jueves, 7 de abril de 2011
URGENTE!!!! De la mano de D’Elía, un prófugo iraní criticó la marcha del caso AM
El ex agregado cultural de la embajada iraní en la Argentina Mohsen Rabbani, requerido por la Justicia argentina y buscado por Interpol acusado de ser el ideólogo del atentado contra la AMIA, reapareció ayer públicamente a través de un reportaje que le hizo el piquetero Luis D’Elía en su programa radial. Además, dijo que no se presentará ante la justicia argentina porque “no hay pruebas contra Irán”.
“¿Hace mucho calor en Brasil, sheik?”, le preguntó con ironía el piquetero aliado del kirchnerismo. Es que el fiscal Alberto Nisman abrió una investigación para determinar si el iraní había estado en Brasil. Allí se investiga el presunto reclutamiento de terroristas.
Rabbani aseguró que “nunca” volvió a América Latina desde que se fue del país, en 1997, echado por el gobierno menemista al considerárselo “persona no grata”. Aunque sí admitió que un hermano suyo estuvo el año pasado en la ciudad de Curitiba , capital del estado brasileño de Paraná. Además, el iraní se quejó de este diario. “Todos los días, cada vez que me levantaba, inventaba una mentira contra Irán”, se quejó de Clarín respecto a los años siguientes al atentado.
La reaparición de Rabbani se produce en un contexto complejo, no sólo internacional sino también doméstico. El canciller Héctor Timerman se encuentra de visita oficial en Israel y le preguntaron sobre las versiones de un supuesto pacto con Irán para restablecer a pleno el intercambio comercial y pasar al olvido las acusaciones argentinas contra Irán, defendidas hasta en la ONU por la presidenta Cristina Fernández. Timerman eludió el asunto ante la prensa e Israel dio por superado el conflicto. Además, el fin de semana hay elecciones en la AMIA.
Pero en el plano internacional, además de las protestas sociales en varios países árabes, Estados Unidos le informó a la Policía brasileña sobre una supuesta red de tráfico de personas en la que estaría vinculada la organización terrorista Al Qaeda, según publicó ayer el diario Folha de Sao Paulo. La base de la acusación sería la declaración de un somalí detenido en Texas, Estados Unidos, llamado Ahmed Muhammed Dhakane.
D’Elía, que en el reciente lanzamiento de su partido MILES tuvo la visita del máximo representante de la Embajada iraní en el país, Alí Pakdaman -según recordó ayer la DAIA (ver aparte)-, le preguntó en broma a Rabbani si estaba en Brasil por “toda la parodia que hizo el fiscal (Alberto) Nisman”, según dijo el piquetero. Nisman se encontraba ayer en Washington.
Rabbani reiteró sus acusaciones contra los EE.UU.
“Como hicieron con Argentina quieren hacerlo con Brasil”, expresó el iraní sobre la supuesta influencia de Estados Unidos en la investigación del atentado contra la AMIA que apoya el gobierno de Cristina Kirchner. El ex agregado cultural admitió que hubo viajes de ciudadanos brasileños a su país pero los enmarcó en una cuestión de “turismo” y se quejó de que “ponen como que vienen para hacer atentados”, en alusión a los Estados Unidos. “Esto es lamentable”, agregó Rabbani, con pedido de captura internacional librado por la Justicia argentina y aceptado por Interpol.
Antecedentes
07/04/11
El atentado. El 18 de julio de 1994 una bomba explotó en el edificio sede de la AMIA, la mutual de la comunidad judía y a la vez sede de la DAIA. Murieron 85 personas y hubo dos centenares de heridos. Dos años antes habían muerto 17 personas en un atentado similar contra la Embajada de Israel.
La investigación. Si bien desde un primer momento se investigó a personas vinculadas a la embajada iraní, la pesquisa se focalizó en la “conexión local” y fue detenido un grupo de policías bonaerenses.
La anulación. Los policías fueron sobreseídos al declararse en el juicio oral la nulidad de lainvestigación contra ellos. El tribunal habló de una suerte de complot para acusar inocentes.
Los iraníes. A fines de 2006, el fiscal Nisman acusó a Rabbani y otros ex funcionarios iraníes y un libanés ya muerto.
