jueves, 26 de enero de 2012

Las sanciones ahogan ¿por qué desde julio?


Ron ben Yishai

El embargo del crudo contra Irán, impuesto por los cancilleres de la Unión Europea, dolerá mucho al régimen en Teherán y, también, al pueblo iraní. Si bien los países de la Unión Europea no constituyen el mayor ni principal mercado del petróleo iraní, no son socios del principal comercio de los Ayatola. China es la propietaria de esas dos cualidades. Pero, el boicot efectivo europeo contra el crudo iraní, el congelamiento de bienes del Banco Central de Irán y la prohibición de mantener relaciones con esa entidad, a la par de la prohibición a las inversiones en las industrias petroleras y los materiales petroquímicos iraníes, propiciarán un golpe económico muy fuerte contra Irán. El solo hecho de la decisión sobre esa toma de medidas constituye, desde ahora, un ruidoso golpe moral y diplomático para el régimen conservador de Teherán, en vísperas a las elecciones al parlamento, que tendrán lugar en dos meses. Lo que no es menos importante es la coordinación y sincronización sobre el tema de las sanciones que fueron alcanzadas y materializadas entre Bruselas y Washington, por medio de las cuales, lograron los aliados occidentales, de ambos lados del océano Atlántico, rodear al bloque ruso-chino que boicoteaba una nueva ronda de sanciones efectivas contra Irán en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Las sanciones de la Unión Europea tienen prevista la entrada en vigencia en seis meses, en el mes de julio del corriente año al mismo tiempo que la entrada en vigencia de la ley norteamericana, que boicotea empresas que hagan negocios con el Banco Central de Irán y compren petróleo al régimen de Teherán. El Presidente Obama, ya firmó la ley y solo debe decidir hasta el verano qué países o empresas comerciales obtendrán la excepción. El Congreso norteamericano otorgó al presidente Obama, tras un esfuerzo de convencimiento difícil por parte del gobierno, el derecho a postergar levemente, la concreción de la ley de boicot contra Irán si ve, en algunos meses, que su puesta en acción provoca la grave suba de precios en los precios del crudo. Ello puede afectar la economía norteamericana que comienza a despegar y puede atentar contra las probabilidades de Obama de ser electo para un segundo período de gestión en la Casa Blanca.

Según parece, los europeos anexarán retracciones y condicionamientos a la decisión sobre las sanciones. Pero, si la medida coordinada se concreta con firmeza, tal como está escrito y dicho, Irán se verá obligado a encontrar nuevos clientes para el casi 40% del petróleo que produce en el presente; es decir bajar los precios y ofrecer descuentos drásticos a China, a los países de Asia y Sudamérica y, también, para los comerciantes del mercado negro. Más aún, Irán se verá obligado a usar los canales internacionales, alternativos y complejos, en su mayoría secretos y no del todo legales, para obtener el pago por las ventas del crudo y pagar sus deudas. Todo canal o mediador pondrá su precio por el riego y la clandestinidad lo que deteriorará, aún más, el flujo de líquido a las cajas de Banco Central y los bancos comerciales de Irán.

Ya en la actualidad, aún antes de entrar en vigencia las sanciones de Europa y Estados Unidos, el real iraní se desplomó en los mercados monetarios no-oficiales de Irán. Los civiles buscan y compran dólares a un valor doble y triple al del índice efectivo en vigencia hasta hace un mes. El deterioro en el valor del Real, que continúa hasta hoy, revela pesados temores de la clase media urbana en el país por el devenir y genera una amenaza potencial a la estabilidad del régimen actual en Teherán.

La suposición común a todos los organismos de inteligencia en Washington y hasta Ryad, es que el motor de la presión más efectiva contra Khamenei y su gente es la amenaza real a la estabilidad del régimen. Por eso, el mensaje que transmite Occidente en estos días hacia Khamenei es claro: renunciar al programa de armas nucleares porque, de otro modo, el gobierno estará bajo peligro por las sanciones que se les impondrán.

