martes, 12 de abril de 2011

LA DISCULPA DE GOLDSTONE Y EL PROBLEMA DE SAMANTHA POWER CON ISRAEL

Abril 5, 2011
Por Shmuley Boteach


En mi reciente gira de conferencias en Sudáfrica, el tema del juez Richard Goldstone, salió bastante a menudo. El hombre a quien los medios de comunicación describen como un "jurista internacional respetado" y que había acusado falsamente a Israel de crímenes de guerra nunca estuvo lejos de los labios de nadie.
Los sudafricanos se encuentran entre los judios más orgullosos del mundo, y los mas ardientes sionistas. Por lo tanto, era comprensible que detestarían a Goldstone, viendo en él a un hombre que participó en un libelo de sangre contra el estado judío para mejorar su posición en la ONU.
Yo personalmente nunca estuve de acuerdo con esta evaluación de Goldstone, en vez de verlo como un hombre tan lleno de su propia pomposidad y la justo como para ser completamente ciego a simples nociones del bien y del mal. Al igual que Jimmy Carter, antes que él, Goldstone es uno de aquellos bufones de buenas intenciones, noblemente motivados cuya visión de moralidad es que sea cual sea la parte que este sin tanques y una fuerza aérea debe ser la parte que es justa.
Esta acción refleja la reacción instintiva de defender siempre a los desvalidos explica esta sorprendentemente obvia afirmación en la reciente disculpa de Goldstone a Israel en el Washington Post: "Al final, pedir a Hamas que investigue [sus propios crímenes] puede haber sido una empresa equivocada."
Hizo falta a un famoso juez dos años para llegar a la conclusión que pedir a una organización terrorista informar de manera imparcial sus propias atrocidades no era la idea más brillante.
Pero el momento einsteiniano de Goldstone no ha terminado todavía. En repudio a su afirmación anterior que Israel había atacado deliberadamente a civiles en Gaza, el ofrece una lección clásico de cómo no pedir disculpas. Resulta que lo grave, como fue el daño a la reputación global de Israel por el informe falso de Goldstone, la calumnia fue culpa de Israel: "la falta de cooperación de Israel con nuestra investigación significó que no hemos podido corroborar cuantos de los habitantes de Gaza muertos eran eran civiles y cuántos eran combatientes ... nuestras recomendaciones... no incluyeron ninguna prueba aportada por el gobierno israelí."
Así Goldstone sólo condenó a Israel como un régimen que apunta misiles intencionalmente a niños porque no tenía suficiente información para establecer lo contrario. Y, sin embargo, sólo unas pocas líneas más adelante Goldstone escribe que el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que encargó el informe, tiene una "historia de prejuicios contra Israel [que] no puede ponerse en duda."
Así que incluso Goldstone reconoce que a Israel se le estaba pidiendo cooperar con una investigación encargada por una autoridad inherentemente prejuiciosa contra ella, lo que explica por qué razón se negó a participar.
Está claro que con su divagación más reciente, la descripción "jurista internacional respetado" nunca más se aplicará a Goldstone, cuya destrozada reputación asombra a este escritor como triste pero justo karma.
Mucho más preocupantes, sin embargo, son los comentarios atribuidos a Samantha Power, la estrella ascendente de la administración Obama, que está siendo discutida abiertamente como reemplazo de Hillary Clinton como secretaria de Estado. Yo soy un gran fan del libro de 2002 de Power "Un problema del infierno", que detalla cómo Estados Unidos se negó a intervenir para detener repetidos genocidios en el siglo XX. En repetidas ocasiones he alabado al libro ganador del Premio Pulitzer en conferencias y columnas, y creo que debería ser de lectura obligatoria por todos los estudiantes estadounidenses de secundaria. Yo tampoco fui sorprendido al leer que se trataba de Power quien fue fundamental en convencer a un siempre renuente presidente Barack Obama de intervenir en Libia antes que Muammar Gaddafi sacrificara a su pueblo.
Por lo tanto, fue con una considerable tristeza que me enteré de las declaraciones preocupantes de Power sobre Israel - comentarios que requieren su inmediata aclaración para no comprometer su credibilidad moral. Como una de las voces más importantes del mundo contra el genocidio, ella entiende que más judios murieron en el Holocausto que en todos los otros genocidios modernos combinados. Es apropiado entonces, como American Thinker y otras publicaciones han informado, que Power dijo que EEUU debe enviar una fuerza militar masiva para proteger a los palestinos de Israel? O que hablara mal del lobby estadounidense pro-israelí con su defensa de "alienar a una circunscripción nacional de tremenda importancia política y financiera!(El lobby pro-Israel).... y sacrificar.... miles de millones de dólares, no en servir al ejército de Israel, sino en realidad invertir en el estado de Palestina.”
Es Power realmente una defensora de reducir enormemente la ayuda militar estadounidense a Israel, canalizandola en su lugar a los palestinos que han utilizado en varias ocasiones la ayuda externa para fomentar el odio a Israel en las escuelas, los bolsillos de funcionarios corruptos y promover el terrorismo?
Hay más, con Power aparentemente criticando al New York Times en 2003 por ser insuficientemente crítico de Israel después que atacó la Jenin saturada de terroristas. De la presencia de Israel en el Líbano, Power escribió en Persiguiendo la Llama que lo que provocó la invasión fueron "los palestinos desposeídos y la inseguridad de Israel", donde en verdad, como todo el mundo sabe, Israel invadió para detener los incesantes ataques que aterrorizaron a sus ciudades del norte. La frase "la inseguridad de Israel" implica que Israel está paranoica, en vez de reflejar la realidad del Líbano, dominado por Hezbollah, cuyo objetivo es su destrucción.
YO PASE EL último día de mi viaje a África en Dakar, Senegal, donde visité la Isla de Gorée, el punto de no retorno a partir del cual 14 millones de esclavos africanos fueron enviados a una vida de servidumbre. Ambos Presidentes Bill Clinton y George W. Bush visitaron la isla para reconocer el pecado americano de la esclavitud. Obama no lo ha hecho.
Power es una de las pocas personas a las que escucha el presidente que puede ser invocada para influir en él para superar su renuencia inexplicable a transmitir la decisión americana de detener la masacre de inocentes. Le corresponde a ella explicar de inmediato sus problemas con Israel - una nación cuyo principal objetivo en tener un ejército es detener otro intento de genocidio.

El escritor es el autor más vendido internacional de 25 libros, más recientemente Honrar el Espíritu del Niño y Renovación: Una guía para la vida llena de valores.
Fuente: The Jerusalem Post- Este artículo fue traducido especialmente para el blog de OSA Filial Córdoba

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