lunes, 13 de septiembre de 2010

Crítica al ensayo “Introducción al nuevo antisemitismo” de Julián Schvindlerman

Crítica al ensayo “Introducción al nuevo antisemitismo” de Julián Schvindlerman

(Ediciones B´nai B´rith Latinoamérica Bs.As: 2010)
Por Dr. José Milmaniene

Médico psiquiatra y psicoanalista. Miembro titular y profesor del Instituto de Psicoanálisis de la Asociación Psicoanalítica Argentina.

Revista de la comunidad Amijai – Septiembre 2010 Año 18 No. 21
Este lúcido ensayo de Julián Schvindlerman configura un aporte sustantivo para la comprensión del complejo fenómeno del antisemitismo que acosa al pueblo judío a lo largo de toda su historia. Pero no se trata sólo de un ensayo erudito, pleno de datos sostenidos en abundantes referencias bibliográficas y en indiscutibles fuentes, sino que se palpita en sus páginas el compromiso ético de un intelectual, que nos advierte sobre los riesgos actuales que conlleva esta severa patología social.
En apretada y rigurosa síntesis, el autor nos demuestra que -más allá de las justificaciones religiosas, raciales, culturales o políticas- la judeofobia encubre un odio irracional hacia el judaísmo.
Se trata pues de deconstruir esta abominable concepción ideológica que hace de la muerte su única causa, y para ello el autor desmonta magistralmente los diversos ropajes y justificaciones que ha adoptado la judeofobia a lo largo de todas las épocas históricas, desde el paganismo hasta el cristianismo, y desde el mundo de la antigüedad hasta la Shoá en la modernidad.
Las reflexiones comprometidas del autor no sólo interrogan al fenómeno en sus expresiones manifiestas, sino que detectan y denuncian el germen de irracionalidad que anida en su estructura, a saber: es la existencia misma del pueblo judío, su propio Ser – tanto en la diáspora como en Israel- la que constituye una provocación insoportable, a la que hay estigmatizar para luego eliminar impiadosamente.

Esta hostilidad, que el pueblo judío soporta ancestralmente con heroicidad y fe en la redención mesiánica, se debe – además de los factores sociales, políticos, culturales y económicos concurrentes- al hecho de que los judíos le recuerdan a la humanidad la fidelidad irrestricta a la Ley y a los Textos fundacionales.

Los judíos son depositarios pues del odio que genera la imposición de la renuncia a los placeres instintuales propios del paganismo y su reemplazo por los mandatos éticos que obligan al respeto por la Ley. Ésta ordena las jerarquías generacionales, e instala la responsabilidad absoluta por la vida del semejante, al que se debe reconocer en su singularidad y en su irreductible diferencia.
La judeofobia representa el ataque al pueblo que recuerda a todas las generaciones el Pacto con la Ley, y el reemplazo del fetichismo idolátrico de las imágenes por las figuras de los símbolos y las letras que recuperan el valor del Nombre (Hashem).
Se odia pues a los judíos dado que estos representan el verdadero obstáculo -jamás pasible de integración- para la consumación de un hedonismo desaforado encubierto por la utopía de un amor idealizado, siempre más allá de la Ley.
Estas reflexiones de Julián Schvindlerman son más necesarias que nunca dado que se inscriben sobre un horizonte hostil signado por:
a) un creciente antisionismo; b) un marcado rebrote racista y fundamentalista; c) un renovado negacionismo de la Shoá; d) cierta complacencia de los mismos judíos con la crítica hacia Israel, expresión del permanente auto-odio, que inunda a los judíos que reniegan de su condición y e) el creciente neopaganismo que abomina de la palabra, exalta la violencia, confunde lo sagrado y lo profano, disuelve las categorías de normalidad y enfermedad y reivindica la perversión; en fin, un mundo por completo opuesto al valor de la Ley y la ética que transmite el judaísmo.
Este consistente texto de Julián Schvindlerman, no sólo informa sino que convoca a tomar conciencia de esta peligrosa patología ética, y sostiene sin concesiones la necesidad de alertar sobre la vigencia de la judeofobia, encarnada actualmente no sólo en el racismo sino en un virulento antisionismo.
Se trata de un texto abierto, que da a pensar y que nos recuerda una y otra vez que el sagrado “deber de memoria” implica fortalecer al pensamiento y la vida judía, para enfrentar con valentía a nuestros enemigos, que lo son también de la humanidad toda.

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