La pregunta que cabe ahora es ¿por qué Estados Unidos y Europa esperan al verano y no ponen en funcionamiento las agobiantes sanciones? Es sabido que, en éste tiempo, dan vuelta, con bastante rapidez, miles de centrífugas en Natanz y cientos de centrífugas en la nueva planta de Fordo, junto a la ciudad de Qom, donde enriquecen uranio. Al principio, enriquecían a un grado bajo (3,5%) y luego a un nivel medio (20%), de allí es corto el camino al enriquecimiento a un nivel del 90% y más, lo que sirve de material explosivo para la producción de la bomba. El programa de desarrollo y diseño de armas nucleares, que se concreta al mismo tiempo, avanza, aunque a pasos más lentos. Olli Heinonen, el científico que fuera subjefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica y se ocupó de la inspección para la prevención de programas nucleares militares en Irak e Irán, estima hoy la situación nuclear de Irán: los iraníes producen, en el presente, uranio enriquecido a un nivel bajo, 3,5%, a un ritmo de 140-150 kg. cada mes. Ahora cuentan con 5200 kg de uranio a un nivel de enriquecimiento bajo y, a fin de año, tendrán casi 7 toneladas de uranio enriquecido a bajo nivel. Esa cantidad alcanza para la producción de 6-7 artefactos de explosivos nucleares.

Lo más grave es que Irán enriquece uranio a un nivel del 20 por ciento, desde donde es corto el camino para el enriquecimiento al nivel del 90 por ciento, material que sirve de corazón a las armas nucleares. A los fines del enriquecimiento de uranio rápidamente, a ese nivel, Irán usa nuevas centrífugas de producción propia, del tipo IR-1. En Natanz ya trabajan dos centrifugas rápidas y eficaces y, en Fordo, se pusieron en funcionamiento, hace dos semanas, baterías del mismo modelo. En la actualidad, los técnicos iraníes colocan otras dos baterías de centrífugas IR-1 en Fordo. En dos semanas, Irán contará con seis baterías IR-1 activas (en cada batería hay 164 centrífugas), que enriquecerán uranio a un nivel del 20% del interior del depósito de uranio que ya fue enriquecido a bajo nivel. El ritmo de producción, según Heinonen, será de 15 kg. de uranio enriquecido a nivel del 20% cada mes. Para fabricar un artefacto explosivo nuclear u ojiva nuclear se requieren 220-250 kg. de uranio enriquecido al 20% (a las que enriquecen al 90%). En el momento en que Irán acumule esa cantidad, sus científicos podrán fabricar un artefacto explosivo nuclear en un mes, con los medios a su disposición en éste momento.

Heinonen estima a partir de la información en su poder, confiable y autorizada, que a fines del año actual, Irán contará con toda esa cantidad de uranio enriquecido a un nivel del 20% y quizás más. Entonces, sus líderes podrán elegir entre una de las dos opciones:

- producir un artefacto explosivo nuclear en un mes y algo más –y algunos meses después una ojiva nuclear operativa de combate

- o, en su defecto, convertirse en un “un estado nuclear”, es decir, estar frente a una situación en la que, al momento en que su conducción suprema lo decida, los científicos iraníes puedan crear las armas nucleares en contados meses.

En una situación de esas características (julio del corriente año), cuando se pongan en funcionamiento las sanciones agobiantes a manos de la Unión Europea y Estados Unidos, Irán estará a una distancia de medio año de la bomba o, quizás, más cerca aún. Hasta que las sanciones comiencen, realmente, a dolerle a Irán, pasará por lo menos otro medio año y entonces ya será demasiado tarde. Así por lo menos, lo sostienen en Israel. El Primer Ministro, Biniamin Netanyahu y el Ministro de Defensa, Ehud Barak, afirman que, a fin del año actual, Irán será, de hecho, propietaria de una capacidad nuclear militar- lo que es denominado “país nuclear” y lo que no es menos grave –la fortificación iraní reducirá la posibilidad de atacar sus instalaciones nucleares y la cantidad de uranio enriquecido acumulado.

Los norteamericanos y europeos ven, ante ellos, una agenda de tiempos diferente, menos presionada. Sostienen el hecho que, la decisión de principios, de imponer sanciones y materializar la amenaza en el verano, crea una pesada presión sobre el régimen en Teherán. Testimonio de ello es el nerviosismo que revela Teherán, la declaración del régimen sobre su disposición a reanudar el diálogo con la Unión Europea, la disposición a autorizar la visita de la Agencia de Energía Atómica de la ONU en las instalaciones nucleares el 28 del mes, a fin de aclarar los argumentos de la AIEA que Irán desarrolla armas nucleares. Hasta el presente, Irán se negaba a debatir, con seriedad, los hallazgos de la AIEA sobre el tema.

