La rebelion en Libia se esta moviendo rapidamente, con fuerzas contrarias al iregimen consolidando su control sobre el oriente, estableciendo un gobierno provisional y recomenzando las exportaciones petroleras. Desde su bunker en Trípoli, Moammar Gadhafi promete luchar hasta el final, mientras que sus unidades de élite y mercenarios africanos matan al pueblo libio para protegerlo a él y a sus hijos.
No moviendose rápidamente ha estado la única superpotencia del mundo, la cual permanece detrás de la curva, luchando por responder y reacia a tomar el liderazgo. El presidente Obama esperó hasta el pasado miércoles para hacer su primera declaración pública. El no mencionó a Gadhafi por su nombre y delegó en los europeos presionar por sanciones de la ONU. La Casa Blanca ahora explica su reticencia diciendo que EEUU no podía actuar con fuerza hasta que todos los estadounidenses fueran evacuados de Libia.
En un artículo de primera plana en el Washington Post del domingo, Ben Rhodes, asesor adjunto de seguridad nacional para comunicaciones estratégicas, se encontraba en modo pleno de auto-justificación: "Cuando ustedes están sentados en el gobierno y se les dice que haciendo caso omiso de ese consejo"-de moderar la retórica y acciones de EEUU en Libia,- "podrían poner en peligro a los ciudadanos estadounidenses, esa es una línea que no se sentirían muy cómodos de cruzar."
Un Presidente de EEUU debe tener cuidado de proteger a los estadounidenses. Pero incluso si este fue el cálculo de la Casa Blanca, ustedes no querrían hablar de ello públicamente. Al tratar de contrarrestar las críticas a su jefe en casa, el Sr. Rhodes ha dicho al próximo régimen canalla tras los pasos de Gadhafi cuán fácil es paralizar la política de EEUU en una situación similar. Ustedes ni siquiera tienen que mantener como rehenes a los estadounidenses. Todo lo que necesitan hacer es mantenerlos en torno a una amenaza implícita que es posible hacerlo. Esto no hará más fácil poner a los estadounidenses fuera de peligro en la próxima crisis.
A lo largo de la sublevación de Libia, los líderes europeos - especialmente el primer ministro británico, David Cameron, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy - no han tenido palabra o acción vinculada con la difícil situación de sus nacionales. Este fin de semana, fuerzas especiales alemanas y británicas rescataron a un par de cientos de sus nacionales en misiones encubiertas sin el consentimiento de Libia. Estados Unidos envió un catamarán y barco a Trípoli, después que Libia le negó el permiso para que un avión aterrice. Los barcos estuvieron atrapados en el puerto durante dos días debido al mal tiempo y, finalmente, llevaron a los 167 estadounidenses para el viernes a la noche.
Los líderes europeos siguen mostrando más energía que el presidente Obama. El Sr. Cameron dijo que está trabajando con los aliados en un plan para hacer cumplir una zona de exclusión aérea sobre Libia para evitar que Gadhafi use su fuerza aérea contra las fuerzas rebeldes. El General Andul Fatteh Younes, quien renunció como ministro del Interior y desertó a la oposición, dijo a Al Jazeera ayer que sus fuerzas quieren una zona de exclusión aérea, siempre y cuando ningún avion extranjero aterrice en suelo libio. "De ninguna manera descartaremos el uso de los recursos militares", dijo el Sr. Cameron.
Si tan sólo la secretaria de Estado Hillary Clinton pudiera ser tan directa. Al hablar ante el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, que votó a favor de "suspender" ayer la membresía de Libia, dijo que "vamos a continuar explorando todas las opciones posibles para las acciones.... No hay nada fuera de la mesa." Pero ella no puso mucho en la mesa.
Mientras que los franceses enviaron dos aviones con suministros de ayuda humanitaria a Libia, los EEUU destinó $10 millones y se comprometió a estudiar las necesidades de Libia. El Pentágono anunció ayer planes para trasladar a las fuerzas armadas a la región, un proceso que debería haber comenzado hace más de una semana. EEUU no hizo ninguna promesa de apoyar una zona de exclusión aérea. Clinton pasó su tiempo presionando a los rusos por su continuo apoyo en el Consejo de Seguridad de la ONU, mientras que las batallas en Libia continuaban haciendo estragos.
EEUU podría comenzar a superar un nivel belga de liderazgo mundial a través del acercamiento a la oposición y extender el reconocimiento formal a su gobierno provisional. Aunque esto podría poner incómodo a Obama, Estados Unidos sigue siendo una potencia mundial con una posición excepcional para dar legitimidad a un nuevo gobierno libio. También debe estar preparado para vender armas a la oposición si así lo piden. El nuevo embargo de armas de la ONU es probable que no disuada a nadie que esté aun dispuesto a vender armas a Gadhafi en este punto, pero podría causar que algunos países no armen a la oposición. El mundo metió esa pata en Bosnia.
El argumento moral y estratégico para el liderazgo de EEUU en Libia es obvio. Un régimen terrorista está matando personas que aprecian el apoyo y protección de Estados Unidos. Una sangrienta guerra civil podría crear el caos que convierte a Libia en un estado norafricano fallido, un hogar ideal para grupos terroristas. EEUU debe apoyar a un gobierno provisional que puede asumir el control cuando el régimen colapse para restablecer el orden con el menor derramamiento de sangre posible. Qué es lo que está esperando el Sr. Obama?
Fuente: The Wall Street Journal- Esta nota fue traducida especialmente para el blog de OSA Filial Córdoba
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