domingo, 11 de septiembre de 2011

El Islam en tiempos de crisis. ¿Qué es y que ofrece la corriente islamista? Parte I: Presentación general


por: Lic. Damián Elencwajg (Desde Buenos Aires)

horizonte web

INVESTIGACIÓN. En el marco del 9º aniversario de la fundación de nuestra revista, aparecida en formato de papel en Septiembre de 2002 hasta Octubre de 2007, y de allí en adelante; al actual formato electrónico, acercamos a nuestros lectores un exhaustivo trabajo de investigación sobre el Islam, elaborado por el Lic. Damián Elencwajg, en exclusividad para nuestro medio, que iremos publicando en seis (6) entregas, a partir de esta primera parte.

El año 2011 se inició con una serie de protestas y rebeliones en una parte aparentemente estable del mundo árabe-islámico. Meses después de los primeros estallidos, queda claro que algo ha sucedido en la región; lo que resulta muy difícil es poder prever su desenlace final. Sin la intención de dar una respuesta acabada acerca del futuro de cada uno de los países involucrados, algo realmente complejo por la magnitud de variables y por la volatilidad de algunas situaciones, lo que pretende el presente trabajo es servir de punto de partida en la comprensión de lo que podría implicar la opción islamista como camino de resolución de las crisis; conocer sus principios, fundamentos y especialmente desentrañar su compleja relación con la violencia y el terrorismo.

Presentaremos pues, el primero de una serie de artículos abocados al estudio del Islam como posibilidad de opción política. Si bien se espera que los mismos puedan ser leídos de manera independiente, la mayor riqueza posiblemente se de en la lectura conjunta de los mismos.

Introducción. Objetivo general.

Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, el mundo pareció organizarse en una tensa pero relativamente estable fórmula en base a dos grande polos antagónicos; pero todo cambiaría a principios de la década del 90 con el derrumbe y desaparición de la Unión Soviética.

Tras el cimbronazo inicial, los especialistas debieron renovar sus teorías para explicar el novedoso escenario internacional. Aún con grandes discusiones acerca de las características y el devenir del nuevo mundo, lo más evidente era que Estados Unidos se había posicionado como el gran vencedor, parecía haberse quedado sin nadie que le pudiera hacer sombra; algunos hasta hablarían del "Fin de la historia"[1].

Pero para disgusto de los que veían con buenos ojos un liderazgo unilateral, el mundo estaba lejos de acomodarse armónicamente bajo la órbita de una única potencia, y con el tiempo se irían fortaleciendo y multiplicando ideas y actores que no solo verían de modo negativo la influencia de los Estados Unidos, sino de muchas de sus ideas acerca del hombre, la política, la economía, la justicia, la moral y la religión.

Y de esa infinidad de manifestaciones y rechazos de la más diversa índole, serán quizás los atentados contra el Pentágono y el World Trade Center en septiembre de 2001 los que de forma más explícita y brutal grafiquen el rechazo de ciertos sectores al modelo occidental.

Bin Laden, Al Qaeda, fundamentalismo islámico y otros términos se irían incorporando al lenguaje coloquial sin que ello implique un conocimiento preciso del tema, difundiéndose por el contrario una visión bastante maniqueísta de guerra entre civilización y barbarie.

Hoy día, a casi 10 años de dichos ataques, -con las invasiones a Afganistán e Irak y el reciente asesinato de Bin Laden mediante- el debate en torno al islam vuelve a cobrar relevancia internacional. Ésta vez, no por acciones antioccidentales sino por problemas internos en regiones aparentemente estable del mundo árabe-islámico.

Protestas puntuales iniciadas en Túnez a fines de 2010, fueron creciendo en cantidad y representatividad generando una especie de efecto contagio en países como Argelia, Marruecos, Siria, Arabia Saudita, Bahrein, Jordania, Yemen, Egipto y Libia; regímenes que, aun con ciertos puntos comunes, partían de realidades más bien diversas.

Sin que se pueda identificar un único evento extraordinario que haya generado las distintas revueltas, los conflictos aparentan ser entonces la erupción articulada de toda una serie de reclamos y exigencias ya difundidas en la población. Mejoras económicas, reformas políticas y mayor respeto por las libertades y los derechos humanos afloran por doquier sin existir por ello una definición unívoca de lo que implica cada uno de esas exigencias.

Meses después de las primeras protestas, y aunque todavía sea difícil divisar el resultado final queda claro que algo ha sucedido en la región. Presentamos entonces tres posibles y esquemáticos escenarios.

Que los países hagan un giro hacia sistemas más cercanos a las democracias occidentales; que se produzcan cambios más de forma que de fondo y se perpetúen regimenes de corte autocráticos; o que se reorienten hacia modelos definitivamente islamistas.

Los primeros dos caminos no presentan tantos desafíos a los ojos de Occidente. Gobiernos democráticos son generalmente bienvenidos por la comunidad internacional. Autocracias relativamente estables por su parte, siempre y cuando no vayan contra el statu quo y mantengan buenos vínculos con las potencias, suelen ser toleradas y hasta sostenidas si determinados intereses económicos o políticos lo ameritan.

La opción islamista es un poco diferente. Con argumentos idealistas que van desde la defensa de las libertades y la lucha contra el terrorismo hasta posiciones meramente sustentadas en el desconocimiento o la falacia, el camino islamista suele ser resistido y hasta combatido desde Occidente.

Es hacia este rechazo pues, donde apunta este trabajo. No busca sin embargo analizar en profundidad las causas de esta oposición, predecir el futuro de los regímenes, ni la posibilidad o no de instauración de gobiernos democráticos en el mundo árabe islámico. Lo que pretende, es tratar de desterrar algunas nociones erróneas y aportar al menos ciertas precisiones que sirvan de punto de partida para entender lo que implica la opción islamista como solución para una crisis como la actual, sus orígenes, fundamentos y particularmente su intrincada relación con la violencia y el terrorismo.

Habiendo ya dejado sentadas las bases, trataremos en los próximos envíos de dar algunas definiciones básicas para la discusión que nos permitan profundizar el análisis específico del Islam Político.



Notas:

[1] Francis Fukuyama afirmaba en su polémico libro publicado en 1992 "El fin de la historia y el último hombre" que la historia humana como lucha de ideologías, había finalizado con el triunfo de la democracia liberal.

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