No hay dudas que la cuestión de los asentamientos figura como la pieza central de la atención del público tanto local como internacionalmente, sobre todo los otros no menos importantes temas de negociación, tales como Jerusalén, refugiados, fronteras, seguridad y agua.
Indudablemente, la cuestión es una politica y juridica relevante, de interés para la comunidad internacional que siempre ha cuestionado la legalidad de las políticas de asentamientos de Israel. Pero hay muchos otros temas de mucha más importancia jurídica y política que la política de asentamientos, y uno puede por lo tanto preguntarse si esta es la verdadera razón de su haberse convertido en el tema central y decisivo en el escenario de negociación.
De hecho, la verdadera razón de la "actualizacion" de la construcción de asentamientos de ser simplemente uno más entre otros temas acordados para negociar es una politica concertada de manipulación por parte de la dirigencia de la Autoridad palestina -Mahmoud Abbas, Saeb Erekat, Nabil Sha'ath - para aumentar la presión internacional sobre Israel.
Claramente esta manipulación ha sido extremadamente exitosa, como lo demuestra el hecho que el presidente americano Barack Obama y la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton , así como el liderazgo de la Union Europea y los mismos líderes de la Autoridad Palestina, todos estan vociferando una demanda constante - renovar el congelamiento en la construcción en los territorios.
Se plantea la cuestión de cómo tan grande manipulacion tuvo exito cuando no existe ninguna mencion en ninguno de los acuerdos israeli-palestinos de ninguna restriccion sobre la construcción por parte de Israel en las zonas de los territorios aún bajo su jurisdicción. Así, la Declaración de Principios de 1993 sobre un Acuerdo de Auto Gobierno Provisional (conocido generalmente como Oslo I) enumera "los asentamientos" como una cuestión de negociación para las negociaciones de status final, junto con Jerusalén, refugiados, fronteras, medidas de seguridad, y cooperación.
En las Minutas Acordadas anexas a este documento, los palestinos reconocieron que no tendrán jurisdicción en aquellas areas de Cisjordania y la Franja de Gaza, que son objeto de negociaciones de status permanente.
En el Anexo de Asuntos Civiles para el Acuerdo Provisional de 1995 sobre Cisjordania y la Franja de Gaza (comúnmente denominado Oslo II), el artículo 27 establece las condiciones acordadas para los poderes de planificación, zonificación y construcción en los territorios, explicando que los poderes y responsabilidades transferidas a los palestinos no cubren las superficies destinadas a negociación de status final, que quedaron dentro de la jurisdicción de Israel. Ninguna limitacion fue colocada sobre Israel en este campo de la planificación y zonificación.
Durante el curso de las negociaciones en 1995, dandose cuenta que el proyecto de acuerdo no contiene ninguna obligación de congelar la construcción, Yasser Arafat pidió que el equipo israelí agregara una "carta colateral" por la cual Israel se comprometía a congelar o limitar la construcción durante el proceso de aplicación del acuerdo y las negociaciones subsiguientes. Varios borradores de esta "carta colateral" pasaron entre los equipos de negociación, hasta que Israel accedió de hecho a limitar sus actividades de construcción sobre la base de una decisión del gobierno que seria adoptada.
En esta etapa la dirección palestina decidió cancelar su solicitud de una carta lateral, prefiriendo no mencionar en el acuerdo ningun límites en la construcción.
Evidentemente, en este punto, en 1995, la decisión fue tomada por los dirigentes palestinos para convertir artificialmente el tema de la construccion continua en los asentamientos en un tema internacional, y comenzo una campaña concertada de la comunidad internacional, organizaciones internacionales y medios de comunicación.
Esta apuesta funcionó, y la continuación de la construcción fue manipuladoramente inflada como el tema importante, actualmente decisivo y separado del actual proceso de negociación. Tanto es así que incluso el gobierno israelí se encontró jugando con esta manipulación mediante la adopción de un congelamiento unilateral de 10 meses en construcción, sin ningún compromiso palestino de entrar en negociaciones. De este modo, el gobierno dio credibilidad a la actualizacion artificial y manipuladora de la cuestión de los asentamientos.
UNO PODRIA VER la petición de Israel para el reconocimiento palestino de un estado judío como una demanda paralela artificial e ilusoria. De hecho, ninguna demanda tal fue hecha durante las primeras etapas de la negociación sobre los diversos acuerdos de Oslo y otros. En estos acuerdos, los palestinos reconocen los derechos de Israel a existir en paz y seguridad (carta de Arafat, Yitzhak Rabin, 9 de septiembre de 1993) y sus derechos legítimos y políticos (exposición de motivos tanto de Oslo I y Oslo II). Tampoco fue una petición formulada en los tratados de paz con Egipto y Jordania.
Pero es patentemente claro que el reconocimiento mutuo de la soberanía y la integridad políticas, así como los demás componentes estándar de una relación pacífica consagrada en la Carta de Naciones Unidas, son equivalentes al reconocimiento de cualquier caracter religioso, político y otros con el que cada entidad estatal respectiva se determine por si misma.
Por lo tanto, siempre y cuando lleguemos a la fase final de la firma de un acuerdo de paz con los palestinos, el reconocimiento de la orientación religiosa y política de cada parte será un componente inherente.
Por lo tanto la exigencia actual del reconocimiento de Palestina por adelantado de Israel como estado judío parece ser no menos ilusoria e innecesaria. Israel no necesita la autorización de los palestinos respecto a su orientación judía, y la mera repetición de la demanda es un signo de debilidad en cuanto a confianza en sí mismo.
Ahora que estamos una vez más regresando a a un modo directo de negociación, después de los absurdos de las conversaciones indirectas en los últimos meses, pareceria ser incumbente para ambas dirigencias bajar de los árboles altos a los que han trepado, renunciar a las manipulaciones e ilusiones y hacer frente a las realidades prácticas de lidiar con los temas de negociación de una manera pragmática, constructiva y positiva.
El escritor es un ex asesor legal del Ministerio de Relaciones Exteriores y embajador en Canadá y ex miembro del equipo negociador con los palestinos.
Fuente: The Jerusalem Post
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