viernes, 11 de noviembre de 2011

Los árabes le temen a Irán


Roy Nahmias
cidipal


"Irán es mucho más peligrosa para los árabes que para Israel". Así lo sostiene el redactor de la columna saudita-turca, Abdullah A- Sdiri. No hay que sorprenderse por esa posición. En la ultima semana, con el aumento de rumores sobre la posibilidad de un ataque israelí o internacional contra Irán, comenzaron los editores árabes a referirse al tema, aunque de modo marginal. Las referencias al tema llegan, solo, de algunos publicistas. ¿Los políticos? Ellos no se animarán por temor a que digan lo que digan, eso los afectará. Mañana será difundido el informe de la Agencia Internacional de Energía Atómica, de prevista gravedad y que señalará los aspectos militares del programa nuclear iraní. Occidente combate, desde hace muchos años contra ese programa, pero ¿qué piensan los países árabes? Como norma no hay gran amor hacia Irán en grandes porciones del Medio Oriente árabe. Irán es considerado como una civilización antigua, que ataca a los árabes y pretende retornar a la ocupación de partes del Medio Oriente árabe y pasarlos a su mano. Ese es el motivo por el cual, las voces más claras contra Irán, se escuchan de los lugares más cercanos a ese país (los países del Golfo Pérsico, o del Golfo Árabe tal como es conocido en árabe). Otro ejemplo de rivalidad entre las partes. La cabeza de la flecha en la unión de los países del Golfo es conducida por Arabia Saudita, al que se suman los gobernantes de otros sociedades –Bahrein, Qatar, Kuwait, Omán y Emiratos Árabes Unidos, incluso con la aceptación de su silencio.

Las expresiones de los líderes árabes del Golfo sobre el tema pueden ser encontradas no en publico sino solo por Wikileaks, donde es citado por ejemplo, el Rey de Arabia Saudita, como quien apuró a los norteamericanos a "cortar la cabeza de la serpiente" (siendo la intención Irán). Al buscar referencias formales no queda más que bucear entre las entrevistas y notas de los periodistas del Golfo. Una nota de ese tipo fue publicada, hace tres semanas, aún antes de iniciado el tema mediático actual sobre la posibilidad de atacar a Irán. "Primero que nada Irán y, recién después, Israel", determinó el periodista saudí, A-Sdiri al considerar los peligros para el mundo árabe, en una nota publicada en el diario saudita A-Ryad y que fuera objeto de amplias referencias. Luego, fue entrevistado por la red Al Arabia y explicó sus palabras: "Irán tiene una posición histórica hostil, iniciada hace 40 años cuando intentó extender su mano hacia Baherin y anexarlo a su país". Entonces, agregó: "Sin la intervención de Rey saudí Faisal, Irán ocuparía la mitad del Golfo. Irán ocupó también tres islas de los Emiratos e intentó anexar Kuwait a Irak y Lïbano a Siria. En contraposición a Irán, Israel no intentó intervenir militarmente o motivar enfrentamientos en países árabes". Con esas palabras, se refirió entre otros, al último intento, por parte de Irán, de atentar contar el embajador saudí en Washington y a la intervención brutal de Irán en Líbano. "Irán intervino en los asuntos de Líbano e, Israel, no lo hizo", dijo.



Bahrein, mantiene una idea parecida a la de Arabia Saudita. Después que la

monarquía de Bahrein, acusara a Irán de crear una red para deponerlo y luego de la incitación de la mayoría chiita en el país y la convocatoria de miles a las manifestaciones en febrero último, el Canciller de Bahrein advirtió, al resto de los países árabes, de las intenciones de Irán. La semana pasada, dijo que Irán ve en su país "un diamante en la corona" y una salida para el Golfo Pérsico y llamó, a los países árabes, a apoyar a Bahrein frente a Irán.

También acusó a Irán de intentar agrupar a todos los chiitas en el mundo a actuar bajo las indicaciones del líder supremo religioso, que reside en Teherán. Las manifestaciones contra la monarquía sunnita, en febrero, fueron conducidas por la mayoría chiita del país que, según las estimaciones, alcanza el 70% de la población.

"Irán vio siempre, en Bahrein, el diamante en la corona dado que ese país representa la salida al Golfo Pérsico. Es responsabilidad de todos los países árabes ( y no solo de los países del Golfo) enfrentar la amenaza iraní. Se trata de un gran peligro y de muchas facetas", agregando: "Los pueblos árabes deben ser concientes de los peligros que expresa Irán y que pueden provocar mil problemas o una verdadera amenaza". Voces similares pueden ser escuchadas desde los Emiratos Árabes Unidos y Kuwait.

A ellos cabe sumar también a los dos nuevos países, que fueron convocados a sumarse al Consejo de Países del Golfo (GCC): Marruecos y Jordania

Marruecos acusa, desde hace años, a Irán por su intervención en el separatista Frente Polisario y, con respecto a Jordania, no es difícil suponer lo que pensarán en el reinado cuando, Irán chiita, disponga de armas nucleares y una influencia creciente aún mayor entre dos de sus vecinos: Irak y Siria.

¿Qué hay del resto de los países de Medio Oriente? Es innecesario destacar que los líderes de Túnez, Egipto y Libia, depuestos tras las olas de revueltas que azotaron la región, se retractaron de Irán y, así también, el presidente de Yemen, Ali Abdullah Salah, que luchaba por su vida frente a los rebeldes y, entre ellos, partes chiitas no despreciables.

