lunes, 10 de septiembre de 2012
El Schindler Mexicano
El Schindler Mexicano.
Gracias a la película ‘La Lista de Schindler’ de Steven Spielberg hemos conocido las acciones riesgosas realizadas por
Oskar Schindler para salvar a unos 1200 judíos del holocausto nazi. Sin embargo, pocos hemos oído hablar de la labor del mexicano Gilberto Bosques para salvar la vida de más de 40 mil personas durante la ocupación nazi en Europa. Gilberto Bosques Saldivar fue el Cónsul General de México en Francia de 1939 a 1944, quien respondiendo al llamado de
su propia conciencia, ayudó desde su posición diplomática a huir de los regímenes franquista y nazi a refugiados
españoles republicanos, judíos franceses, libaneses, socialistas, comunistas y otros perseguidos, entre ellos líderes
políticos europeos de oposición y miembros de la resistencia antifascista, quienes habían sido señalados para ser
enviados a los centros de concentración, ofreciéndoles a todos ellos residencia y nacionalidad mexicana.
Cuando París estaba a punto de ser tomada por los alemanes, Bosques sale de la ciudad y tras varios viajes decide
asentar el consulado en Marsella, el puerto de la zona del Gobierno francés de Vichy, nominalmente independiente de
los alemanes.
Su primera preocupación fue defender a los mexicanos residentes en la Francia no ocupada, pero al conocer las
atrocidades de la persecución nazi protegió también a otros grupos. Apoyó a libaneses con pasaporte mexicano y a
refugiados españoles que buscaban huir de los nazis. De hecho, se cree que fue él quien convenció al presidente Lázaro
Cárdenas de abrir las puertas de México a los republicanos españoles. Era tan grande la afluencia de refugiados que
buscaban una visa mexicana que Bosques alquiló dos castillos (el de Reynarde y el de Montgrand) para convertirlos en
centros de asilo mientras se arreglaba su salida hacia México. Entre 800 u 850 fueron alojados en uno de los
castillos, mientras que en el otro se albergaron 500 niños y mujeres.
Adicionalmente, rentó varios barcos que salieron del puerto de Marsella transportando Judíos y otros perseguidos hacia
países Africanos donde más tarde fueron trasladados a México, Brasil, Argentina y otros países de América. En un
periodo de dos años, bajo su auspicio, poco más de 40,000 visas fueron expedidas para quienes deseaban huir de la
tiranía nazi.
Al concedérseles visas mexicanas, las autoridades francesas los dejaban salir del país porque consideraban que ya no
serían un problema político para ellas. Más complicado fue el caso de los judíos. El consulado ocultó, documentó y les
dio visas a numerosos judíos, pero era mucho más difícil sacarlos de Francia.
Desde Marsella el embajador mexicano también tuvo que hacer frente al hostigamiento de las autoridades pro alemanas
francesas, al espionaje de la Gestapo, del gobierno de Franco y de la representación diplomática japonesa, que tenía
sus oficinas en el mismo edificio de la delegación mexicana.
Finalmente México rompió las relaciones diplomáticas con el Gobierno de Vichy. Gilberto Bosques presentó la nota de
ruptura. Poco después el consulado fue tomado por asalto por tropas de la Gestapo alemana, que confiscaron ilegalmente
el dinero que la oficina mantenía para su operación. Bosques, su familia (su esposa María Luisa Manjarrez y sus tres
hijos: Laura María, María Teresa y Gilberto Froylán; entonces de 17, 16 y 14 años, respectivamente)y el personal del
consulado, 43 personas en total, fueron trasladados hasta la comunidad de Amélie-les-Bains. Después, violando las
normas diplomáticas, se les llevó a Alemania, al pueblo Bad Godesberg, y se les recluyó en un “hotel prisión”.
Bosques fue finalmente liberado y regresó a México en abril de 1944. Miles de refugiados españoles y judíos lo
esperaban en la estación de ferrocarril de la capital para recibirlo. Su júbilo zumbaba en el andén de la estación
ferroviaria. Lo cargaron en hombros. Era al México generoso y libre al que ellos exaltaban en Gilberto Bosques, el más
sobresaliente ejemplo del característico espíritu de la solidaridad de los mexicanos.
Una de sus más grandes lecciones de vida es que aunque resulte difícil, no es imposible mantener la decencia de uno
frente a la maldad moral. Pues al ayudar a otra persona quien en tu comunidad, tu sociedad o tu nación se ha
convertido en un paria, un rechazado, y sabiendo que al hacerlo puedes ganarte el desprecio, el escarnio, e incluso el
poner en riesgo tu vida, es tomar una posición moral de valor incalculable, que puede alterar y dar un rayo de luz y
un viento de esperanza en medio de lo que parezca un reinado de terror omnipotente.
El 4 de junio de 2003 el gobierno austriaco impuso a una de sus calles, en el Distrito 22 de Viena, el nombre Paseo
Gilberto Bosques.
Los pocos que conocen la historia de Gilberto Bosques suelen llamarlo "El Schindler Mexicano". Y así como Schindler
tuvo su lista de trabajadores judíos protegidos, Bosques tuvo sus visas a la libertad: Las Visas de Bosques.
ABAJO SE MUESTRA UNA FOTO DE ÉSTE NOBLE MEXICANO Y
HÉROE DE LA HUMANIDAD , TAMBIEN SE MUESTRA LA FOTO DE LA PLACA POR SU CALLE EN AUSTRIA
Y AQUÍ EN MÉXICO , NO TENÍAMOS ( YO ME INCLUYO ) ,NI LA MENOR SIMPLE IDEA DE QUIEN FUÉ ÉSTE ILUSTRE MEXICANO ,
SCHINDLER LE QUEDÓ CORTO !!!