Parte 1: La muerte siempre ha sido un escandalo
En una entrevista con DER SPIEGEL, el cineasta frances Claude Lanzmann, director del documental del Holocausto "Shoah," discute su nueva memoria y el trabajo de su vida estudiando el genocidio nazi de los judios.
SPIEGEL: Señor Lanzmann, el tema primordial de su extraordinaria vida es la muerte. Usted comienza sus memorias con pensamientos sobre la pena de muerte y la termina con su obra maestra, el monumental documental "Shoah." De donde viene esta obsesion?
Lanzmann: Esa es una buena pregunta, porque es una pregunta central para mi. Y aun asi contiene una paradoja. Mi libro es un himno a la vida en cierta medida, un himno que se eleva por sobre el horizonte de la experiencia de muerte. Para mi, la muerte siempre ha sido un escandalo. El sentido del horror que yo experimente de niño despues de observar una pelicula con una escena de una ejecucion involucrando la guillotina ha permanecido en mi por toda mi vida.
SPIEGEL: El miedo a una muerte violenta, una perspectiva que usted a veces enfrento durante la guerra?
Lanzmann: Toda muerte es violenta. No hay muerte natural, a diferencia del cuadro que querramos pintar del padre que muere calmadamente en su sueño, rodeado de sus seres amados. Yo no creo en eso.
SPIEGEL: Es ese el motivo por el cual la arrogancia de imponer la muerte como una pena es la forma mas extrema de sacrilegio?
Lanzmann: Como puede uno imponer la muerte como una pena? Este es un dilema filosofico. Es ciertamente bastante extraño que yo comience mi libro con un largo capitulo acerca de la pena de muerte. La television francesa hizo una pelicula sobre mi el año pasado, y cuando se me pidio proponer un titulo, yo elegi "Solo hay vida."
SPIEGEL: Usted incluye una cita similar en su libro, tomada de un prisionero de Auschwitz.
Lanzmann: Fue tomada de Salmen Lewenthal, un miembro del comando de trabajo judio que debia disponer de los huesos de aquellos que fueron asesinados e incinerados. El y un compañero prisionero Salmen Gradowski escribieron secretamente una especie de cronica del horror. Ellos enterraron las paginas cerca de los hornos crematorios, donde fueron encontradas despues de la guerra, mitad arruinadas y en parte ilegibles. Este Lewenthal dio la mejor respuesta a la pregunta obscena de por que ellos, como judios, estaban dispuestos a hacer su horrible trabajo, aun cuando ellos tambien estaban condenados. "La verdad es que uno quiere vivir a cualquier costo, uno quiere vivir porque uno vive... porque el mundo entero vive." Esta es la santificacion de la vida en el reino de la muerte.
SPIEGEL: Y aun usted se pregunto como hubiese decidido usted, si hubiese tenido la opcion entre vida y muerte.
Lanzmann: Si, la pregunta de valor y cobardia es un tema recurrente en mi vida. Yo estuve a menudo en situaciones en las cuales me comporte en una forma completamente cobarde, como me vi forzado a darme cuenta despues. Eso es debido a que prefiero la vida a la muerte. Y aun asi he hecho cosas peligrosas en las cuales puse mi vida en riesgo.
SPIEGEL: Como miembro de la Resistencia durante la ocupacion alemana de Francia, usted una vez escapo apenas del arresto por parte de la gestapo.
Lanzmann: Que hubiese hecho de haber sido torturado? Hubiese hablado? Jean-Paul Sartre ha encarado esta pregunta en profundidad. Todos hablan si son realmente torturados. Los heroes reales son aquellos que ponen una bala en sus cabezas para evitar el riesgo de hablar.
SPIEGEL: Hubiese sido usted tal heroe?
Lanzmann: No se. Pero se que la Gestapo sabia como lograr que la gente hable. Yo vi con mis propios ojos como los alemanes arrestaron a miembros de la Resistencia en la estacion de tren en Clermont-Ferrand. Los pobres muchachos estaban palidos. Ellos sabian lo que les esperaba. Yo no considere completamente el dilema en la epoca, lo cual es una de las cosas por las cuales me culpo. Yo no llegue a la certeza interior que hubiese sido capaz de sacrificar mi vida, si era necesario, para no traicionar a alguien mas.
SPIEGEL: Mato usted a alguien?
Lanzmann: Si, yo estuve involucrado en muchas emboscadas, como un ametrallador y portador de armas. Una vez, en el verano de 1944, nosotros emboscamos a una caravana alemana en camino al frente en Normandia. Yo dispare, y seguramente mate alemanes.
SPIEGEL: Tuvo algun escrupulo?
Lanzmann: Por que debia tener escrupulos? Yo estaba llevando a cabo una guerra, una guerra contra un enemigo comun. En esa situacion, usted tiene que estar dispuesto a dar muerte, a matar aquellos que han venido a matar.
