miércoles, 12 de noviembre de 2014


“Mi objetivo es tener un Estado palestino”

Se dispone a estrenarse como jefa de la diplomacia europea con un viaje a Oriente Próximo


La alta representante de la UE para Asuntos Exteriores, Federica Mogherini / A. PIZZOLI (AFP)


El primer cambio que ha adoptado la nueva jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, al tomar posesión ha sido trasladar su despacho desde el Servicio Europeo de Acción Exterior, más representativo de los Estados miembros, a la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE. Aunque son pocos los metros que separan ambos edificios en el barrio europeo de Bruselas, la decisión está cargada de simbolismo: Mogherini quiere que la política exterior europea deje de ser una cacofonía de 28 voces para confluir en una sola. Como antigua ministra italiana de Exteriores, sabe que la tarea no resultará sencilla.
Consciente de que forjar esa voz europea requiere buenas dosis de proyección pública, Mogherini se estrenó el lunes en el cargo con una larga entrevista a seis diarios europeos, entre ellos EL PAÍS. “Es lo primero que hago hoy”, explica en su nuevo despacho, cuyo único adorno se limita, por el momento, a un ramo de flores. Todo el equipo de la Comisión Europea capitaneado por Jean-Claude Juncker —y la alta representante como figura a medio camino entre el Ejecutivo y las capitales— tomó el relevo el pasado sábado.
La jefa de la diplomacia cree que puede marcar una diferencia en la política europea hacia Oriente Próximo. Sin referirse a su antecesora, Catherine Ashton, Mogherini transmite voluntad de reformular por completo el perfil de su cargo. “Por primera vez siento que hay una necesidad de que la Unión Europea esté presente allí para que haya avances. Puede que no haya sido así en el pasado, pero la política exterior europea tiene ahí un enorme potencial y es uno de los ámbitos en los que puede ser fácil hablar con una sola voz”.
Los sucesivos fracasos que han obtenido las políticas de paz en la región han impulsado a algunos países a trascender las directrices comunitarias. Suecia se convirtió la semana pasada en el primer país de la UE que reconoce a Palestina como Estado. Pocos días antes, el Parlamento británico y el Senado irlandés habían pedido lo mismo a sus primeros ministros. Mogherini no esconde sus preferencias, pero resta importancia al gesto del reconocimiento. A la pregunta de si aspira a lograr ese reconocimiento en sus cinco años de mandato, responde: “Mi objetivo sería tener un Estado palestino”.
Para ilustrarlo, utiliza la metáfora del dedo que señala la luna: se puede contemplar el dedo, pero lo importante es dirigir la mirada hacia la luna. “Lo interesante no es cuántos Estados habrán reconocido a Palestina en los próximos años, sino si en cinco años tendremos un Estado palestino. Todo lo que sea útil para ese objetivo puede ayudar, pero lo que tenemos que preguntarnos es cómo alcanzar la luna”. Esta socialdemócrata italiana, que hizo su tesis sobre la relación entre política y religión en el islam, reconoce cierto agotamiento en la opinión pública europea por la falta de avances en Oriente Próximo. La UE es el principal donante en la región, pero su influencia es limitada. “Puede haber una sensación de frustración entre los contribuyentes europeos, en especial en tiempos de crisis. No se puede ser contribuyente sin ser actor político”, admite.

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