domingo, 25 de septiembre de 2011

UN ESTANCAMIENTO INCITARÍA A LA VIOLENCIA

UN ESTANCAMIENTO INCITARÍA A LA VIOLENCIA

Cinco razones en contra de la declaración de un Estado palestino en la ONU

Eli Cohen

1. El unilateralismo no es el camino marcado



En primer lugar, declarar unilateralmente el Estado palestino, contradice los acuerdos y tratados firmados entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y las resoluciones emanadas del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSONU). Por ejemplo, para que su propuesta llegue a buen puerto, Mahmud Abbas ha invocado a las resoluciones del CSONU 242, 338 y 1850, obviando que en las tres se piden explícitamente medidas acordadas en negociaciones directas.

Así, según la Declaración de Principios del 13 de septiembre de 1993, que formalizó el proceso de paz directo entre israelíes y palestinos, en el artículo XV se requería que un Comité de Arbitraje resolviera las disputas entre ambas partes. Igual sucedió con el Acuerdo Interino firmado en Oslo en 1995, en el cual en su apartado XXI sobre las diferencias y las disputas, se insiste en las negociaciones y en el abandono de las posiciones unilaterales.

Con el Memorando de Sharm el Sheik, firmado el 4 de septiembre de 1999, también se incidió de nuevo en evitar acciones unilaterales y apelaba al Acuerdo Interino firmado en Oslo. En Camp David II o la siempre citable pero poco aplicable Hoja de Ruta, se vuelve a recalcar un acuerdo negociado basado en las resoluciones 242 y 338 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Por tanto, los acuerdos de paz firmados entre las partes y las resoluciones del CSONU exigen negociaciones bilaterales, como han advertido tanto Barack Obama como Tony Blair, representante del Cuarteto (ONU, UE, Rusia y EE UU) para la paz en Oriente Medio.

Una declaración unilateral que establezca el Estado palestino en las condiciones actuales y bajo la forma que desea Mahmud Abbas, perjudicará el proceso de paz, como nos recuerda el penalista de la Universidad de Harvard, Alan Dershowitz, en su artículo La votación en la ONU retrasará la paz publicado en The Wall Street Journal, amén de ser contraproducente para la seguridad de ambas sociedades y contraria al derecho internacional público.

2. Una resolución positiva sería papel mojado


En segundo lugar, establecer el Estado palestino mediante una resolución de la Asamble General de Naciones Unidas (AGONU) no es la vía adecuada. Recordemos que, las resoluciones de ésta, formada por la totalidad de los miembros de la ONU, 193 países –recién incorporado Sudán del Sur-, se aprueban por mayoría simple y no son vinculantes. Es el Consejo de Seguridad el que emite resoluciones obligatorias y coactivas. Por tanto, una eventual resolución de ésta a favor sería significativa, pero no tendría efectos prácticos ni coercitivos para que dicho Estado nazca. De hecho, como ha declarado a The Associated Press el primer ministro de la ANP, Salam Fayyad, será una medida de presión política pero no cambiará la situación de los palestinos. Abbas, pese a que sabe que EE UU vetará la propuesta en el Consejo de Seguridad, quiere pedir formalmente al organismo que acepte a Palestina dentro de las fronteras anteriores a la Guerra de los Seis Días, como miembro número 194 de la ONU, ya que, un status similar al de Kosovo no es deseable para los palestinos que han ganado una legitimidad considerable en Occidente. De hecho, desde 1974, la OLP tiene status de observador en la AGONU, y ante el veto estadounidense, la Asamblea si puede declarar a Palestina como Estado no miembro.

Sin embargo, Kosovo sí tiene los tres elementos básicos para la existencia de un Estado que no poseen los palestinos: población, organización política y territorio. De este último requisito los palestinos adolecen sin unas fronteras definidas y sin una comunicación y libre circulación entre sus territorios –el pasillo entre Gaza y Cisjordania. Estos aspectos legales son analizados profundamente por el asesor político y antiguo negociador del Gobierno israelí Tal Becker en su estudio sobre las implicaciones que trae declarar al Estado palestino unilateralmente en las condiciones actuales publicado por el think tank The Washington Institute for Near East Policy. Becker destaca, entre otras cosas, que para que surtiera efecto la declaración unilateral, se deben cumplir estos tres requisitos legales exigidos.

