martes, 11 de noviembre de 2014

Un taller para pequeños inventores israelíes

Invertir pensando en la juventudInvertir pensando en la juventud
“Los chicos están deseosos de hacer algunas cosas básicas, como jugar con cables y encender un motor o una luz”, comenta el fundador de los clubes del Taller de Steve.
El “Movimiento de Fabricantes” tomo, por sorpresa,  al mundo y, ahora, los niños israelíes tienen la posibilidad de poner manos a la obra a la diversión con la ayuda de mentores adultos. “Los chicos también están deseosos de hacer algunas cosas básicas, como jugar con cables y encender un motor o una luz”, comenta el empresario e ingeniero eléctrico Philippe Scheimann (52),  fundador, junto a su esposa Ophira,  de los clubes del Taller de Steve.
Los chicos llevan viejos juguetes y artefactos de su casa, para complementar el kit lleno de objetos electrónicos que el club les proporciona y, con todas esas partes,  diseñan nuevos objetos, como por ejemplo simples máquinas y robots.
Un club realizó una menorá electrónica de Januca, utilizando viejos dispositivos de controles-remoto para “encender” una lamparita de LED por vez. Otros grupos,  con más experiencia, aprendieron  cómo controlar sus inventos a través de sus smartphones y aplicaciones.
Scheimann nombró  a la cadena de clubes (Arte en Electrónica, en hebreo), en homenaje al Taller de la Familia Jobs en California, en el cual los jóvenes Steve Jobs y Steve Wozniak construyeron su primera computadora, la Apple I. Todos conocemos el espectacular final de esa historia.
Sin embargo, el asunto de la revolución de los fabricantes no es necesariamente convertirse en el próximo Steve Jobs, sino en aprender a convertir un objeto imaginado en un prototipo que funcione, con las propias manos. 
“Muchas personas tienen ideas que quedan en el nivel de una idea, y nunca logran convertirlas en un producto”, dice Scheimann. Incentivado por la entusiasta respuesta de niños y padres, Scheimann visualiza el Taller de Steve, difundiéndose por todo Israel y más allá. “El Movimiento de Fabricantes” es global, pero lo que hago es realmente sistémico – para lo cual construimos  todo un programa. No conozco nada similar”, comenta a Israel21c. 
Educando a los inventores
Establecido el año pasado en centros comunitarios en Ramat Hasharon, Kfar Yona y Misgav, el Taller de Steve se expandió a varias localidades de Tel Aviv, así como en  Alfei Menashe, Kfar Saba, Haifa, Carmiel, y otras ciudades del centro y norte del país. Scheimann vive en una pequeña aldea en la Galilea.

Los clubes son coordinados, en su mayoría,  por estudiantes universitarios de ingeniería, y asisten  alumnos de escuelas secundarias.
“Estamos educando e incentivando a la nueva generación de inventores”, dice Oz Hiba,  ingeniero electrónico, y estudiante universitario de Física. Coordinó  un club del Taller de Steve en inglés, en Ramat Hasharon, el año pasado, y actualmente está trabajando con 65 chicos que eligieron al Taller de Steve como su actividad particular extraescolar en Tel Aviv.
“Combinamos, tambien,  elementos de reciclaje. Por ejemplo,  transformamos  viejas cajas de té en robots”, cuenta Hiba. “Todo lo que hacemos ayuda a sus habilidades de motricidad fina, además del conocimiento técnico que adquieren”.

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