domingo, 13 de marzo de 2011

TODO MENOS BANAL



By DAVID PRYCE-JONES
Escapando a Argentina despues de la IIª Guerra Mundial y adoptando una falsa identidad, Adolf Eichmann podria nunca haber sido reconocido como el criminal de guerra nazi que el fue. Pero en 1960, agentes del servicio secreto Mossad lo rastrearon en el escondite y lo llevaron de contrabando a Israel. El fue puesto en juicio al año siguiente por sus crimenes durante la epoca nazi. Israel fue vista como actuando unilateralmente en busqueda de sus intereses, y el furor que sus acciones levantaron nunca ha muerto del todo.
Eichmann nacio en 1906 en Alemania pero se mudo de niño con su familia a Austria. Hasta que se volvio un miembro clandestino del Partido Nazi su camino en la vida parecia destinado a la mediocridad y desilusion. Aunque inteligente, el tomaba sus opiniones de aquellos que lo rodeaban y creian fantasias antisemitas. Cuanto mas exitoso era Hitler, mas rapido crecia este esbirro, de alborotador callejero a oficial de la Gestapo en el circulo intimo de Heinrich Himmler y Reinhard Heydrich.




En el cierre de la conferencia de Wannsee de 1942, donde habia sido tomada la decision de exterminar a todos los judios, Eichmann tomo dos o tres vasos de coñac con Heydrich para celebrar. Por el resto de la guerra su tarea especial fue organizar la deportacion de judios a centros de muerte. Los aliados o gobiernos neutrales ocasionalmente le peticionaron que liberara a un ciudadano judio de los suyos. El se rehusaba invariablemente.
Muchos en el mundo argumentaron que Israel no tenia derecho legal a capturar a Eichmann o llevarlo a juicio por crimenes cometidos antes que el estado fuera fundado en 1948. David Ben-Gurion, primer ministro en la epoca del arresto de Eichmann, sostuvo energicamente que Israel era el pais de los judios y por lo tanto estaba acreditado para actuar en nombre de aquellos asesinados por su Judaismo. El permiso que el dio al Mossad para capturar a Eichmann finalmente colorearia la percepcion del mundo respecto de Israel y la vision de si mismo del pais.
En "El Juicio a Eichmann," Deborah Lipstadt, profesora de historia judia moderna en la Universidad Emory, presenta un relato minuciosamente investigado y claramente escrito de los procesos del tribunal y de los debates provocados por el juicio. Ella comienza con un breve recordatorio de como, en una sala de un tribunal doce años atras, ella obtuvo un juicio contra David Irving, un escritor britanico con una linea en negacion del Holocausto que afirmo que ella lo habia difamado en su libro de 1993, "Negar el Holocausto." El tribunal encontro en cambio que el Sr. Irving habia falsificado el registro historico. La relacion del Sr. Irving con el Holocausto obviamente no puede ser comparada con la de Adolf Eichmann, pero la Srta. Lipstadt argumenta que las motivaciones de ambos fanaticos pueden ser rastreadas en el antisemitismo endemico en la cultura y religion europeas.
En el tribunal de Jerusalem en 1961, el fiscal israeli, Gideon Hausner, convirtio al juicio en "un amplio ejercicio educativo" tanto como lugar de juicio. El llamo a unos 100 sobrevivientes del Holocausto para testificar sobre sus experiencias. Durante la guerra, estas personas seguramente no habian estado al tanto de la existencia de Eichmann. Sus espantosos calvarios no cargaban con su responsabilidad personal, pero sus testigos publicos hicieron del Holocausto una realidad, un tema moral, como nunca antes.


Eichmann fue un "acusado disciplinado y bien preparado," escribe la Srta. Lipstadt. El oculto su antisemitismo, dice ella, y manipulo al tribunal con lo mejor de su capacidad. Cuando se le hacia una pregunta dificil, el alegaria perdida de memoria. su defensa constante fue que el solo habia llevado a cabo ordenes. La politica del Holocausto, el decia, estaba fuera de su competencia. El era "un pequeño diente del engranaje."
La Srta. Lipstadt muestra como el auto-retrato de Eichmann como un insignificante empleado, aunque contrario a los hechos, llego a ser ampliamente aceptado. En gran medida, ella dice, fue la accion de Hannah Arendt. Judia alemana que habia huido de su patria a Francia y luego a EEUU durante la guerra, Arendt estaba establecida para 1960 como una intelectual publica en America. Ella informo sobre el juicio a Eichmann para la revista New Yorker y produjo un libro, "Eichmann en Jerusalem" (1963), en el cual ella acuño la frase "la banalidad del mal."
Para Arendt, Eichmann era solo un hombre comun, y cualquier hombre comun podria haber hecho lo que el hizo. Esta fue una lectura perversa de la naturaleza humana. Como yo puedo atestiguar de mi asistencia en ese tribunal, Eichmann era una figura fria, aunque a menudo rezongando con correccion y resentimiento. "Banal" no era un termino aplicable a alguien incapaz de reconocer su ilimitada depravacion moral.
Arendt acepto que Israel hizo lo correcto en secuestrar, juzgar e incluso ejecutar a Eichmann, pero sus propios prejuicios la desviaron de los principios centrales. Ella ni siquiera se involucro completamente con los procedimientos. Despues de solo cuatro semanas de un juicio que duro desde mediados de abril a mediados de agosto, la Srta. Lipstadt destaca, Arendt ya estaba lejos vacacionando en Suiza. Regresando brevemente a Jerusalem, ella nuevamente partio tan rapidamente que se perdio la examinacion cruzada de Eichmann por parte de Hausner.
Los judios, Arendt sentia, la habian desilusionado. En vez de resistir, ellos habian aceptado lo que los nazis habian impuesto sobre ellos. Ellos creian que Eichmann los habia victimizado como judios pero ella sabia mejor—que el habia inventado el nuevo y revolucionario "crimen contra la humanidad" que resulto haber sido perpetrado contra los judios. Despues de la guerra, los judios en Israel, penso ella, adoptaron el tipo equivocado de sionismo. La Srta. Lipstadt la describe como "frivola", "cruel" y "habladora."
El impulso de la critica de Arendt es que Israel debio tener un proposito nacional mas elevado que proveer refugio para el antisemitismo. Estos dias, esa critica es tediosamente familiar—lo que hace mas impresionante que una profesora americana de historia judia moderna deba argumentar en una calma pero determinada voz que, en el caso de Eichmann, Israel estuvo identificando y defendiendo un valedero proposito nacional.

—"Traicion del Corazon: de Tom Paine a Kim Philby" del Sr. Pryce-Jones sera publicado en mayo por Encounter.
Fuente: The Wall Street Journal- Este articulo fue traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba

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