Purim, un día de alegría y de TEFILÁ
El Código de leyes judío, el Shulján Aruj, advierte que durante el año, toda persona se debe cerciorar sobre el destino de la plata otorgada como caridad. Hay que verificar que el destino de la misma, sea para quien realmente lo necesita. Sin embargo, esta regla queda desplazada en Purim, donde la ley contempla y dice: ‘todo aquel que extiende su mano, se le da caridad’.
Los sabios del Musar explican que sobre esta ley, puede trazarse un paralelo con respecto a nuestros rezos. En todo el año, los rezos de la persona, son sometidos a verificación por parte de Di-s para comprobar que la persona realmente sea merecedora; no así en Purim, la inmensa Santidad del día otorga un pase libre para TODOS (aún aquellos que no fueron elevados con la debida concentración, o que la persona no es merecedora debido a sus actos, etc.) los rezos de TODAS las personas.
Todo aquel que pueda aumentar el día de Purim en los rezos, en la lectura de los Salmos, aún en aquellas plegarias recitadas en cualquier idioma que la persona entiende; seguramente será recompensado por Di-s y recibirá ayuda de Él en la dimensión de ‘todo aquel que extiende su mano, se le da caridad’, y en este contexto podemos decir: “Toda aquella persona que extiende su mano en el día de Purim hacia los cielos, pidiéndole sinceramente a Di-s, más allá de sus méritos y de la verificación reglamentaria, Di-s le concederá sus pedidos”.
Quiera Do-s, que tengamos un día de Purim con alegría y con rezos sinceros. Amén!
Rab Isaac Ruben Yacar.
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