Fuente: Now- Traducido por El Med.io
Por Mona Alami
21/3/14
Calles desoladas, restaurantes vacíos y bares sin gente de fiesta se han convertido en una imagen familiar en muchos de los antaño populares barrios del Líbano. La economía está en recesión, en lo que parece ser una espiral descendente desde 2011.
Beirut ya no bulle de energía y vitalidad. La hermosa zona del centro, con sus tiendas de lujo, está inquietantemente vacía. Las ventas están cayendo en todo el país, con el telón de fondo de una persistente crisis económica agravada por una inseguridad cada vez mayor.
“No voy al centro ni a los centros comerciales, me asusta demasiado la situación. Nunca sabes si van a empezar a atacar los centros comerciales”, dice Hoda Radwan, residente en Ras Beirut. El sentir de Radwan se ve reflejado en la pobre tasa de crecimiento del Líbano, que cayó a un 0,9% en 2013 y fue de 0 en los primeros dos meses de este año, según un reciente informe del Byblos Bank. El índice de confianza de los consumidores también refleja el decaído ánimo de la población: según Nasib Gobril, principal economista del Byblos Bank, el índice sufrió una caída del 14% el año pasado, con lo que alcanzó el nivel más bajo de su historia. “Cayó un 29% en 2011 y un 37% en 2012, y el año pasado alcanzó niveles sin precedentes”, explica Gobril a NOW.
El sector hotelero es uno de los que se han visto más afectados por la recesión; los ingresos por habitación disponible cayeron de 184 dólares en 2009 a 87 en 2013, según un informe deLebanon This Week (de la cadena LTW) publicado por el Byblos Bank.
“La industria hotelera se ha visto afectada globalmente, pero por suerte hemos sido capaces de mantener la ocupación media atendiendo a segmentos de negocio específicos y a los visitantes iraquíes”, afirma Nimr Chelala, director del hotel Mozart de Beirut.
El turismo en continuo descenso ha experimentado una caída del 40% desde 2010: un golpe que se ha trasladado a otros sectores relacionados con el turismo, entre ellos el comercio, los restaurantes, los resorts, los transportes y el alquiler de coches. Como resultado, los negocios están cerrando en Beirut y en otras regiones.
“Cuatro o cinco bares que eran de los lugares más populares de Hamra están cerrando”, dice Marc Mouracade, dueño del pub Ferdinand. “La gente evita Hamra por motivos de seguridad. Hemos tenido dos avisos de bomba en la zona en los últimos meses. Algunos parecen preferir Mar Mijael, que de momento se considera un destino más seguro”, comenta Mourcade a NOW.
Los elevados costes son otro inconveniente que afrontan los negocios en apuros. Según el informe de la LTW, el Líbano es el 73º país más caro de 222 analizados en todo el mundo, y el tercero de Oriente Medio, por detrás de Qatar y de Emiratos Árabes Unidos. Los precios de alquiler de oficinas son los 24 más caros de una lista de 67, y, de nuevo, los terceros más caros de la región tras Dubai y Doha.
“La mayoría de los dueños de tiendas y bares sufren por los elevados alquileres, que no se ven compensados por las ventas debido a la situación. En un contexto así, los negocios no pueden durar mucho, sobre todo porque el consumo ha caído. Es un círculo vicioso”, afirma Mourcade.
Aunque algunos restaurantes pueden mantener una facturación adecuada, los clientes se quejan de que han tenido que hacer recortes en el gasto. “La gente está sin blanca y el gasto ha caído; tenemos mucho cuidado con cómo nos gastamos el dinero”, dice Radwan a NOW.
Aparte del turismo, Gobril menciona los seguros y las ventas de automóviles como otros sectores a los que la situación ha afectado negativamente; el segundo de ellos ha sufrido una caída del 31% en 2013. “La tendencia va hacia coches más pequeños y de consumo más eficiente”, añade.
Pese a que las cifras de exportación van en aumento, el sector industrial del Líbano está sufriendo indirectamente el impacto de los bajos niveles de confianza de los consumidores. La gente centra su gasto en productos básicos y se aleja de las marcas caras. “El Líbano ha perdido 10.000 millones en producción en los últimos tres años, lo que supone que nuestro PIB, que actualmente es de 43.000 millones de dólares, debería ser de 53.000 millones”, explica Gobril.
Por último, el sector bancario también se ha visto perjudicado por la pérdida en oportunidades de crédito, añade Gobril. Sin embargo, ha logrado reforzar su base de depósitos en más de 2.000 millones de dólares, gracias a la crisis bancaria chipriota del año pasado.
