lunes, 27 de septiembre de 2010

La muerte anunciada de Sakineh Mohammadi Ashtiani

Sakineh Mohammadi Ashtiani la mujer iraní de 43 años y madre de dos hijos que fue sentenciada a morir lapidada por las autoridades de la República Islámica de Irán acusada de adulterio, logró merced a la gran presión y crítica de numerosos países, del Vaticano, de organizaciones por los derechos humanos y por protestas de la comunidad internacional, que se suspendiese provisoriamente ese bárbaro castigo que se aplica en las naciones islámicas que se rigen por la Sharia, la atávica y severa ley coránica. Encarcelada desde 2005, Sakineh fue inicialmente condenada en mayo de 2006 a recibir 99 latigazos por mantener una "relación ilícita" con dos hombres. Con posterioridad, fue declarada culpable de tener una "relación extramatrimonial" y condenada a morir por lapidación. En el juicio, dos de los cinco jueces del tribunal la declararon inocente, señalando que ya había sufrido una condena de flagelación y que no había pruebas suficientes de adulterio contra ella. Sin embargo, los otros tres, incluido el presidente del tribunal, la declararon culpable basándose en el “conocimiento del juez”, un principio de la legislación iraní que permite a los jueces adoptar una decisión en relación con la culpabilidad del acusado, aún en ausencia de pruebas claras o concluyentes.

La lapidación (raÿam) fue establecida entre los musulmanes a partir del segundo califa ‘Umar Ibn al-Jattab, que gobernó la Umma antes de la definitiva compilación del Corán, y afirmaba guiarse por la Sunna del profeta Mahoma cuando legisló acerca del apedreamiento.
El 10 de agosto, la televisión pública iraní emitió una “confesión” de Sakineh Mohammadi, en donde leía con voz trémula y rostro desencajado un documento en la que se declaraba culpable de adulterio y estar en conocimiento de un plan para asesinar a su marido. Tanto su abogado, Mohamad Mostafei –quien, amenazado se vio obligado a dejar su cargo, abandonar el país y exiliarse en Noruega para salvar su vida y la de su familia- como las organizaciones de derechos humanos consideran que esa confesión fue forzada, como ya ha sucedido en otras oportunidades. Las autoridades persas han utilizado reiteradamente “confesiones” televisadas como ésta para inculpar a personas ya detenidas. Todo parecía indicar que el régimen teocrático había orquestado esa “confesión” y que estaría inventando endilgarle nuevos cargos por el asesinato de su esposo. Según trascendidos, Sakineh Mohammadi Ashtiani podría haber sido sometida a tortura, vejaciones u otros malos tratos, como es habitual en las cárceles de Irán.
El 27 de septiembre los temores acerca de una causa judicial armada para condenar a muerte a Sakineh, se confirmaron. En un juicio sumarísimo, que denota que el régimen de Mahmoud Ahmadinejad, conspicuo y peligroso exponente del radicalismo integral islámico, no se resigna a dejar con vida a la sufrida mujer, el Fiscal General iraní, Gholam Hossein Mohseni Ejei, anunció que Sakineh Mohammadi Ashtiani, condenada a muerte por lapidación acusada de adulterio y por el asesinato de su marido, finalmente será ejecutada en la horca, ya que se le aplicará antes la sentencia por el cargo de homicidio. “De acuerdo con la decisión del tribunal, ha sido acusada de asesinato y la pena por este delito tiene preeminencia sobre el otro, de adulterio. La decisión del tribunal evita que la mujer muera lapidada, pero no que sea ejecutada, ya que el asesinato en Irán es castigado con la horca. "La cuestión no debe ser politizada. El Poder Judicial no se puede dejar influir por la campaña de propaganda emprendida en Occidente”. Es muy probable que conociendo el fallo de la justicia de su país con antelación, taimadamente, el siniestro Ahmadinejad invitado inconcebiblemente a Nueva York para participar en una cumbre de la ONU, denunció el martes 21 de septiembre el "silencio mediático" en torno a la ejecución de una mujer en EE.UU, Teresa Lewis, sentenciada por organizar el asesinato de su marido e hijastro, a morir por una inyección letal. Parangonar sendas condenas a muerte es muy cínico, porque Lewis contó con todas las garantías procesales y derecho a defensa en su país a diferencia de Sakineh Mohammadi Ashtiani, víctima de la misoginia de los Ayatolás.
La República Islámica de Irán sigue teniendo uno de los índices de ejecución más altos del mundo. En 2009 fueron ejecutadas más de 388 personas, al menos 14 de ellas públicamente y al menos una mediante lapidación. Cinco de estas personas ajusticiadas lo fueron por delitos cometidos cuando tenían menos de 18 años. Al menos 7 mujeres y 3 hombres siguen actualmente en riesgo de ser lapidadas en cualquier momento, y más de 135 jóvenes podrían ser ejecutados por delitos supuestamente cometidos siendo menores de edad. Desde 2002, al menos 6 personas han muerto lapidadas en Irán bajo la acusación de haber cometido “adulterio estando casadas”.
Rubén Kaplan
http://www.rkpress.com.ar/

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.