viernes, 23 de septiembre de 2011

No solo Hamas. Los opositores de Fatah están en casa

Cidipal,
Frente a la aspiración de Abu Mazen (de llevar al reconocimiento internacional del estado palestino, en los límites de 1967) aparecen barreras en casa. No se trata de una oposición natural en la imagen de Ismail Haniye, Khaled Mashal y la gente del movimiento Hamas, sino de voces opositoras que, a sus pasos, justamente en casa, hacen oír desde el movimiento Fatah.

La oposición a Abu Mazen en Fatah surge de la complejidad del movimiento. Fatah, que se encuentra desde la firma de los acuerdos de Oslo en un proceso de transición de un movimiento revolucionario a un partido institucionalizado, que conduce la vida parlamentaria en la Autoridad Palestina, contiene en su seno muchas corrientes de ideas y concepciones ideológicas competitivas. En ese contexto, existe una oposición interna, ideológica y política a Abu Mazen si bien es importante señalar que logra, con mano dura, gobernar el movimiento y sus miembros.

Fatah se ve obligada a enfrentar un ámbito político influido por divisiones sociales y normas sostenidas en tramas de intereses locales, regionales y tribales que superan, más de una vez, el interés nacional. Ello es consecuencia de una división social y tradicional según las diferentes líneas de descripción. Así, por ejemplo, los urbanos se encuentran en enfrentamiento con los del ámbito provinciano y los seguidores de Fatah de los campos de refugiados sostienen intereses políticos diferentes a los de la conducción elitista, surgida en la diáspora y que retornó a los territorios a partir del acuerdo de Oslo. Todo ello sin mencionar la división entre Cisjordania y la Franja de Gaza y la tensión inter-generacional existente entre los miembros. Esa compleja estructura político-social es la que debe Abu Mazen timonear hacia el sendero de oro que mantenga al movimiento Fatah unido alrededor de su líder.

Las diferentes divisiones convierten a Fatah en una especie de supermercado de ideas. Si bien la línea gobernante se identifica, en la actualidad, con la solución de dos estados, existen otras voces.

Fatah en esencia, es un movimiento de liberación nacional. Su centro ideológico se sostenía, en el pasado, en la lucha armada como herramienta para crear la imagen del nuevo palestino. La violencia, decían en Fatah, borrará la vergüenza y el déficit del pasado del refugiado palestino y creara una nueva generación de guerreros que pelearan hasta la creación de Palestina sobre las ruinas del Estado de Israel. El enfrentamiento con la realidad y la comprensión acerca de que no existe una solución militar, empujó al movimiento a aceptar la idea de dos estados. Pero, su ética, aún se forja en las raíces de la lucha armada y en la evidencia que abrió sus puertas a los palestinos pertenecientes a todos los grupos y sectores: urbanos, provincianos e islamistas, junto a sus seguidores del pasado, de la concepción pan-árabe. En el presente, cuando Fatah se convirtió en el partido gobernante (a pesar de perder ante Hamas en las elecciones parlamentarias palestinas, en 2006, aún se considera, a sí mismo, el partido gobernante en todo) y requiere redefinir sus objetivos, existen voces que hablan de otras soluciones.

Entre los que apoyan la ex concepción pan-árabe de Fatah, se encuentra un grupo que ve en la solución de dos estados, un destino fracasado. Ese grupo cree que, la solución última al conflicto israelí-palestino, es la creación de un solo estado democrático, desde el mar al río. Una solución de ese tipo llama a la destrucción del emprendimiento sionista, a través de los instrumentos diplomáticos y por la vía no violenta. A ese grupo se unieron miembros de Fatah que, en el pasado, apoyaron el principio de dos estados pero, la continuidad de la construcción en los asentamientos, los llevó a una postura de decepción. Argumentan la imposibilidad de dividir, físicamente, a los pueblos y las partes están sentenciadas a vivir una al lado de la otra.

Además de esa corriente, existen en Fatah grupos de orientación islámica en la que, parte de ellos, niega la idea de dos estados dado que, la concepción religiosa, ve en toda la tierra de Palestina un tesoro sagrado islámico. Ese grupo es minoritario desde el punto de vista de la influencia política que tiene y, la mayoría de sus seguidores, pertenecen a los brazos armados de Fatah y las fracciones que actúan en el marco de las Brigadas de Al Aqsa.

A pesar de la oposición interna-institucional, Abu Mazen sostiene bien el sistema y aprieta las riendas con fuerza. Logró anotar, para el movimiento, un logro político como no hubo otro y llevó al 6° encuentro de instituciones de Fatah (agosto, 2009), a más de 20 años después del último encuentro. Más de 2000 miembros llegaron a la zona desde todos los lugares de la diáspora árabe, Europa, Asia y Sudamérica. Paradojalmente, la presencia de los representantes de la Franja de Gaza, fue impedida por el movimiento Hamas, que no los autorizó a salir de los territorios de la Franja.

En el encuentro de la Convención, Abu Mazen registró un logro político que, incluso su antecesor, Yasser Arafat, no obtuvo. El mensaje fue que Abu Mazen gobierna el movimiento con mano dura, enfrenta bien las amenazas desde casa y no le teme a los procesos de renovación en el nivel de las instituciones. Mohammad Dahlan, se vio obligado a abandonar Ramallah mientras, sus hombres, son frecuentemente investigados.

La oposición existe pero, actualmente, el movimiento se suma al éxito del paso diplomático que Abu Mazen lidera en Nueva York. En la realidad de un complejo conflicto con una historia que contiene sentimientos heroicos, siempre habrá apoyo en Fatah a la idea de un estado. La función de Abu Mazen es crear una realidad para su pueblo que lo conduzca a un estado soberano. Abu Mazen bien sabe que una realidad de ese tipo será posible solo sobre la base de un borrador de dos estados para dos pueblos en los límites aceptados por el Estado de Israel y que garanticen sus intereses de seguridad. Con ese mensaje, que no es ni fácil ni sencillo a los oídos palestinos, Abu Mazen debe superar a esa misma oposición que se organizó, frente a él, dentro del movimiento Fatah.





El Dr. Ido Salkowitz, es especialista en Sociedad y Política palestina. Profesor en la Facultad de Historia del Medio Oriente e investigador en el Centro Ezri de Investigación de Irán y Países del Golfo Pérsico, de la Universidad de Haifa.

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