miércoles, 26 de marzo de 2014

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Los funcionarios públicos deben controlar sus manifestacionesLos funcionarios públicos deben controlar sus manifestaciones
Los judíos tenemos una larga tradición de ser un pueblo que le gusta hablar. Contar cuentos, historias y anécdotas es una de las situaciones más comunes en nuestras comunidades. Generalmente con gestos ampulosos, o por lo menos moviendo mucho las manos, los judíos sobresalimos como grandes cuentistas.
Pero hay oportunidades que esas dotes salen de cause y en lugar de generar interesantes conversaciones, no nos ubicamos donde corresponde o abrimos la boca para decir cosos en forma inoportuna o fuera de lugar.
Esta semana hemos tenido diversos ejemplos de lo que explicamos más arriba y para muestras, basta con tres sonados ejemplos.
El que gana todos los premios, casi sin ninguna duda, es el Ministro de Defensa, Moshe Yaalon. En lo que se presume debía ser una interesante disertación pronunciada en la Universidad de Tel Aviv, Moshe Yaalon declaró el pasado lunes “que Israel no podía confiar en su principal aliado por las negociaciones nucleares con Irán”. Además, durante la conferencia también recalcó que la postura que ha adoptado Washington ante la crisis en Ucrania es un ejemplo de "debilidad", según publicó el diario 'Haaretz' y posteriormente confirmaron fuentes del Gobierno israelí. Yaalon también mostró su desacuerdo con la política de Obama a la hora de enfrentar los problemas internacionales.
Cuando uno es ministro de un país, debe tener muchísimo cuidado en emitir opiniones que puedan molestar al casi único aliado que puede tener Israel en estos momentos. Pueden ser ciertas sus palabras y es seguro que muchísima gente piensa igual que él, pero hay cosa que cuando se ocupa un cargo público no pueden decirse. En primer término daña al Gobierno que encabeza el Primer Ministro Benjamín Netanyahu, en segundo lugar, desubica a la gente que trata que la enemistad, cierta o no, que muestra el Presidente de los Estados Unidos de América para con Israel encuentren soluciones y logren un período más o menos tranquilos para los próximos 34 meses que quedan del gobierno de Obama y luego, en tercer término, vienen las excusas y pedidos de perdón que por no ser sinceras sino obligadas, no resuelven ninguna situación.
Yaalon ya había incurrido en el mismo error hace unos meses, cuando manifestó que a Kerry (secretario de estado de los Estados Unidos, John Kerry) debería dársele el Premio Nobel y que el mismo debería luego dejar de molestar a Israel. También tuvo que pedir, “humildes excusas”.
Yaalon ha pasado a la historia como el único Jefe de Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), al cual no le han prorrogado su mandato por un cuarto año hasta la fecha. El motivo fue un fuerte enfrentamiento con el ministro de Defensa de aquel entonces,Shaul Mofaz, al ordenar el P.M, Ariel Sharon (Z”L) la retirada unilateral de la franja de Gaza.
Yaalon ha sido nombrado ministro de Defensa por una casi única razón. Es el único militar de carrera en la lista del Likud-Israel Beiteinu que ha accedido a la Kneset y por motivos de lógica y tradición, el ministerio ha sido ocupado por personas con antecedentes en el ejército. En la historia varios civiles han ocupado la cartera de defensa con éxito, como Shimon Peres, Moshe Arens o Isaac Mordejai. Tal vez es tiempo de volver a esos tiempos.
Las declaraciones de “Bugie”, como es conocido por sus amigos, son ya de larga data y no han servido para llegar a ninguna situación positiva. El P.M. Netanyahu debe hacer valer su autoridad y directamente prohibir manifestaciones de este tipo que no ayudan a construir nada. Los conflictos deben evitarse de entrada. Luego vienen las malas disculpas, que dejan cicatrices que no cierran nunca.
Otro que se ha ido de lenguas ha sido el Jefe de Economistas y Director de Ingresos del Estado, funcionario dependiente del ministerio de Economía, Dr. Michael Sarel. El titular de la cartera ha manifestado que está siendo estudiado un proyecto donde se desgravará del Impuesto al Valor Agregado (MAM, por sus iniciales en hebreo) a las viviendas nuevas adquiridas por parejas jóvenes. Esa doctrina estaba fijada en la plataforma electoral del partido de Yair Lapid y es una de las banderas de su “política social”. Además de beneficiar a las parejas jóvenes, el proyecto trata de premiar a las personas que cumplen con las leyes del estado y ayudan a la comunidad toda. Como requisito para lograr el beneficio, se establece que las parejas deben tener por lo menos un hijo, haber cumplido con su obligación militar, tener trabajo comprobable y no poseer ningún otro bien inmobiliario. Los jóvenes que cumplieron con la ley y se enrolaron en el ejército y que trabajen y generen riquezas y paguen impuestos tendrán una pequeña compensación por tal actitud. Es hora de que los que cumplen con la ley se vean recompensados y los que se escudan en falsas ideologías y no estén dispuestos a brindar nada a la sociedad, pero si vivir de sus beneficios, sean desprotegidos por estas.
