CASA DE SARÁ:
MODELO PARA LA CASA DE HASHEM
Leemos en la perasha de esta semana, que HaShem envió a la casa de Abraham tres ángeles en forma de persona; cada uno con diferentes misiones. Uno, para curar a Abraham, quien a los cien años se circuncidó. Otro, para darle la noticia de que su esposa Sara quedará embarazada. Y el otro, para avisarle que las ciudades de Sedom y Amora (Sodoma y Gomorra) serán destruidas.
Los ángeles se encontraron con Abraham, el anfitrión. Pero al ver semejante predisposición para recibir visitas inesperadas y atenderlas a cuerpo de rey; al comprobar que dicha casa es un ejemplo de orden y armonía, se percataron de que, detrás de la voluntad de un marido para atender a los invitados de esa manera, había una mujer que fielmente la pusiera en práctica. Cuando uno entra a una casa, según la vea, se da cuenta inmediatamente de la presencia o no de una mujer en ese lugar (o de la predisposición o capacidad de esa mujer de llevar ese hogar…).
Por eso, y porque de esa manera deberá estar constituido, de ahí en adelante, todo hogar judío, preguntaron por la responsable:
-¿Dónde está Sará tu esposa?
-¡Esta adentro, por supuesto!
Respuesta que demuestra que, aún a los ojos de los no judíos (Abraham no sabía que aquellos eran ángeles, y mucho menos, hebreos), el hecho de que una mujer no aparezca en público frecuentemente, significa una gran virtud femenina.
Así era la clase de Sará: Una obra de arte firmada anónimamente por nuestra matriarca.
Y dicha casa, tanto destilada santidad y pureza, que se producían permanentemente tres milagros en el Mishcán (Tabernáculo) y en el Bet Hamikdash (Templo sagrado judío), gracias a ella.
Cuando Sará encendía su luminaria de Shabat, con aceite suficiente sólo para la noche (pues así lo indica la Halajá), la vela seguía encendida hasta la víspera del siguiente Shabat. Gracias a ese milagro, HaShem, en el Bet Hamikdash, demostraba su Aprobación encendiendo permanentemente la llama central de la Menorá (Candelabro de Siete Brazos).
Con una cantidad normal de harina y agua para hacer el pan de Shabat, la masa crecía de tal manera, que le alcanzaba para alimentar a todos los de su casa durante toda la semana. Repercusión en el Bet Hamikdash: El milagro del pan de los Cohanim (Sacerdotes Hebreos). Que se mantenía siempre fresco y dorado por los cuatro costados.
Una Nube Celestial cubría la casa de Sará todo el tiempo que ella se mantuvo en vida. A raíz de ello, una Nube Celestial rodeaba el Ohel Moed (Santuario Divino) anunciando la Presencia Divina.
Puso tanto ahínco Sará en los detalles más importantes de la dirección del hogar, que HaShem” los tomó como modelo” nada menos que para las grandes maravillas de su Morada.
Dicho sea de paso, observemos que estas tres cosas simbolizan las tres Mitzvot (Preceptos) que le fueron encomendadas especialmente a la mujer judía: Las velas representan al Shabat. La mesa, al Kashrut.
Y la nube cubriendo la mesa, a todo lo que conforma la tradicional Pureza familiar judía (Nidá, Tebilá, etc.).
-¿Dónde está Sará tu esposa? – preguntaron los ángeles.
Podía haber contestado Abraham:”Esta conversando con HaShem,
Pues es profetisa; está rezando; está produciendo milagros…”
No. simplemente dijo:
-Está en su casa.
¡Porque no hay mayor elogio para una mujer, aun para Sará, que la de dedicarse a su hogar!
(Séfer Naim x 142)
(“HAMAOR”; Tomo 2; Kolel MAOR ABRAHAM-KÉTER TORÁ; Ediciones HAMAOR-MÉXICO;
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