Un imán, en la mira de la Justicia
07/04/11
El 19 de marzo de 1992 el imán chiíta Mohsen Rabbani recibió a Clarín en la mezquita Attahuid en la calle San Nicolás al 600 del barrio de Floresta. Habían pasado dos días del atentado terrorista que voló la Embajada de Israel y el religioso iraní aseguraba que su comunidad no esperaba represalias por lo sucedido en la esquina de Suipacha y Arroyo con un saldo de 29 muertos.
“No tenemos miedo porque nosotros no hemos hecho nada. La comunidad islámica argentina nada tiene que con el atentado”. Por aquel entonces tenía 39 años y tres hijas. Su castellano era un poco enrevesado, un tanto peor que el se le escuchó ayer.
“Lamento el atentado porque esos actos no los pueden aceptar los hombres justos y con razón. Nosotros queremos un diálogo para encontrar la paz entre musulmanes, judíos, cristianos …”, dijo en aquella oportunidad. Su misión como imán era guiar las plegarias que los fieles realizan con la mirada puesta en La Meca.
A partir del primer atentado y las sospechas sobre los iraníes los servicios de inteligencia argentinos comenzaron a investigar a Rabbani.
Así fue que previo al atentado que despedazó la AMIA en julio de 1994, el agregado cultural de la Embajada de Irán en Buenos Aires, pidió precio por una camioneta en una concesionaria de la avenida Juan B. Justo. La investigación judicial se centró n Rabbani. Tanto el juez federal Juan José Galeano-luego destituido- cuanto el fiscal especial del caso AMIA Alberto Nisman lo consideran el principal eslabón de la conexión local del atentado.
Clarín volvió a comunicarse con Rabbani cuando aún se estaban recogiendo los escombros de la calle Pasteur al 660. En 1994 no hubo entrevista cara a cara en la mezquita. Solo hubo un diálogo telefónico: “Ponga lo mismo que hace dos años” contestó cuando se le pidió una opinión acerca de la investigación que lo tenía como sospechoso. Y agregó “no tenemos nada que ver con el atentado al que repudiamos”. Se fue del país avanzada la década del 90 y se refugió en la ciudad iraní de Qom. Le embargaron bienes que tenía a su nombre en la Argentina. Está prófugo de la Justicia que lo busca por su responsabilidad en el atentado.
La DAIA criticó el vínculo que el dirigente K tiene con los iraníes
07/04/11 Señaló que en el lanzamiento de su partido, D’Elía invitó al encargado de negocios de Irán.
* Imágenes
DESTROZOS. ASI QUEDO LA SEDE DE LA AMIA TRAS EL ATAQUE EN 1994. Ampliar
DESTROZOS. ASI QUEDO LA SEDE DE LA AMIA TRAS EL ATAQUE EN 1994.
Horas después de que el piquetero kirchnerista Luis D’Elia entrevistara en su programa radial al iraní Mohsen Rabbani, imputado por el atentado contra la AMIA, la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) emitió un comunicado en el que la entidad advierte que observa “con preocupación la creciente presencia del régimen fundamentalista de Irán en Argentina y en América Latina”.
A través del documento -que lleva la firma del presidente de la DAIA, Aldo Donzis, y de su secretario general, Fabián Galante-, la institución judía critica especialmente el estrecho vínculo que D’Elia mantiene con funcionarios de Irán. Para la DAIA, esa conexión se hizo evidente en el acto de lanzamiento del nuevo partido político MILES (Movimiento de Integración Latinoamericana de Expresión Social) creado por el piquetero K, que tuvo lugar el 25 de marzo pasado en el Luna Park.
En su comunicado, la entidad denuncia que ese acto contó con “la presencia de Alí Pakdaman, máximo representante actual de la embajada persa en Argentina”. “Dicha participación se exhibe públicamente mientras la justicia argentina e INTERPOL continúan reclamando al gobierno dictatorial de Mahmud Ahmanidejad el comparendo de sus compatriotas acusados de ser los autores del sangriento atentado contra la AMIA-DAIA”, señalan los representantes de la comunidad judeo-argentina en el texto.
Pakdaman, que se desempeña como encargado de negocios del gobierno iraní en Argentina, había declarado el miércoles a la prensa que Moshen Rabbani se encontraba en Irán, y no en Brasil como denunció el fiscal Alberto Nisman.
Además, la DAIA advierte sobre otro hecho que considera preocupante: “ La reciente presentación pública del Portal HispanTV , medio de comunicación iraní”. Para la entidad, “desde este portal, se busca deslegitimar el derecho inalienable del Estado de Israel a su existencia”. Por otra parte, en el comunicado se hace hincapié en “las denuncias realizadas en Brasil acerca de la detección de células terroristas ligadas a Hamas, Hizboláh y la Yihad Islámica”.