El Dr. Michael Sarel dijo que la medida producirá el caos en la economía de Israel. Que es un despropósito y que solo se ha gestado como una medida populista.
El Dr. Michael Sarel tiene importantes antecedentes y títulos universitarios. Se ha desempeñado en el Banco de Israel, en el Fondo Monetario Internacional y en el Banco Mundial. Tiene títulos de la Universidad Hebrea y un PhD de la Universidad de Harvard. Esta universidad, una de las más prestigiosas del mundo, ha brindado innumerables economistas de prestigio internacional. Con amplios y magníficos conocimientos. Pero todos ellos se caracterizan por tomar posiciones teóricas y que benefician a las grandes corporaciones internacionales, en contra de lo verdaderamente popular. Producen cada vez mayores brechas entre las comunidades y provocan que los ricos sean cada vez más ricos y que los de las clases inferiores estén cada vez más separados de las clases de arriba. Harvard produce economistas sin corazón, sin sensibilidad, sin sentimientos. Hay veces que es necesario ser “populista” y ayudar a los que realmente llevan la pesada carga del trabajo, para sostener con dignidad, a una familia.
Michael Sarel no ha protestado ni dimitido a su cargo cuando en el Ministerio que él dirige eximió a empresas muy grandes de pagar al igual que todas, el impuesto a las rentas y bajó su pago a casi el 0 %, lo que costó al fisco la bonita suma de 8.000 millones de shekel, o cuando se autoriza a las mismas a pagar fabulosas primas a sus directivos en retribuciones desmedidas, producidas en gran parte por la ventajas impositivas que estas empresas tienen. Ahora Sarael ha renunciado a su cargo. No creemos que pase la semana que viene por la oficina de desempleos a cobrar el fondo que pueda corresponderle. Seguramente ya lo aguarda un importante sueldo en algún banco, consorcio internacional o multinacional de primera línea, que siempre se encargan que los ex funcionarios que los protegieron durante sus mandatos, no pasen privaciones ni tengan serios problemas.
La medida de la quita del Impuesto al Valor Agregado solo afectará al 8 % de las ventas, pero es suficiente para ayudar a miles de jóvenes, con hijos y trabajo y que hayan hecho el servicio militar a acceder a una vivienda propia al abonar un 18% menos en su primer compra inmobiliaria.
En el tercer ejemplo, si bien este puede considerárselo como tragicómico o basura de entrecasa, el que se pasó de bocas esta semana, ha sido el ex mayordomo de la casa del Primer Ministro.
Meni Neftalí, ese es su nombre, ha presentado una demanda ante los Tribunales, acusando al matrimonio Netanyahu, y en especial a la Sra. Sara de malos tratos, lenguaje abusivo e insulto étnico. Meni se desempeñó durante veinte meses como mayordomo y responsable del personal doméstico de la residencia del P.M. Anteriormente fue miembro del Ejército de Defensa de Israel en una unidad de elite y posteriormente formó parte de custodia personal de Bibi, que es donde éste lo conoció. Fue contratado para ejercer como mayordomo y al parecer no tenía muy buena relación con Sarita. Según manifestaciones de Meni, la esposa del P.M. es de “carácter irascible y pierde fácilmente su compostura y muestra malos tratos”. Cuenta que una vez lo despertó a las tres de la madrugada para censurarle que había comprado leche en envase de plástico (sachet) en lugar de envase de cartón. Que en otra oportunidad viendo que las flores estaban un poco marchitas arrojó el florero al piso, rompiéndolo y diciendo que seguro que en la Casa Blanca o en los Campos Eliseos, esto no pasaría. Lo que más indignó a Neftali es que la Sra. Netanyahu en una oportunidad le recriminó que le servía demasiada comida y que luego, cuando salía de viaje, fuera del país, se veía gorda respecto a otras esposas de mandatarios. Dice que textualmente dijo “nosotros somos europeos, somos refinados, no comemos tanto como Uds. los marroquíes”.
Qué bueno que Sarita desee compararse con las primeras damas de EE.UU y Francia. Si vemos a Michelle Obama o a Carla Bruni, la esposa de Nicolás Sarkozy, que recientemente terminó con sus funciones en los Palacios Elíseos, casi no notamos la diferencia entre las tres. Son casi personalidades gemelas.
Además, ¿Por qué el sr. Meni Neftali compra leche en sachet si debe saber que a Sara le gusta en cartón? O deja flores marchitas en la residencia del P.M. o lleva mucha comida a la mesa. Los costos no interesan pues igual salen de partidas oficiales. A la Sra. del Primer Ministro no le gusta que la contradigan. Ya hay antecedentes en otras oportunidades que fue acusada de tratar mal a la gente de servicio, incluso arrojarle zapatos y objetos voladores por la cabeza. Esas cosas no deben ser públicas. Hay que mantener la privacidad y no demandar al matrimonio gobernante por 185.000 dls. Eso no es buena publicidad para los mismos.
En fin, como vemos, todo sea hablar por hablar y mostrar que la lengua muchas veces es más rápida que el cerebro.
Cr. Víctor Vaisman


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