3. Legitimará el terrorismo de Hamás


En tercer lugar, a falta de existir una Palestina, actualmente existen dos: la liderada por el grupo islamista Hamás en Gaza y la gobernada por la OLP tras Yaser Arafat en Cisjordania. Según afirma Steven Rosen del Middle East Forum, declarar unilateralmente el Estado palestino es legitimar internacionalmente a Hamás y a su régimen, y no se debe olvidar que la organización islamista está considerada como grupo terrorista tanto en EE UU como en la UE. Además, Hamás tiene como objetivo la destrucción de Israel -artículos 6 y 11 de su carta fundacional-, continúa con el lanzamiento de cohetes a las ciudades israelíes colindantes con la Franja, y se niega a dar pruebas fehacientes de que el soldado franco-israelí Gilad Shalit secuestrado hace cinco años sigue vivo -no es prisionero de guerra porque no se le ha aplicado la Convención de Ginebra al no permitir, por ejemplo, que la Cruz Roja le visite-, sin olvidar que en la memoria de los israelíes siguen vivos los años más duros de la Segunda Intifada cuando los hombres bomba enviados por Hamás se inmolaban en cafeterías, discotecas y autobuses. Por lo tanto, ningún líder israelí sensato puede aceptar ese timbre de legitimidad que se le daría a Hamás estableciendo un Estado palestino en Gaza y Cisjordania.

4. Palestina debe aceptar la convivencia y ser democrática


En cuarto lugar, los líderes palestinos han demostrado sus carencias en practicar pedagogía de la convivencia democrática. Maen Areikat, embajador de la OLP en EE UU, ha declarado recientemente que la futura Palestina no tendrá una minoría judía y que los palestinos y los israelíes deben estar totalmente separados. Además, en los colegios de la ANP se siguen enseñando consignas antisemitas y negacionistas en los libros de texto, según informó la Liga Antidifamación y el rotativo Jerusalem Post. La Palestina que debe nacer, ha de ser democrática y aceptar ciudadanos judíos como lo hace Israel, donde viven un millón y medio de árabes disfrutando de derechos ciudadanos, y no buscar la segregación y seguir gobernando bajo prejuicios intolerantes.

5. Generará violencia


Por último, una resolución de la AGONU positiva y un veto en el CSONU, suponen un estancamiento -sino empeoramiento- de la actual situación. El Estado quedará constituido en un papel, pero no cambiará la vida de los palestinos, lo que reforzará nuevamente a los sectores radicales, en detrimento de los moderados, según afirma Joel Braunold, antiguo director de Relaciones Exteriores del One Voice Movement. Las negociaciones quedarán totalmente inertes y losgrupos extremistas podrían aprovechar el descontento y la frustración del pueblo palestino ante el nuevo atasco de sus aspiraciones para incitar a la violencia. Así el Ministerio de Seguridad Pública de Israel está estudiando aplicar la Ley de Emergencia y movilizar a reservistas para sofocar posibles disturbios en Cisjordania. Incluso el Gobierno israelí ha repartido armas no letales entre los colonos ante posibles altercados como los que tuvieron lugar en mayo en la frontera con Siria.

Con las revueltas árabes asomando alrededor del epicentro del conflicto, Oriente Medio no puede permitirse una Tercera Intifada, ya que como apunta el analista israelí Pinhas Inbari del Jerusalem Center for Public Affairs existen indicios de que las organizaciones palestinas, desde Al Fatah hasta Hamas, están preparándose para el estallido de una ola de violencia después de la votación en la ONU. Si bien, señala Inbari, citando a Hatem Abdelqader, alto miembro del Consejo Revolucionario palestino, dicha explosión dependería del futuro de Abbas como líder tras el éxito o fracaso de su propuesta en las Naciones Unidas, ya que éste se ha pronunciado en varias ocasiones contrario al uso de la fuerza.

En definitiva, un Estado palestino en las formas y condiciones actuales, como acaba de declarar Madeleine Albright, secretaria de Estado de la era Clinton, no ayudará a la consecución de la paz

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