LA DECADENCIA DE LOS DERECHOS HUMANOS

Por Bret Stephens

Que es un derecho humano?
Consideren el caso de un rumano llamado Ionescu—no el dramaturgo del absurdo mismo, sino muy en la tradicion del maestro—quien una vez tomo el viaje en autobus de 2000 millas desde Bucarest a Madrid. Su asiento no se reclino completamente. La propaganda de la compañia de autobus habia prometido que lo haria.
Asi que el Sr. Ionescu demando. Por €90.
Primero demando a traves del Poder Judicial rumano, incluida la Corte Suprema. Despues que sus apelaciones fracasaron en casa, el fue ante la Corte Europea de Derechos Humanos (CEDH) en Estrasburgo, Francia, insistiendo en que los tribunales rumanos le habian negado el derecho a un juicio justo.
La denuncia fue presentada en octubre del 2004. Fue rechazada, por un panel de siete jueces, en junio del 2010. El Sr. Ionescu no obtuvo sus €90, pero la CEDH no dijo lo que su caso costo a los contribuyentes de impuestos europeos. El tribunal destaco, no obstante, que la demanda "no era manifiestamente infundada o un abuso del derecho de peticion." En otras palabras, la CEDH pensaba que el caso llego a su fin.
Seria bueno si el caso de Ionescu fuera solo otro elemento mas de la euroestupidez del estilo que la de los tabloides britanicos aman satirizar. Mas cerca de la verdad esta que es un emblema comico de una decadencia tragica. Una tras otra, instituciones publicas y privadas dedicadas a la defensa de los derechos humanos estan llevando a esos derechos a un descredito al por mayor.
Tomemos a la CEDH, la cual grandilocuentemente afirma que "protege los derechos de 800 millones de personas en 47 estados." En 1999, la corte acepto considerar 8400 presentaciones. Una decada mas tarde estaba tratando con 57200 presentaciones, mas una reserva adicional de 119300. La corte dice que el 90% de esos casos son inadmisibles y que ha tomado pasos para tratar con ellos.
Pero la explosion en los casos ruega por la pregunta de por que tantas personas estan ahora recurriendo a la corte. En un discurso importante y pasado por alto el miercoles, el primer ministro britanico David Cameron ofrecio una respuesta: La corte, advirtio el, estuvo en el proceso de convertirse en un tribunal de inmigracion, una corte de pequeños reclamos y una "corte de cuarta instancia"—un tipo de super Corte Suprema para peticionantes que han agotado sus opciones a nivel nacional.
Llamenlo el corolario legal de la Ley de Say: El suministro crea su propia demanda. Cuantos mas "derechos humanos" haya, mas casos de derechos humanos habra.
Es eso un problema? Lo es, cuando los casos son falsos. Lo es, tambien, cuando una definicion de derechos humanos de la corte contradice rutinariamente las opiniones de la gente comun, parlamentos democraticos, y tribunales nacionales debidamente constituidos.
La ultima prueba A de la extralimitacion de la CEDH es su fallo del 16 de enero en el caso de Abu Qatada, un clerigo islamista radical nacido en Belen, radicado en Londres y buscado por cargos relacionados con Terrorismo en Argelia, Jordania, los Estados Unidos, Belgica, España, Francia e Italia. El gobierno de Reino Unido (el cual nunca acuso a Qatada por algun crimen aunque lo detuvo en forma repetida), quiere deportarlo a Jordania y ha negociado un acuerdo de "no tortura" con Amman. La Camara de los Lores de Inglaterra bendijo la deportacion en el 2009.
Pero no el tribunal de Estrasburgo. Detuvo la deportacion sobre la base que una condena eventual del Sr. Qatada en un tribunal jordano podria estar basada en pruebas extraidas a traves de torturas de un co-demandado. Una deportacion, fallo la corte, "legitimizaria la tortura de testigos y sospechosos."
Quizas eso sea magnanimo. Pero el resultado para Inglaterra es que el Sr. Qatada es un hombre libre, obteniendo £1000 mensuales en cheques de bienestar. Nada mal para un muchacho que llego al Reino Unido con un pasaporte falso, gano asilo sobre las bases que el enfrentaba la persecucion religiosa en Jordania (mientras la practicaba en sus sermones), y luego se volvio tutor e inspiracion de gente como Mohammad Atta, Richard Reid, y Abu Musab al-Zarqawi.