miércoles, 4 de febrero de 2009

Barrios de Caracas pintan la Sinagoga profanada







Asi, hasta que el trabajo fue cumplido. A continuación, el texto del mensaje distribuido:
Asueto? NO, gracias…
Con sorpresa hemos visto como el Gobierno Nacional ha decretado este lunes 2 de febrero como “no laborable” para de esa manera “celebrar” los diez años de su llegada al poder, es decir, para celebrarse a sí mismo…
Los gobiernos llegan y los gobiernos se van, eso es lo normal en un régimen democrático. El Artículo 6 de nuestra Constitución establece que “El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.… es y será siempre democrático…, electivo, alternativo… y de mandatos revocables”. De manera que los gobiernos son, aunque a veces quieran olvidarlo, pasajeros. Lo permanente es el pueblo. Lo permanente es la Nación. Así que, respetuosamente, no vemos en realidad motivo de “celebración”, y mucho menos razón alguna para dejar de trabajar en un día como hoy.
Porque si algo necesita nuestro país, sin duda, es trabajo. Trabajo para salir de la pobreza. Trabajo para vencer la inseguridad. Trabajo para lograr cosas elementales, como garantizar que agua potable, cloacas, luz eléctrica, aseo urbano y “gas del bueno” lleguen a las viviendas de todos los venezolanos, incluso de los más humildes.
Por ello estamos en desacuerdo conque en vez de convocar a los venezolanos al trabajo creador y productivo, nuestras más altas autoridades nos convoquen al ocio.
Estamos aquí, a las puertas de este lugar que es sagrado para muchos venezolanos que profesan la fe judía, porque creemos que de todos los trabajos importantes que hay que hacer en nuestro país ninguno es tan urgente como vencer al odio. Por eso vinimos, con agua y jabón, con brochas y pintura, con amor y con vergüenza ajena, a sanar las heridas que dejó el odio, y a reiterar una vez más que el pueblo venezolano es noble y solidario, no cobarde y encapuchado.
En otros países, lastimados por guerras y lacerados por odios, entre una sinagoga y una mezquita hay tanques, ejércitos, alambradas de púas, llanto y sufrimiento. En Venezuela, gracias a nuestra condición de pueblo tolerante y democrático, entre la sinagoga y la mezquita lo que hay es un parque. Ese es el país que hemos sido. Ese es el país que queremos seguir siendo.
Quienes aquí estamos somos habitantes de barrios populares de la Gran Caracas. No le deseamos la guerra a nadie precisamente porque nosotros vivimos una guerra terrible, la sucia guerra de los violentos contra la gente decente y desarmada. Por eso llamamos a luchar por la paz. No sólo en el oriente medio. No sólo en las montañas de Colombia. Llamamos a luchar por la paz en Carapita, en Petare, en el Estado Vargas, en los barrios populares de toda Venezuela, donde el pueblo es masacrado por el hampa mientras nuestros mas altos gobernantes no se refieren a la inseguridad ni por equivocación.

Por eso estamos aquí. Para decirle NO a la violencia, y trabajar unidos por la Paz.


Asociación Civil Radar de los Barrios

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