Sobrevivir en la jungla de los humanos…
Parashat Vaietzé
BHN”V
“Vehaiá he-akov lemishor” afirmaba el profeta. ‘Akov’, resultado de lo sinuoso, de la trama compleja y enmarañada de la vida, alcanzará en su momento el aspecto de ‘mishor’: el punto llano, la llanura, el no sobresalto, la quietud tal vez…No hablaba el profeta de geografías. Habla de seres humanos con caminos realizados y por hacer.
Iaacov, quien transita ahora los días en que será padre, no sólo es aquel recién nacido aferrado al talón de su hermano. Tampoco es quien, para la definición de Esav –así lo ve más allá de cualquier realidad- “vaiaakveni ze paamáim”, ‘el que me persiguió ya por dos veces’-, dejándonos una impresión de desamparado en Esav y embaucador en Iaacov.
Allí está la fortuna del Esav generacional: siempre pone enfrente, en el otro, aun siendo su propio hermano, el problema de su existencia. Logra convencer al entorno acerca de lo perturbador que es el otro para su vida y lo amenazante que resulta ser ese otro, para la vida de los demás…
Y el Esav generacional, tiene una gran audiencia. Sabe “cazar con su boca” como estudiamos. Y no hay nada que impida su carisma y su cautivar a los demás. Hay que saber cazar animales. Hay que ser más astuto que ellos. La destreza expresada en el campo, ahora es empleada en el otro campo: el de las comunicaciones. De las relaciones humanas. Y si bien está sediento de venganza, sabe esperar…Otra ‘cualidad’ del cazador: la paciencia esperando su presa. Esav va a esperar ‘que se muera su padre, para entonces arremeter contra su hermano’…Hasta logra convencer al lector más distraído que toma partido inmediato con la víctima.
Iaacov es la realidad humana. Aquel que debe confrontar con el dilema ético, con el complejo moral de decisiones últimas para construir su vida. Usted convendrá conmigo que si es “ish tam” –un ser íntegro-, no puede pasarse la vida fingiendo. Engañando. Así lo vive el otro, su hermano. Así lo define. Así lo necesita. Para que su auditorio no se rebele.
Ese Iaacov integral –es decir, con todos los aspectos que hacen a los hombres-, emprende un exilio forzoso el presente Shabat. No sólo por la circunstancial amenaza de Esav. Iaacov debe construir su hogar. Debe ‘salir’ de sus tiendas hacia el campo, hacia los territorios que parecen ser dominados porEsav. Porque Iaacov puede estar en campo. Puede estar como Iaacov. Siendo recto, asumiendo problemas, enfrentándolos y hasta algunas veces, sufriendo el embate de otros engaños, desilusiones y fracasos…
Allí en el campo ajeno, en los campos de la enajenación y el olvido que provoca todo exilio, Iaacov va transformando su identidad. La va reafirmando. La solidifica. Se solidariza con su ser más y más.“Bemakom she-éin anashim, hishtadel lihiot ish” afirmaban los sabios de la Mishná. ‘En un lugar donde no hay hombres, intenta serlo tu…’. Iaacov se aproxima al anhelo del profeta. Va abandonando las sinuosidades de su existencia para ser más ‘mishor’. Tornarse llanura. ‘Por dentro como por fuera’. Así debe mostrarse frente a Labán, tío, suegro, patrón, y algo más. Es curioso: frente a Esav su hermano, nunca deja de ser Iaacov. Frente a Labán, sobrevivirá Iaacov para llegar a ser…Israel (de la raíz ‘iashar’, recto, llano).
Esav lo quería matar en un tiempo. ¿Y Labán? “Tzé ulemad: ma bikesh laasot Labán ha Aramí” nos invita la Hagadá de Pesaj cada año. ¿Qué se propuso Labán, el arameo? “Laakor et hacol”!!¡Arrancarlo todo desde su raíz!
