viernes, 21 de noviembre de 2014

Un judío sionista alemán explica por qué el antisemitismo es todo el mismo
Frente a ciertas presiones en Europa, un escritor se pregunta, ''¿Pensaría y escribiría de otro modo si Israel no existiera?''. Por Maxim Biller.

Nada es más aburrido que el antisemitismo, por lo menos para judíos. "Ustedes dominan el mundo", es la frase que han escuchado judíos de gentiles durante los últimos 2,000 años, aún cuando ningún judío haya llegado a la posición de emperador romano ni presidente de Estados Unidos.

"Su religión nos pone nerviosos, se les dice, porque ustedes no la comparten con nadie. Aunque la mayoría de ustedes no practica la religión, igualmente son conscientes de su identidad judía y qué diablos significa esto? Ustedes son mejores que nosotros sexualmente entonces nos roban las mujeres.

Manejan el dinero del buen modo que nosotros mismos querríamos manejarlo. Ustedes son tan endemoniadamente inteligentes porque ninguno de ustedes fue analfabeto durante cien generaciones, lo que les da una ventaja tal sobre nosotros que nunca podremos cerrar. Y nunca se emborrachan—puede ser eso lo que hace que lo tengan todo bajo control?

Los no-judíos nunca superan su monomaníaca y extremadamente monótona aversión por los judíos. Desde ese pequeño shock de los 6 millones de muertes obviamente todos, hace mucho, aceptaron la idea que los judíos viven en constante peligro. Quizá también los judíos mismos. La idea del odio hacia los judíos está demasiado arraigada en sus corazones y sus mentes. Y de pronto—¡oh sorpresa!—encontraron a sus judíos en la forma de Israel.

Podemos ver que " Süddeutsche Zeitung" (diario del sur de Alemania), órgano central, con enorme circulación, de la narcisista izquierda alemana reaccionaria, ha estado publicando caricaturas antisemitas sobre Israel como un monstruo apuñalador y a Mark Zuckerberg como una todopoderosa criatura con tentáculos de pulpo que vive en las profundidades del mar, columnas invitadas escritas por gente abiertamente simpatizante del Hamas, y por encima de todo docenas de comentarios de opinión editorial propia, acusando a Israel de absolutamente todo.

Ahora viene otra vez: los árabes son las víctimas reales, y los israelíes judíos son mentirosos calculadores que se presentan como las victimas. Y he aquí, de nuevo, mi vieja sospecha que la cálida alianza entre los Nazis y el Gran Mufti de Jerusalem, el primer líder de los palestinos y fanático devoto de Hitler, ha dejado más huellas en el ADN colectivo de los alemanes de lo que ellos mismos creen.

¿Ya dije antes que el antsemitismo es el mismo para mí? Sí—pero los judíos - no. No quieren dejar su Alemania, su Gran Bretaña, sus Estados Unidos de América.

¿Pensaría o escribiría yo diferentemente si no existiera Israel? Sí, por supuesto, y quizá no escribiría del todo. Porque, sin Israel, sin saber que uno se puede subir a un avión en cualquier momento, recibir un pasaporte israelí en el aeropuerto Ben Gurión, y empezar la carrera desenfrenada y estresante de la vida diaria en Israel, no me arriesgaría a ser el escritor que sé que debo ser, si el lector está dispuesto a conocer la historia que debo contar.

¿Hay un modo razonable para hablar del conflicto arabe-israelí? Si un no-judío es adicto a la pseudo-droga de la “critica de Israel,” por supuesto que no hay. Los israelíes de izquierda luchan contra la violencia de la sociedad israelí; aquí tenemos el síndrome típico de capitulación bajo estrés.

Es un hecho que los judíos conquistaron Palestina. Han estado comprando y anexando tierra desde fines del siglo XIX. Sin embargo después de 2,000 interminables años entre su propia expulsión de Palestina por los romanos y el Holocausto no tuvieron otra opción. ¿Qué nación en la pacífica, libre Europa y Norteamérica vive hoy en tierras que siempre fueron suyas? No se me ocurre ni siquiera una. Todos, absolutamente todos los estados fueron construidos sobre los huesos de hombres que vivieron ahí antes. Y desde la Guerra de Independencia en1948, casi no cometieron ningún error en términos militares; es por eso que todavía están allí.

¿Pero qué es lo que permitirá terminar con este ciclo eterno de luchar, matar y finalizar la ocupación de una vez? Negociar con los yihadistas? Desde luego que no. Israel ha tenido docenas, cientos de hombres y mujeres en su historia que fueron suficientemente visionarios y pragmáticos como para saber cómo crear de la nada su propio estado fuerte y altamente civilizado. Pero, hasta ahora, lamentablemente, no ha surgido ni un sólo político, general, escritor o filósofo israelí que sepa cómo esta fantasmagoría política, una vez realizada, pueda evitar su propia desaparición.

Alguna vez, pensé brevemente que Shimon Peres sería el hombre capaz de hacerlo. Sólo él llego a la conclusión correcta: únicamente dinero y prosperidad podrían hacer que todos en la región sean pacíficos y amistosos. La prosperidad los convierte a casi todos en pacifistas. Lamentablemente, nada salió del plan de Shimon Peres. En consecuencia, tanto yo como otros israelíes y judíos pragmáticos deberemos esperar a un nuevo Ben Gurión o una nueva Golda Meir para convencer a los europeos y a los estadounidenses que construyan un programa de desarrollo económico para Gaza.

¿Acaso tal hombre o mujer vendrá a tiempo? Ciertamente. Y si ninguna guerra amenaza más a Israel, los antisemitas seguramente agredirán nuevamente a los judíos de la diáspora porque Israel estará todavía allí.para evitar el aburrimiento. Eso no será ningún problema -

Traducción: Yehudit Oficyner para Radio Jai.

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