Bs¨d.
11 de Nisan de 5771
15 de Abril de 2011
Encendido de las Nerot de Shabat: 18:20hs.
Shabat Finaliza: 19:09hs.
Especial por Pesaj 5771.
La Hagadá de Pesaj escrita por nuestros Anshé Kneset Haguedolá (Parlamento del pueblo de Israel) está basada y estructurada de acuerdo a nuestra Torá, sobre el Pasuk: “Vehigadtá Le Binjá”.
E n ese día (en la noche de Pesaj) le deberás decir a tu hijo:
“a causa de esto obró en mi favor cuando salí de Egipto”.
(Shemot 13:8)
El principal punto de esta noche es la educación que se le brinda a las próximas generaciones, siendo éste, el principal elemento de todo el Seder. Por eso aparece en forma de preguntas y respuestas, de demostraciones (cuando mostramos las Matzot) y de mirar a cada uno de acuerdo a como es.
En uno de los pasajes de la Hagadá, dice “…Contarás a tu hijo…”: Es posible que este relato se deba comenzar a decir el día primero del mes de Nisán, por eso el versículo dice: “…en aquél día…”. Y si solamente dijera “…en aquél día…”, se podría inferir que el relato debe comenzar de día, cuando se acerca la ofrenda de Pesaj, por eso el texto dice: “…por causa de esto…” suponen que el relato no se efectúa sino cuando la Matzá y el Maror están colocados ante la persona.
En este párrafo, nuestro Sabios nos enseñan que hay un tiempo para hablar y que hay elementos para la palabra. Como el Rey Salomón dijo: “Momento para callar, momento para hablar”. Debemos observar las maravillas de nuestra sagrada Torá y cuánto nos abre los ojos. Ya que este padre quiere adelantarse y narrar a su hijo el relato de la salida de Egipto, 15 días antes de la noche del Seder. Cuando comienza Rosh Jodesh está ansioso por transmitir las enseñanzas que él mismo recibió, pero viene la Torá y le impide hacer esto, le pone un freno y un alto. En los días previos a Pesaj, se requiere que la persona se prepare para eliminar su propio Jametz, ya que si él no se encuentra apto, no se liberó de su Mitzraim, nada podrá relatar. Los días previos a Pesaj son de dominio personal, de limpieza del Jametz real de la casa y del Jametz del corazón.
Si una persona se encuentra viajando en avión junto a su hijo, y (lo alenu) ocurre una emergencia, lo primero que querrá hacer el padre, será proteger al niño y ponerle rápidamente la máscara de oxígeno. Sin embargo, aseguran los entendidos en el tema, que para poder proteger al hijo, el padre deberá en primer lugar ponerse su máscara de oxígeno y recién ahí, ocuparse de la criatura. Aquí sucede lo mismo: El padre deberá estar preparado espiritualmente para poder transmitir. Si él no se “oxigena” a sí mismo, le será imposible “oxigenar” a los demás.
A este padre se lo ve muy ansioso y quiere comenzar la Hagadá como está escrito en el Pasuk: “En aquél día”. Esto se refiere al atardecer, antes de la puesta del sol. Siente que su casa y él mismo, ya están preparados para poder comenzar el Seder y la Hagadá. Al Jametz ya lo dejó de lado desde la mañana, luego de haber hecho la Bediká la noche anterior, ya se quemó el Jametz, gracias a la prolijidad y el orden que hay en este hogar, ya se puede empezar el Seder. Pero la Torá nuevamente se lo impide y le dice que debe efectuar el relato únicamente cuando la Matzá y el Maror están colocados delante de él. Esto quiere decir, en la noche cuando ha concluido todo lo que debía hacer, en el momento en el cual está libre de todos sus problemas. Es ahí donde la Matzá y el Maror cobran su valor, es ese el momento de la educación y narración a su hijo.
Debemos buscar el tiempo propicio para poder educar a nuestros hijos, para que las palabras surjan efecto y se arraiguen para siempre en ellos.
CUÁNTA SABIDURÍA DE VIDA HAY EN ESTAS PALABRAS DE NUESTROS SABIOS.
Si entendiéramos que hay un tiempo para cada palabra, nos cuidaríamos al máximo a todo momento. Cuánto influenciaríamos para bien al mundo entero.
Este también es el secreto de los tiempos específicos que tienen las Tefilot. Shajrit a la mañana, Minjá a la tarde y Arvit a la noche.
En conclusión, Pesaj nos enseña que la educación precoz no tiene efecto. Sin embargo, es aún más grave cuando dejamos pasar el momento justo de esa enseñanza y de esa transmisión de los valores judaicos. Lamentablemente nos damos cuenta tarde y es ahí donde queremos volver para atrás, pero nos es imposible. Es por eso que debemos seguir los consejos de la Torá y educar a cada uno de nuestros hijos en la edad de infantes, con juegos, con amor y con dulzura; en la edad primaria, desarrollando su intelecto e introduciéndolo en la Torá, en la Mishná y en la Guemará; acompañarlos en la adolescencia, entenderlos y comprenderlos, ya que nosotros mismo pasamos por esos momentos. Continuar así hasta que forme su propio hogar judío, pero no creamos que ahí termina todo: Si D’s quiere, esto continuará con los nietos y bisnietos.
Debemos oxigenarnos, llenarnos de estudio de Torá y de buenas cualidades, ya que si el recipiente no está repleto, no podrá verter sobre el otro.
PESAJ CASHER VESAMEAJ!
RAB ISAAC RUBEN YACAR
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