Mientras Esav quiere terminar con su hermano, Labán quiere terminar con un pueblo…¿Qué le suena conocida la historia? ¡Allí la originalidad de la Torá mi querido lector!
¿De dónde sacará las fuerzas Iaacov para tanta amenaza, para tanta frustración, para tanto impulso de muerte que se cierne en su derredor?
“Lulé Elokéi Abí, Elokéi Abraham uFajad Itzjak haiá li…”. El único camino para salvarse de la Casa de Labán es el “zejut Avot” – el mérito de los padres- que lo asiste. Está aislado en medio de Labán y sus hijos; en medio de una comarca hostil. Pero no está sólo…Sabía bien Ribká su mamá por donde pasaría la arteria central de la fe y la espiritualidad de su familia. Todo su esfuerzo era poder ver aIaacov tornado Israel. Salir de la definición otorgada por su propio hermano, quien no puede ver enIaacov más allá del riesgo que presupone para su vida…Esav no puede enriquecerse de Iaacov. Porque “tiene mucho” según dice. Se mide a sí mismo por cuanto tiene y lo mide a Iaacov ‘por lo que tiene’: agarrado de su talón…Vivir a cuestas suya. Eso piensa Esav. Y como Iaacov es engañoso, más se justifica su futuro accionar respecto a él.
Labán parece querer concluir la tarea de Esav. No en vano, nuestros jajamim afirmaron: Labán ze Bil’ám…¡¡También eso!! Y así, desde siempre, las fuerzas del mal caminan juntas. No saben bien por que el otro no debe existir, pero lo defienden ‘a muerte’…A veces, los tipos de Esav, Labán, Bil’ám, frecuentan los medios de comunicación. Hablan y se lamentan por su suerte. Y en medio de su discurso, aparece Iaacov entremezclado con parte de su realidad… Allí los hechos parecen tomar otro rumbo. Porque han descubierto al objeto del odio. Ya sus problemas no son más. Ahora Iaacov ocupa su escena.
“Vehaiá he-akov lemishor” afirmaba el profeta. Tal vez cuando Esav, Laban y compañía dejen sus propias sinuosidades; su enmarañada trama de vivir, entonces, podrán cruzarse al llano. Allí lo encontrarán a Iaacov, esperándolos desde hace tiempo. Una veces como Israel –pleno de rectitud, sinceridad y visión de mundo y de D’s-, y las otras como Iaacov, defendiéndose por su vida, recurriendo a todas las formas posibles de supervivencia. Aún a costas del ‘talón del otro’…
Sepamos que de los patriarcas de Israel, sólo Iaacov conserva sus dos nombres…Y eso, ¡vaya que me quiere decir algo!
Enseñaba la guemará de Berajot (13 A): “Mashal lemá hadavar domé? LeAdám shehaiá mehalej baderej…”. Nos enseña el Talmud Bablí que la situación se asemeja a ‘aquel hombre que hacía su camino y lo sorprendió un lobo feroz, y se salvó; y este hombre meditaba y contaba acerca del episodio y la milagrosa salvación, hasta que fue atacado por el león, y también se salvó de él. Entonces ahora contaba lo milagroso de su encuentro con el león…Y fue sorprendido por una venenosa serpiente, de al cual a duras penas pudo librarse. Su relato acerca de esta última situación ocupaba su pensar, mientras ya había olvidado al lobo y al león. Así ocurre con Israel’ –afirmaban los sabios- ‘las desgracias últimas hacen olvidar las primeras’.
Dos velas para Shabat…
Rabi Ierujam dijo: “Pensamos en los milagros bíblicos como grandes maravillas. Una maravilla más grande es cuando una persona cambia su propio carácter…”
Rabi Pinjas de Koretz dijo: “Aquel que trata de corregir la corrupción del mundo es como alguien que limpia chimeneas…Por más que trate, no puede evitar ensuciarse…”
Rab. Mordejai Maaravi. Rabino Oficial de la Olei
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