Es confuso hablar sobre la tendencia actual en Túnez y Libia, donde aún no se estableció un nuevo régimen mientras, en Egipto, es considerable que aún sin – hasta el momento - haber sido escuchado de forma directa, el "Consejo Militar Supremo" que sostiene el poder no se alegra de ver a Irán alcanzando armas nucleares y aumentando, aún más, su influencia en la altura alcanzadas por las llamas del Medio Oriente".

Los Hermanos Musulmanes, a punto de convertirse, próximamente, en el partido más grande de Egipto, quizás - en el corto plazo - podrían apoyar, entre las sombras, a todo aquel que colabore con ellos en fortalecerse. Aparentemente, Irán apoyó, en los últimos años, financieramente a la fracción palestina de Hamas. Pero, al evaluar las cosas en el largo plazo, es difícil considerar cómo el movimiento sunnita radical se conformará con el fortalecimiento de chiitas y radicales, de tal modo que, también, las declaraciones de apoyo de su parte deben ser tomadas con cuidado.

Todo lo cual nos conduce a los palestinos, atravesados por Hamas en Gaza que, como dijimos, apoya a Irán y obtiene el sostén de ese país y la Autoridad Palestina, encabezada por Fatah en Cisjordania que teme, no menos, el aumento de influencia iraní. Por un lado, los seguidores de la Autoridad y, en general, los opositores a Irán en el mundo árabe no pueden incentivar, en publico, un ataque por temor a ser ellos quienes paguen el precio que Irán aumente su apoyo a sus rivales y, por otro lado, es difícil creer que dejarán caer una lagrima al saber que, el programa nuclear, fue eliminado.

"Estoy convencido que Israel no tendrá la valentía de atacar a Irán", escribió el editor de noticias palestinas independiente, Maan, en una nota publicada bajo el título de "¿Podrá Irán romper la espalda de Israel o es solo una burbuja mediática? Si Israel ataca a Irán ( con la ayuda de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia y otros) ninguno de esos países impedirá que, Tel Aviv, pruebe el sabor de los misiles una vez más. Si bien Israel se jacta contra Irán, le tiene miedo".

El editor del medio de comunicación electrónico palestino líder, escribió: "Si las cosas se deterioran, hasta llegar a una guerra regional, es más probable que estalle una guerra (de parte de Israel) contra Gaza que contra Irán. Incluso si Israel logra hacer explotar, con facilidad, a Irán y sin ninguna reacción por parte de este, entonces sabremos que Irán no es diferente de cualquier otro régimen árabe que comercia con la "resistencia" y sostiene que cuenta con la voluntad de luchar contra Israel. O entonces, declararemos que, los dos pueblos árabes más pequeños, luchan contra Israel (los palestinos y los libaneses) en los campos de refugiados de Jenin y que, el combatiente palestino y libanés, mantiene su cabeza en alto".

¿Qué con respecto a los seguidores de Irán? Es innecesario destacar que Hezbollah, con predominio en Líbano y Siria apoyan a Irán. Esa posición encontró su expresión en un artículo, publicado por la revista del régimen sirio, el último viernes, Tishrin. "Las variadas maniobras militares israelíes comenzaron a despertar preocupación ante la posibilidad de una inquietud en la región hacia una guerra de aniquilación, que no se frene en los límites de las instalaciones nucleares iraníes sino que amenaza responder con furia. Lo que aumenta el peligro es el pedido de Netanyahu y Barak a los ministros del gobierno a no negarse a un ataque militar contra Irán y el hecho que, el mundo, este sumergido en los sucesos de la región, algo que Israel aprovecharía a fin de concretar un ataque, lo que abriría las puertas del infierno sobre ese país y, quizás, sobre el mundo entero". En la revista siria, se lee también: "Los últimos entrenamientos y maniobras y, en especial, los entrenamientos de la Fuerza Aérea en las bases de la OTAN en Italia, tanto como las posiciones norteamericanas y occidentales que, en general, son hostiles a Irán y su programa nuclear, comenzaron a señalar la cercanía a la hora 0, cuando la región ya no sea más segura.

El gran salvajismo será que esa expresada amenaza no sea tomada en cuenta por las potencias, la ONU y el Consejo de Seguridad mientras, al mismo tiempo, se involucran en los asuntos de los países y toman la decisión sobre sanciones contra ellos por asuntos puramente internos (se refiere a decisiones tomadas contra Siria)".

La situación, entonces, será algo diferente (solo por poco) de las posiciones del mundo árabe del pasado, antes del "estallido de la primavera árabe". Si bien algunos regímenes. Opuestos a Irán, fueron depuestos, es difícil afirmar que además de las concentraciones de chiitas en Medio Oriente y además de los cálculos tácticos del movimiento Hamas, haya quien espere lánguidamente la bomba atómica iraní. Como mucho, es probable que haya alguien que se alegre por la amenaza emplazada frente al poderío nuclear israelí (según publicaciones extranjeras, por supuesto), lo que permitirá, a otros países árabes sumarse ahora, con mayor facilidad, a la carrera nuclear.

La pregunta es si, después de un año de saltos políticos y derrumbes económicos en

Medio Oriente, habrá alguien dispuesto a financiar una pretenciosa campaña por alcanzar armas nucleares solo por sumarse al club. Esa gran pregunta deberá esperar hasta otra fecha, solo después que la región vuelva a estabilizarse.

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