By David Suissa
30/3/11
Un par de años atras, yo escribi una carta publica al Presidente Obama aplaudiendo su compromiso con la paz en el Medio Oriente, pero advirtiendo que el debia estar preparado para fracasar. Mi razonamiento era que el estaba siguiendo la definicion de locura de Albert Einstein: hacer lo msimo una y otra vez y esperar resultados distintos.
Al criticar este enfoque, utilice la metafora de intentar plantar una flor en arena del desierto. No importa cuan duro lo intentes, si la tierra no es la correcta, nada crecera.
Esta flor — un arbolito seria una metafora mas apta — representa la paz entre israelies y palestinos. Por casi dos decadas, este pequeño arbol ha estado desfilando alrededor del mundo como la “clave para la paz en el Medio Oriente.” En forma acorde, ningun tema ha cautivado a los diplomaticos trotamundos tanto como este.
Entre todos los diplomaticos, quizas el que ha pasado el mayor tiempo sobre este tema ha sido Dennis Ross, el hombre nombrado en el proceso de paz por tres presidentes norteamericanos, incluida la actual administracion.
Muchos años atras, Ross me dijo algo en un evento de caridad que me golpeo: Su mayor arrepentimiento fue que ellos no aplicaron la clausula anti-incitacion en el Acuerdo de Oslo.
Ross estuvo revelando una dolorosa verdad sobre el proceso de paz — tu no puedes tener paz sin educacion. Tu puedes regatear todo el dia sobre fronteras, pero si la gente viviendo dentro de aquellas fronteras esta envenenada con odio y no esta preparada para el compromiso, ningun lider firmara un acuerdo del "fin del conflicto."
Tu puedes hacer un buen caso que, si la Autoridad Palestina hubiera pasado las ultimas dos decadas vendiendo la paz a su pueblo, ellos tendrian su propio estado ahora y estariamos hablando hoy sobre proyectos comunes, no cohetes Qassam.
Pero por supuesto ellos no vendieron paz. En cambio, ellos vendieron el bien engendrado guion de los dictadores arabes que tienen que construir credibilidad callejera con las masas: Demonizar a los judios y la entidad sionista. Es sorpresivo que los lideres palestinos, desde Arafat a Abbas, hayan encontrado tan dificil decir si a las ofertas israelies de paz? Como podrian ellos comprometerse con un enemigo al que ayudaron a demonizar?
Que dirian ellos a su pueblo? Perdon, nosotros les mentimos — los judios realmente tienen un derecho a esta tierra? Es cierto, ellos han tenido una presencia en Jerusalem por mas de 3000 años? Si Israel esta dispuesta a retirar los asentamientos por la causa de la paz, nosotros debemos estar tambien dispuestos a comprometernos sobre el derecho al retorno? Seamos amables con ellos para que ellos nos ayuden a crear un gran pais?
Lo que es tan chocante sobre estas simples palabras es que nunca las hemos escuchado dichas por algun lider palestino, sea en Ingles o en Arabe.
Pero aquellas palabras fueron los ingredientes cruciales perdidos para nutrir al arbol de la paz. Ellas tenian que ser dichas no ocasionalmente en reuniones interreligiosas, sino constantemente y persuasivamente en escyelas, medios de comunicacion, campamentos de verano y mezquitas palestinos.
Pero quien alguna vez se atrevio a presionar a los lideres palestinos para que digan esas palabras? Grupos de paz? Una comunidad mundial que continuo echando miles de millones en los cofres palestinos mientras reforzaba su narrativa de victimizacion exclusiva? Los Estados Unidos, que nunda dieron a los palestinos algun incentivo para dejar de glorificar el terrorismo y comenzar a enseñar la paz?
Cuando Obama el pacificador tuvo finalmente su posibilidad, en vez de promover la paz, el promovio el desgastado viejo tropo de poner presion sobre Israel para que haga mas concesiones unilaterales.
En vez de lanzar, por ejemplo, una innovadora campaña de educacion para la paz para transmitir a los palestinos que la paz vale la pena comprometerse sobre el derecho al retorno, y a los israelies que la paz no significaria suicidio, el llego con una nueva excusa para que los palestinos se queden lejos de las conversaciones de paz: un congelamiento en la construccion judia como una precondicion de aquellas conversaciones.
Para el momento en que el se dio cuenta de su metida de pata, fue demasiado tarde. El ya habia perdido a ambas partes. Como el Rabino Donniel Hartman sugirio diplomaticamente la semana pasada en una carta a Obama, la sociedad israeli “no confia plenamente en usted aun.”
Ironicamente, tampoco lo hacen los palestinos, quienes, dado ningun incentivo de Naciones Unidas para negociar o comprometerse, simplemente huyeron para hacer su propio trato con el mundo.
Obama planto muy correctamente las semillas, pero en vez de semillas de paz, ellas eran semillas de fracaso.
David Suissa es consultor de marcas y fundador de revista Olam.
Fuente: The Jewish Journal Los Angeles- Esta nota fue traducida por Luisa Kasvin especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba
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