, han ayudado a Bahrein en reprimir duramente las protestas chiítas. Estas monarquías pro-estadounidenses, sacudida por el despido informal de Washington del aliado de larga data Hosni Mubarak, también se preocupan por la retirada del presidente Obama de Irak y las reducciones previstas en las fuerzas en Afganistán. Y no hay pruebas que el presidente tenga una estrategia para tratar con la continua amenaza de Iran en la región del Golfo - la cual se extiende a Yemen, donde Iran podría usar a las tribus chiitas para obtener influencia, aun cuando al Qaeda en la Península Arabica tambien se fortalece.
Dentro de Irán, ahora tenemos la confirmación, gracias a las revelaciones este mes por parte de un grupo de oposición iraní, que han sido confirmadas por las autoridades iraníes, que el régimen tiene la capacidad de producir en masa componentes críticos para las centrifugadoras para enriquecer uranio a niveles de grado de armas. Esta noticia demuestra una vez más la ineficacia de las resoluciones y sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU contra un adversario determinado.
Así, el programa de armas de Irán procede a todo vapor, lo cual sólo enfatiza a los posibles proliferadores que la persistencia rinde frutos. Muammar Gaddafi entregó su programa de armas nucleares en 2003-04 porque temía convertirse en el próximo Saddam Hussein, pero ahora está, sin dudas, maldiciendo su timidez. Si el hubiera hecho siete años de progreso hacia las armas nucleares, seguramente no habría ningún bombardeo de la OTAN a su ejército hoy.
Una capacidad nuclear iraní, sin dudas, haría que Arabia Saudita, Egipto, Turquía y otros tal vez busquen sus propias armas nucleares. Por lo tanto, nosotros veríamos una región sustancialmente más esclava de Irán y mucho más inestable y peligrosa para Washington y sus aliados.
Por otra parte, el fracaso de Estados Unidos en detener las ambiciones nucleares de Irán - lo cual es sin dudas la forma en que sería percibido mundialmente - sería un golpe sustancial para la influencia americana en general. Los terroristas y sus estados patrocinadores verían el rol indiscutido de Iran el estado patrocinador líder y banquero central del terrorismo, y se preguntaría qué tienen que perder.
La primavera árabe puede ser fascinante, y puede o no resistir. Por desgracia, la amenaza hegemónica de Irán se ve mucho más sustentable.

El señor Bolton, un alto miembro del Instituto Americano de Empresa, es el autor de "La rendición no es una opción: La defensa de los Estados Unidos en las Naciones Unidas" (Simon & Schuster, 2007).
Fuente: The Wall Street Journal- Este artículo fue traducido por Luisa Kasvin especialmente para el blog de OSA Filial Córdoba.

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