“Es de esperar que las autoridades gubernamentales tomen nota de estos episodios y garanticen no sólo la seguridad de los ciudadanos argentinos, sino también la supervivencia de nuestro sistema democrático amenazado por el accionar fundamentalista, siempre proclive a justificar el terrorismo”, reclamó la DAIA.
Timerman, con líderes judíos
07/04/11
El canciller argentino, Héctor Timerman, se reunió ayer en Nueva York, por separado, con las autoridades de la Liga Antidifamación (ADL) y el Comité Judío (AJC) de ese país. En el primero de los casos, el ministro fue recibido por el director nacional de la ADL, Abraham Foxman, mientras que al AJC lo representó su director ejecutivo, David Harris, y la responsable del Instituto Latino y Latinoamericano, Dina Siegel-Vann. Habrían hablado del caso AMIA.
¿Ante el riesgo de otra “embajada paralela”?
07/04/11
PorWalter Curia
Otro aliado incómodo. De menor peso que Moyano, pero igual de incómodo. Desde el lanzamiento de su corriente MILES, hace un par de semanas en el Luna Park con mensaje de la Presidenta incluido, Luis D’Elía parece interesado en hacer ruido; cuenta con que la política en la Argentina se deja seducir fácilmente por las estridencias. La sorpresiva aparición de Mohsen Rabbani en el escenario local se produce después de que un juez federal de buena relación con el Gobierno afirmara que agrupaciones como la de D’Elía son financiadas por Irán y a poco de que el diario Perfil denunciara la existencia de un ominoso acuerdo entre el Gobierno y el régimen de los ayatollahs. Buen manejo de tiempos y de agenda el de D’Elía: Durán Barba no lo hubiera asesorado mejor.
Los hechos llevan a pensar si D’Elía no alienta la secreta idea de encarnar una embajada paralela con Teherán, a la manera de la relación con Venezuela, que se cobró varios cargos y reputaciones en la Cancillería. Si ese es el objetivo hay que recordar que D’Elía no compite con nadie.
El canciller Héctor Timerman viajó este fin de semana a Israel con una piedra en el zapato. Le bastaron sin embargo sus credenciales personales para desconocer las versiones de prensa –contra lo que se le exigía desde Tel Aviv– sobre un arreglo bajo cuerda con Irán en favor de un incremento del comercio entre los dos países. A cambio, la Argentina debía cumplir la decisión de hacer extinguir la causa AMIA. Una versión temeraria. Se sabe que las explicaciones de Timerman fueron satisfactorias para Israel y la comunidad judía argentina. También que el intercambio con Irán no ha parado de crecer en los últimos siete años : llegó a 1.500 millones de dólares en 2010, con saldo favorable a la Argentina. ¿Representa esto un cambio para una relación reducida al nivel de encargado de negocios? Según se vea: tanto en la representación iraní como en la Cancillería admiten que ese intercambio existía de hecho, por la vía de terceros. Los iraníes agregan incluso que algunas “firmas judías”, lo que sea que esto implique para Teherán, participaban del comercio.
Se le conceden a Timerman sus reservas ante una publicación. Podría decirse que fue una de las pocas veces que el canciller actuó como su posición lo indica. Incluso Rabbani –un prófugo para ponerlo en los términos de la justicia– no aportó datos que dieran verosimilitud a aquella versión sobre un acuerdo, cuando podría haberlo hecho. Sin embargo las actividades de D’Elía, si no son apañadas desde algún despacho, reclaman ya algún tipo de reconvención de parte del Gobierno.
Al cuadro se suma el reciente giro sobre la cuestión iraní en la diplomacia brasileña. Por primera vez en una década, Brasil votó el mes pasado contra los intereses de Teherán en las Naciones Unidas, al acompañar una resolución impulsada por EE.UU. Unidos en el Consejo de Derechos Humanos, en Ginebra. La decisión ya tenía significaciones para Argentina en el marco del deterioro de la relación con Washington.
Se agregan otras, igual de inquietantes.
Todo este ruido no debe hace perder de vista una cuestión de fondo: cómo salir del laberinto que plantea el caso Irán sigue siendo uno de los desafíos de la diplomacia argentina.
Fuente: Diario Clarin
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