Con la presión sobre varios sectores en aumento y casi todos los indicadores económicos en rojo, la economía debería ser una prioridad para el nuevo Gobierno, pues cualquier agravamiento se traducirá en una inestabilidad aún mayor para el país.
Beirut ya no bulle de energía y vitalidad. La hermosa zona del centro, con sus tiendas de lujo, está inquietantemente vacía. Las ventas están cayendo en todo el país, con el telón de fondo de una persistente crisis económica agravada por una inseguridad cada vez mayor.
“No voy al centro ni a los centros comerciales, me asusta demasiado la situación. Nunca sabes si van a empezar a atacar los centros comerciales”, dice Hoda Radwan, residente en Ras Beirut. El sentir de Radwan se ve reflejado en la pobre tasa de crecimiento del Líbano, que cayó a un 0,9% en 2013 y fue de 0 en los primeros dos meses de este año, según un reciente informe del Byblos Bank. El índice de confianza de los consumidores también refleja el decaído ánimo de la población: según Nasib Gobril, principal economista del Byblos Bank, el índice sufrió una caída del 14% el año pasado, con lo que alcanzó el nivel más bajo de su historia. “Cayó un 29% en 2011 y un 37% en 2012, y el año pasado alcanzó niveles sin precedentes”, explica Gobril a NOW.
El sector hotelero es uno de los que se han visto más afectados por la recesión; los ingresos por habitación disponible cayeron de 184 dólares en 2009 a 87 en 2013, según un informe deLebanon This Week (de la cadena LTW) publicado por el Byblos Bank.
“La industria hotelera se ha visto afectada globalmente, pero por suerte hemos sido capaces de mantener la ocupación media atendiendo a segmentos de negocio específicos y a los visitantes iraquíes”, afirma Nimr Chelala, director del hotel Mozart de Beirut.
El turismo en continuo descenso ha experimentado una caída del 40% desde 2010: un golpe que se ha trasladado a otros sectores relacionados con el turismo, entre ellos el comercio, los restaurantes, los resorts, los transportes y el alquiler de coches. Como resultado, los negocios están cerrando en Beirut y en otras regiones.
“Cuatro o cinco bares que eran de los lugares más populares de Hamra están cerrando”, dice Marc Mouracade, dueño del pub Ferdinand. “La gente evita Hamra por motivos de seguridad. Hemos tenido dos avisos de bomba en la zona en los últimos meses. Algunos parecen preferir Mar Mijael, que de momento se considera un destino más seguro”, comenta Mourcade a NOW.
Los elevados costes son otro inconveniente que afrontan los negocios en apuros. Según el informe de la LTW, el Líbano es el 73º país más caro de 222 analizados en todo el mundo, y el tercero de Oriente Medio, por detrás de Qatar y de Emiratos Árabes Unidos. Los precios de alquiler de oficinas son los 24 más caros de una lista de 67, y, de nuevo, los terceros más caros de la región tras Dubai y Doha.
“La mayoría de los dueños de tiendas y bares sufren por los elevados alquileres, que no se ven compensados por las ventas debido a la situación. En un contexto así, los negocios no pueden durar mucho, sobre todo porque el consumo ha caído. Es un círculo vicioso”, afirma Mourcade.
Aunque algunos restaurantes pueden mantener una facturación adecuada, los clientes se quejan de que han tenido que hacer recortes en el gasto. “La gente está sin blanca y el gasto ha caído; tenemos mucho cuidado con cómo nos gastamos el dinero”, dice Radwan a NOW.
Aparte del turismo, Gobril menciona los seguros y las ventas de automóviles como otros sectores a los que la situación ha afectado negativamente; el segundo de ellos ha sufrido una caída del 31% en 2013. “La tendencia va hacia coches más pequeños y de consumo más eficiente”, añade.
Pese a que las cifras de exportación van en aumento, el sector industrial del Líbano está sufriendo indirectamente el impacto de los bajos niveles de confianza de los consumidores. La gente centra su gasto en productos básicos y se aleja de las marcas caras. “El Líbano ha perdido 10.000 millones en producción en los últimos tres años, lo que supone que nuestro PIB, que actualmente es de 43.000 millones de dólares, debería ser de 53.000 millones”, explica Gobril.
Por último, el sector bancario también se ha visto perjudicado por la pérdida en oportunidades de crédito, añade Gobril. Sin embargo, ha logrado reforzar su base de depósitos en más de 2.000 millones de dólares, gracias a la crisis bancaria chipriota del año pasado.
Con la presión sobre varios sectores en aumento y casi todos los indicadores económicos en rojo, la economía debería ser una prioridad para el nuevo Gobierno, pues cualquier agravamiento se traducirá en una inestabilidad aún mayor para el país.