lunes, 28 de marzo de 2011

LO QUE ISRAEL TOLERA

Esta legalmente permitido en Israel agitar contra la existancia misma del país, declarar su Día de Independencia un dia de duelo, vincular su nacimiento o lo que sucedió a los arabes en el curso de su nacimiento con una calamidad (nakba en Arabe) y adoctrinar a los jovenes que un estado judío es por definición una queja y que las quejas deben por derecho ser reparadas.
En otras palabras, es perfectamente legal en la Israel de hoy observar a Israel como ilegitima y una candidata para la eliminación.
Nada de lo anterior fue cambiado ni un ápice por la llamada Ley de Nakba, que la Knesset aprobó la semana pasada. Contrariamente a alguna propaganda tendenciosa, la nueva legislación no criminaliza lamentar la creación de nuestro estado, su continua existencia o cumpleaños anual. No pone un bozal a la libre expresión o a la libertad de elevar oposición a la noción misma de la autodeterminación para el pueblo judío en su propia entidad soberana. De hecho, Israel permite un destacable grado de hostilidad descarada e intento de subversión contra su propia supervivencia.
Lo que cambio la semana pasada es que la Knesset promulgó prohibiciones contra usar fondos estatales para deslegitimizar a Israel y para llorar por el hecho que se las arregló a duras penas colectivamente para resistir un ataque concertado por parte de siete ejércitos árabes sobre ella en su primer día, cuando era superada en número y en armas, a meros tres años después del Holocausto.
Israel aún tolera oficialmente la descripción del éxito de la nación naciente en repeler los designios genocidas de sus enemigos como una catástrofe que debe ser rectificada.
Pero ahora el estado judío ha dejado en claro que ya no desea financiar su propia demonización y financiar la incitación contra sí mismo.
Es además significativo que la ley no hace más que mencionar la palabra nakba – la cual, aunque a menudo entendida refiriendose a la catástrofe de la fundación de Israel, es también ampliamente entendida, incluido por parte de los israelíes árebes que no son hostiles al sionismo, para referirse a la catástrofe que recayó sobre su comunidad en el curso de la fundación de Israel, incluyendo la destrucción de aldeas, exilio a gran escala y la pérdida de su hegemonía. Tampoco la ley se refiere específicamente a la población árabe de Israel.
Declara que “cualquier institución financiada estatalmente o una que sea apoyada por el estado, tendrá prohibido asignar fondos para actividades que involucren la negación de la existencia del Estado de Israel comoel estado del pueblo judío; la negación del carácter democrático del estado; apoyo por lucha armada, o actos terroristas por parte de un enemigo u organización terrorista contra el Estado de Israel; incitación al racismo, violencia y terror y deshonrar la bandera nacional o el emblema nacional."
LO DE MAS ARRIBA está siendo retratado en algunos lugares como tiránico y racista.
El parlamentario Ahmed Tibi (Ta’al) acusó, desde el podio de la Knesset, por ejemplo, que la última legislación es análoga de la Conferencia de Wannsee en Berlin (donde fue formulada la “Solución Final” en 1942).
Presuntamente, no serviría a los intereses de Tibi recordar que el 1º de mayo de 1948, dos semanas antes de la declaración de la independencia israelí, el entonces Secretario General de la Liga Arabe, Azzam Pasha advirtió: "Si los sionistas se atreven a establecer un estado, las masacres que nosotros desataríamos empequeñecerán cualquiera que Genghis Khan y Hitler perpetraron.” Esto es lo que Israel frustró.
Mientras que Israel se enfoca en forma justa en la diseminación del odio más allá de sus fronteras - especialmente en el mundo árabe - no puede eludir la responsabilidad por lo que sucede en las escuelas árabes dentro de su propia jurisdicción.
Reescribir la historia para avivar las llamas de hostilidad es un abuso de la libertad de expresión, una explotación de la libertad para falsificar. Pero ninguna ley en Israel priva a nadie del derecho de inventar. El último estatuto, no obstante, estipula que esto no debe ser hecho a expensas del contribuyente de impuestos israelí, por ejemplo, en escuelas estatales.
Nosotros quisieramos ver a nuestro sistema educativo alentar la paz, no alimentar la enemistad. Nosotros sabemos que aquellos que crecen creyendo mentiras no aspiran a la coexistencia.
Nosotros no tenemos que financiar compulsivamente la tergiversación.

Fuente: The Jerusalem Post- Esta nota fue traducida por Esther Sheine especialmente para el blog de OSA Filial Córdoba.

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