Categoría: Antisemitismo
Fecha: 12 Marzo 2014
Fuente: Entorno Inteligente, Venezuela (10-03-2014)
El debate en torno al supuesto antisemitismo de Martin Heidegger vuelve a ser explotada en Alemania, con la publicación de sus "Schwarze Hefte" (Cuadernos negros), una suerte de diario intelectual que escribió de 1931 a principios de los 70.
"Es difícil exagerar la importancia del manuscristo", explica el filósofo Peter Trawny, editor de los cuadernos. Él no tiene duda alguna: la colección, que comenzó a salir en febrero y se completará con los volúmenes más polémicos este mes, aporta "una dimensión nueva y aterradora" al pensamiento del autor de "Ser y Tiempo".
Una parte de la historia es bien conocida: Heidegger (1889?1976) fue miembro del partido nazi de 1933 a 1945. En particular su encendido discurso al asumir el rectorado de la Universidad de Friburgo en 1933 se toma como prueba de su apoyo intelectual al Nazismo. Tras la guerra, fue apartado de la enseñanza hasta 1951.
Sin embargo, los expertos siguen hasta hoy sin ponerse de acuerdo sobre las convicciones reales de Heidegger. Sobre todo se discute si influyeron en su pensamiento o si su obra puede leerse desde un punto de vista apolítico y sólo filosófico. Trawny cree que los cuadernos ofrecen por fin la respuesta a ese debate.
"A fines de los 30 y principios de los 40, Heidegger estaba muy enojado" ante la perspectiva de fracaso que se abría sobre la ideología nazi y sobre su propia filosofía, analizó el editor.
"En ese enfado alude a los judíos, en algunos pasajes de forma extremadamente hostil. Ya sabíamos que Heidegger había expresado su antisemitismo en pensamientos privados. Pero esto prueba el vínculo del antisemitismo con su filosofía".
Trawny, también director del Instituto Martin Heidegger de la Universidad de Wuppertal, apunta sobre todo a las referencias que al parecer hace Heidegger en los "Cuadernos negros" a "un judaísmo mundial" y "sin raíces" que controla tanto el capitalismo como el comunismo, argumentos centrales de la propaganda antisemita nazi.
Heidegger vería por eso un "enemigo militar" en el judaísmo, según Trawny, que va más lejos: "Tiene que haber saludado la violencia contra los judíos, porque a un enemigo militar se le responde con violencia", dijo en la nueva edición de "Der Spiegel".
El inicio de la publicación de los 34 cuadernos, que Heidegger mismo escribió pensando que debían aparecer como coronación final de sus obras completas, reabrió ya las preguntas en torno a la figura del filósofo. Pero muchos cuestionan la visión de Trawny y lo acusan de forzar su interpretación de la obra.
El experto en Literatura Silvio Vietta, que conoció personalmente a Heidegger, consideró "absurdas" las acusaciones. "El antisemitismo no tiene nada que ver. Lo demuestra el solo hecho de que Heidegger aprendiera con un judío, Edmund Husserl", dijo al canal alemán internacional Deutsche Welle.
No es el único vínculo personal de Heidegger que relativiza o pone en duda su posible antisemitismo. El filósofo tuvo numerosos discípulos y amigos judíos, entre ellos Hannah Arendt, con la que mantuvo un romance.
También en Francia, donde Heidegger goza de un enorme prestigio, su traductor Fran?ois Fédier señaló a "Le Nouvel Observateur" que los comentarios del filósofo "pueden sonar odiosos sacados de contexto", pero que inscritos en el conjunto de su obra "no tienen nada que ver con antisemitismo".
En medio de acusaciones cruzadas de un lado y otro, Florian Grosser, la de universidad suiza de St. Gallen, consideró que "la discusión es un tanto absurda, tomando en cuenta que casi nadie leyó aún los cuadernos".
El volumen más esperado cubre los años 1945/1946 y se creía perdido hasta que apareció en casa del literato Vietta. Heidegger era amigo de su familia y tuvo una relación amorosa con su madre, a la que le regaló el volumen.
El cuaderno correspondiente llegará a las librerías de Alemania el 15 de marzo, pero la nueva polémica en torno a Heidegger sólo está comenzando: Vietta ya anunció que publicará próximamente las cartas entre su padre y el filósofo, otro material que podría seguir mostrando nuevas facetas del polémico genio alemán.
Sin embargo, los expertos siguen hasta hoy sin ponerse de acuerdo sobre las convicciones reales de Heidegger. Sobre todo se discute si influyeron en su pensamiento o si su obra puede leerse desde un punto de vista apolítico y sólo filosófico. Trawny cree que los cuadernos ofrecen por fin la respuesta a ese debate.
"A fines de los 30 y principios de los 40, Heidegger estaba muy enojado" ante la perspectiva de fracaso que se abría sobre la ideología nazi y sobre su propia filosofía, analizó el editor.
"En ese enfado alude a los judíos, en algunos pasajes de forma extremadamente hostil. Ya sabíamos que Heidegger había expresado su antisemitismo en pensamientos privados. Pero esto prueba el vínculo del antisemitismo con su filosofía".
Trawny, también director del Instituto Martin Heidegger de la Universidad de Wuppertal, apunta sobre todo a las referencias que al parecer hace Heidegger en los "Cuadernos negros" a "un judaísmo mundial" y "sin raíces" que controla tanto el capitalismo como el comunismo, argumentos centrales de la propaganda antisemita nazi.
Heidegger vería por eso un "enemigo militar" en el judaísmo, según Trawny, que va más lejos: "Tiene que haber saludado la violencia contra los judíos, porque a un enemigo militar se le responde con violencia", dijo en la nueva edición de "Der Spiegel".
El inicio de la publicación de los 34 cuadernos, que Heidegger mismo escribió pensando que debían aparecer como coronación final de sus obras completas, reabrió ya las preguntas en torno a la figura del filósofo. Pero muchos cuestionan la visión de Trawny y lo acusan de forzar su interpretación de la obra.
El experto en Literatura Silvio Vietta, que conoció personalmente a Heidegger, consideró "absurdas" las acusaciones. "El antisemitismo no tiene nada que ver. Lo demuestra el solo hecho de que Heidegger aprendiera con un judío, Edmund Husserl", dijo al canal alemán internacional Deutsche Welle.
No es el único vínculo personal de Heidegger que relativiza o pone en duda su posible antisemitismo. El filósofo tuvo numerosos discípulos y amigos judíos, entre ellos Hannah Arendt, con la que mantuvo un romance.
También en Francia, donde Heidegger goza de un enorme prestigio, su traductor Fran?ois Fédier señaló a "Le Nouvel Observateur" que los comentarios del filósofo "pueden sonar odiosos sacados de contexto", pero que inscritos en el conjunto de su obra "no tienen nada que ver con antisemitismo".
En medio de acusaciones cruzadas de un lado y otro, Florian Grosser, la de universidad suiza de St. Gallen, consideró que "la discusión es un tanto absurda, tomando en cuenta que casi nadie leyó aún los cuadernos".
El volumen más esperado cubre los años 1945/1946 y se creía perdido hasta que apareció en casa del literato Vietta. Heidegger era amigo de su familia y tuvo una relación amorosa con su madre, a la que le regaló el volumen.
El cuaderno correspondiente llegará a las librerías de Alemania el 15 de marzo, pero la nueva polémica en torno a Heidegger sólo está comenzando: Vietta ya anunció que publicará próximamente las cartas entre su padre y el filósofo, otro material que podría seguir mostrando nuevas facetas del polémico genio alemán.