viernes, 3 de septiembre de 2010

la voz interior

La voz interior…


El sentido de la vida del ser humano y la existencia de un pueblo, se miden solamente de acuerdo a sus movimientos con respecto al Shofar. La similitud entre nuestra vida y el sonido del Shofar, nos ayuda como individuos y como pueblo, a presentarnos ante el Creador del mundo en el día de Rosh Hashana.

Muchas costumbres se identifican con Rosh Hashana, pero, a la hora de buscar algo intrínseco a esta Festividad, encontramos sin lugar a dudas al Shofar. Detrás quedan los Cartise Beraja (tarjetas de salutación), la manzana con miel y otras costumbres.

En realidad, el Shofar y el sonido de su voz, es el único precepto relacionado por nuestra sagrada Torá con respecto a Rosh Hashana. El versículo dice: “Día de Teruá será para vosotros”; el primero de Tishrí, de acuerdo al Talmud, es el día donde TODA la especie humana pasa delante de Hashem para ser enjuiciada; en ese día se define el destino, en lo colectivo y en lo individual, del nuevo año a cursar. El Shofar, encierra con su sonido la esencia de este venerable día.



Un poco de historia

La aparición del Shofar en los versículos de la Torá, nos ampliará la información sobre sí mismo. En cuatro lugares de nuestra rica historia, se presenta el Shofar.



En el sacrificio de Itzjak hace su aparición un cordero, y Abraham lo toma en lugar de su hijo, para sacrificárselo a Hashem. El Shofar (extraído de los cuernos del cordero), hace aquí su presentación sin sonido, representando el esfuerzo de un padre junto con su hijo; una entrega más allá de los valores afectivos y de toda lógica; mostrando una lealtad inquebrantable para con Hashem. Este mensaje, quedo grabado en las generaciones subsiguientes como emblema del ‘Kidush Hashem’; santificar el nombre del Creador del mundo, aún a costa de la propia vida.



Al pie del Har Sinaí, la voz del Shofar se hacía escuchar en forma estremecedora. El pueblo de Israel estaba en pleno proceso de cambio espiritual; estaba a punto de abandonar un código de siete preceptos universales para abrazar una nueva causa de seiscientos trece preceptos. Un salto cultural y espiritual sin precedentes en la historia universal de las naciones. Al recibir la Torá, el pueblo de Israel recibe con ella el origen de la energía para seguir en camino hacia la redención final; la verdadera redención material y espiritual de toda la humanidad.



La conquista de Ierijó en manos de Ieoshúa, caen las murallas por los sonidos del Shofar, y con esa conquista, comienza la posesión de la tierra prometida. La unión del pueblo con la tierra prometida, fundamenta la materialización del objetivo terrenal… únicamente en la tierra de Israel podrá el pueblo de D-os establecer su vida sobre los cimientos de la Torá; con la bandera de ‘el pueblo y su tierra’ podrá mostrar el mensaje claro a las demás naciones… un mensaje que transformará a la Jerusalén de la redención final en la capital del mundo.



El Shofar de la redención final, un sonido que marcará el retorno definitivo del pueblo de Israel a su tierra prometida; una voz que depositará a toda la humanidad, en la legítima redención. Marcará el tiempo del reino Eterno de Hashem en el mundo.



Un llamado al corazón

Estas cuatro etapas, indican la evolución histórica espiritual de la humanidad. El reino celestial, se va expandiendo y comienza a echar raíces… primero en Har Hamoriá, donde hay dos hombres creyentes; Abraham y su hijo Itzjak. A partir de estos dos Patriarcas, comenzará la expansión espiritual para que definitivamente el reino de Hashem domine en el mundo; un camino que llevará al hombre hasta el cumplimiento de la profecía: “Y se llenará la tierra de la conciencia de Di-s”.

La primera etapa es silenciosa y encubierta, solo se encuentran el padre y el hijo. En el Har Sinaí la visión profética se expande a todo un pueblo, aunque todavía en un lugar apartado y oculto; el desierto. En Ierijó, se expande al resto de las naciones para que dejen el lugar de la tierra prometida al pueblo de Israel. En la redención final, la voz se expandirá en todos los rincones del mundo.

No hay una fuerza que pueda detener la evolución histórica del Shofar. La redención final llegará; con la fuerza del sacrificio de Isaac, de la entrega de la Torá en el Har Sinaí; también en la diáspora estremecedora el pueblo retornará a su tierra, lo hizo en la época de Ieoshúa con la conquista de Ierijó… hasta llegar a la profecía final de: “Y subirá el redentor por los montes de Sión”… y lo que dice el versículo: “El reino de Di-s dominará en todo el mundo”.

La voz del Shofar no es solamente una melodía estremecedora, representa la esencia de un ideal que difícilmente pueda ser definido con las palabras exactas. Las plegarias de Rosh Hashana son solamente un leve indicio del profundo concepto comprendido en el sonido del Shofar.



El sentido de nuestras vidas, la existencia de nuestro pueblo, se determinan en base a la evolución del Shofar. Hay quienes dirigen su vida en movimiento contrario al sonido del Shofar, hay quienes acompañan el sonido… hay quienes se mantienen indiferentes y estáticos… es por eso que, fuimos ordenados escuchar el sonido del Shofar todos los años al comienzo del mismo; nuestro cometido es evaluar la marcha de nuestras vidas con respecto a la influencia del campo magnético del Shofar y el sonido del mismo.



La voz del Shofar nos indica el camino a tomar; nos marca el ‘cómo’ de nuestra evolución espiritual. El sonido del Shofar, mejora nuestra percepción de la vida con el objetivo de mejorar constantemente la calidad de la misma.

Sólo nuestra concentración en “la voz interior” del Shofar… nos dispondrá para salir airosos en el juicio de Rosh Hashana, y nos indicará el camino de la redención.

RAB ISAAC RUBEN YACAR.

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