By DANNY AYALON
El reciente asesinato de una familia de cinco israelíes en Itamar sorprendió hasta la médula. Un terrorista irrumpió en la casa de los Fogels antes de apuñalar y garrotear a muerte a los dos padres, Udi y Ruth, y sus hijos Yoav, 11 años, Elad, 4, y casi decapitar a Hadas, quien sólo tenía tres meses de edad.
Desde entonces ha habido muy pocas protestas de la comunidad internacional. Muchos países que están tan acostumbrados a condenar la construcción de unidades de apartamentos más allá de la Línea Verde se mantuvieron en silencio sobre este asesinato sádico. Mientras tanto, los pocos corresponsales internacionales que han cubierto la masacre la han colocado en el contexto de la actual construcción de asentamientos y la llamada "ocupación" de Israel.
Sin embargo, independientemente de la opinión de uno sobre que gente tiene mayor derecho a Judea y Samaria, o la Ribera Occidental, es una distorsión históricamente inexacta afirmar que la ocupación alimenta este tipo de violencia. Si este mantra fuera cierto, entonces debe ser el caso que antes de la ocupación no hubo violencia. Esto desafía el registro histórico.
En 1929, la comunidad judía de Hebrón, que se remonta a miles de años, mucho antes de la creación del Islam y la conquista árabe y la posterior ocupación de la zona - fue atacada brutalmente. Los judios que habían estado viviendo pacíficamente con sus vecinos musulmanes fueron atacados en una sangrienta masacre, inspirada por el mufti palestino Haj Amin al-Husseini, quien después sería conocido como acólito genocida de Hitler durante el Holocausto. En dos días, 67 judios fueron atacados o golpeados hasta la muerte. Los niños judíos fueron decapitados y las mujeres judías fueron destripadas. Las extremidades fueron cortadas a los muertos, así como a aquellos que lograron sobrevivir.
Al visitar la escena poco después de la masacre, el Alto Comisionado británico para Palestina, John Chancellor escribió a su hijo "no creo que la historia registre muchos horrores peores en los últimos cientos de años."
Esta y otras matanzas similares sucedieron, no sólo antes de la "ocupación" de Judea y Samaria, sino incluso dos décadas antes que el Estado de Israel fuera restablecido. Desde 1948 a 1967, Judea y Samaria fueron ocupadas ilegalmente por Jordania, que cambió el nombre del área a Ribera Occidental, en referencia a la orilla oriental del Reino de Jordania, que caía más allá del río Jordán. Ni un solo
israelí fue permitido en esta área, sin embargo, tampoco Israel conoció un día de paz en ese tiempo, durante el cual vio brutales ataques lanzados desde la Ribera Occidental contra la población civil israelí.
Otra prueba contra el mantra de que la ocupación engendra violencia puede ser obtenida de fuentes palestinas. Tomemos la carta fundacional de Hamas, por ejemplo, que no menciona la ocupación o los asentamientos. Lo que contiene son llamados a la destrucción completa de Israel, hasta su último centímetro, tales como: "Israel existirá y continuará existiendo hasta que el Islam la destruya, tal como la destruyeron otros antes de él." La carta va más allá, aspirando a un punto en el tiempo cuando no quedarán judios en cualquier parte del mundo.
Mientras tanto, la Organización de Liberación de Palestina, actualmente encabezada por el presidente Mahmoud Abbas, señala en su carta fundacional que "esta organización no ejerce ninguna soberanía regional sobre la Ribera Occidental", al tiempo que pide una "liberación de su patria." Esto fue escrito en 1964, plenos tres años antes que Israel conquistara Cisjordania durante la Guerra de los Seis Días.
Es seguro decir que la violencia y el terror sobre los israelíes tiene poca conexión con la "ocupación" o asentamientos. Este mito no tiene fundamento histórico, pero es fácil de anunciar para los que tienen poco conocimiento del conflicto.
Sin embargo, estas fatuas patrañas sólo hacen nuestros conflictos más difíciles de resolver. La reciente masacre en Itamar destacó la incitación permanente a la violencia por parte de la Autoridad Palestina a través de sus medios de comunicación, mezquitas y el sistema educativo. En este punto, los parámetros básicos del proceso de paz necesitan una revisión. Si nuestro objetivo es llegar a una solución pacífica, entonces meramente poner fin a la "ocupación" estaría lejos de garantizar eso, como ha demostrado la historia.
Israel fue asegurada en el pasado por la comunidad internacional que si sólo se retiraba de Gaza y el Líbano, la paz florecería y la violencia llegaría a su fin. En ambos casos, esta esperanza resultó estal letalmente equivocada y millones de israelíes han sido objeto de incesantes ataques desde estos territorios desde la retirada.
No se trata de "ocupación" o territorio, se trata de coexistencia significativa. Sólo cuando las causas de raíz ideológica de nuestros conflictos sean resueltas podrán israelíes y palestinos hacer las dolorosas concesiones necesarias para la paz.
El Sr. Ayalon es el Viceministro de Relaciones Exteriores de Israel.
Fuente: THE WALL STREET JOURNAL- Este artículo fue traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Córdoba
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