SPIEGEL: Como se sintio en aquellos momentos?
Lanzmann: El hombre al lado mio en esa emboscada, un hombre callado que era significativamente mayor que yo, se transformo subitamente, casi fuera de si, cuando nosotros abrimos fuego. El gritaba: "Tomen, escoria, ladrones, eso es por papa!" Su padre habia muerto en la Iª Guerra Mundial. El estaba lleno de odio en ese momento, mientras el tomaba venganza por su padre. Yo no estaba inspirado por tales sentimientos. Pero para mi, como judio, la Résistance era la mejor forma de protegerme. Significaba que tu no estabas indefenso, que tenias una posibilidad.
SPIEGEL: Es una guerra justa siempre una guerra de defensa propia?
Lanzmann: Si, yo estoy profundamente convencido de eso.
SPIEGEL: Usted se unio a los comunistas en la Résistance -- debido a que ellos eran el grupo mejor organizado o por conviccion ideologica?
Lanzmann: Yo no era particularmente cercano a los comunistas politicamente. Mi familia se alineaba hacia la izquierda, como yo lo hago hoy, pero yo no habia leido a Marx, Engels, Lenin o Stalin. Un conocido involucrado en el movimiento juvenil comunista sugirio que yo me uniera. Podria haber sido tan facilmente otro movimiento. Y las cosas no fueron tan bien con los comunistas. Una vez ellos quisieron matarnos, afirmando que eramos desertores.
SPIEGEL: Y aun asi usted escribe que usted lloro cuando escucho las noticias de la muerte de Stalin en 1953.
Lanzmann: No por simpatia por el dictador. A mi no me importaba Stalin. Yo estaba profundamente conmovido por la forma en que los marinos sovieticos bajaron sus banderas en señal de duelo. Para mi, este gesto simbolizaba el heroico valor del pueblo ruso, que habia hecho horribles sacrificios y cargo la mayor carga de la guerra contra los nazis.
SPIEGEL: Temio usted por su vida?
Lanzmann: A veces, pero no en el momento concreto de la batalla, aun cuando eso fue cuando yo estaba en el mayor peligro. Combatir a los alemanes no era juego de niños. Ellos eran soldados sobresalientes, extremadamente cuidadosos y disciplinados.
SPIEGEL: Usted no temia ser deportado, ser cargado en un tren hacia el Este?
Lanzmann: Yo observe los rodeos a los judios, pero nosotros teniamos solo una vaga idea de lo que sucederia a los deportados. Mi padre era mucho mas pesimista que yo, dicho sea de paso. Era mas que una aprension. Nosotros sentiamos que algo horrible debia estar sucediendo en alguna parte lejos en el Este. Pero era inimaginable hacer el salto mental desde alli al exterminio sistematico de los judios. No habia precedentes de eso. Incluso en la entrada de las camaras de gas, los judios aun se apegaban a un ultimo pedacito de esperanza, lo que yo demostre en mi pelicula "Shoah." Uno no puede conocer lo que uno no puede imaginar. Las camaras de gas eran la culminacion de una serie de mentiras y actos de violencia. Cuando Jan Karski, el correo del gobierno polaco en el exilio, estuvo en Washington en 1943 para informar sobre las cosas que el habia visto en el ghetto de Varsovia y el campo Izbica, el Juez de la Corte Suprema americana Felix Frankfurter, el mismo un judio, le dijo: "Jovencito, yo no le creo. Yo no estoy diciendo que usted sea un mentiroso, pero no le creo." El juez penso que el sabia como era la gente.
SPIEGEL: La gente sabia que usted era judio cuando estaba en la escuela. No se la agarraron con usted?
Lanzmann: Demasiado extrañamente, nunca. Nosotros eramos tres judios en una clase pequeña, pero yo no escuche ni un solo comentario despectivo. Yo fui registrado bajo mi nombre real, aun cuando mi padre habia obtenido documentos falsos, sin la notoria estampilla roja judia. Este silencio era una forma de solidaridad.
SPIEGEL: Pero el regimen de Vichy del Mariscal Pétain era abiertamente antisemita.
Lanzmann: Francia tenia dos caras, la de la colaboracion y la de la Resistencia. De los 76000 judios deportados de Francia, solo 2500 sobrevivieron. Pero dos tercios de los judios en Francia no fueron deportados. Ellos fueron rescatados gracias al apoyo dentro de la poblacion francesa. Mis documentos falsos me identificaban como Claude Bassier, nacido en un pequeño pueblo en la Auvergne. Funcionarios del gobierno frances participaron en la campaña. Ellos no esperaban retribucion, sino que simplemente estaban ayudando a su comunidad, por razones de humanidad.
Fuente: Der Spiegel
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