Irán se comporta como si nada hubiera pasado, cuando el porta-aviones norteamericano y decenas de buques de guerra de la Flota norteamericana, Gran Bretaña y Francia atraviesan con una flota, orgullosa y provocativa, el estrecho de Ormuz. Ello, a pesar de la clara amenaza iraní de hace dos semanas de que no permitiría un pasaje de ese tipo. De hecho, dicen en Washington y Bruselas, la presión contra Irán ya funciona y los resultados se reconocen en el terreno. Lo que es más importante es que, esa presión, no es el motivo para la suba en los precios del petróleo.

El segundo motivo de postergación para la puesta en funcionamiento de las sanciones occidentales es el tiempo requerido, para los países europeos y las empresas comerciales, a lo largo del mundo de encontrar sustitutos al crudo iraní y mercados alternativos a las mercancías que Irán compra. El boicot al petróleo es imposible imponerlo de hoy para mañana. Los países deben encontrar fuentes de energía e ingresos alternativos y eso toma tiempo. Si todo va como está programado en julio, cuando las sanciones norteamericanas y europeas entren en vigencia, Irán se verá en dificultades de dar vuelta la rueda hacia atrás, dado que los países y empresas que comercian con ese país en la actualidad, estarán vinculadas a nuevos contratos alternativos con Arabia Saudita y los países del Golfo, árabes, que garantizaron aumentar su producción de petróleo y venderlo a los ex clientes de Irán, a pecios de mercado.

Por ese motivo, el efecto de las sanciones comenzará a ser sentido en Irán ya en los próximos meses, cuando se aclare si, los países de Asia y Europa y las empresas comerciales de allí, se disponen a la concreción de las sanciones norteamericanas y europeas, a través de la firma de nuevos contratos. En cuatro meses, en mayo, la Unión Europea se propone re-examinar el tema de las sanciones y decidir si continuar el proceso. Lo que determinará si se frenara o continuara en ese punto de tiempo, es la disposición que manifiesten los iraníes a dialogar y llegar a acuerdos en el tema del enriquecimiento de uranio y la suspensión del programa de desarrollo nuclear. Así se manifiestan los norteamericanos y europeos sobre la buena voluntad del régimen en Teherán. Ellos dejan a Khamenei y Ahmadinejad pasar en paz las elecciones y hasta manifiestan hasta cuánto se esfuerzan en frenar a Israel, con el objetivo de incentivar a los iraníes a revelar buena voluntad por su parte y permitir el diálogo que lleve a un acuerdo. Por ejemplo, un acuerdo posible sería alcanzado, por medio de Turquía, según el cual el uranio que Irán ya enriqueció pase a un país occidental o a Rusia. Allí se produciría, con eso petróleo refinado que sería devuelto a Irán para el uso en su reactor de investigación. Existen también otras propuestas de acuerdo que pueden ser materializadas, con facilidad, si Irán revela disposición de llegar a un acuerdo. Si no –continuarán los preparativos para la concreción de las sanciones.

Hasta aquí, la concepción euro-norteamericana con respecto a la agenda de tiempos para frenar a Irán, sin hacer uso de la opción militar. Se entiende que, si las sanciones fracasan, Estados Unidos evaluará, además de Israel, un ataque a las instalaciones nucleares de Irán. La pena es que la agenda de tiempos euro-norteamericana permite a Teherán desarrollar su proyecto nuclear militar sin molestias. El país deberá soportar, el segundo medio año de 2012, un daño económico pesado a causa de las sanciones pero, al finalizar 2012, Irán, será, de hecho, una potencia nuclear o, por lo menos, “un estado casi-nuclear”, que es casi lo mismo. Irán ocupará la misma posición en la que se encuentra hoy Corea del Norte , si bien aislado en el ámbito internacional, pero nadie se atreve a pensar, con seriedad, un ataque en su contra, por temor a que haga uso de sus misiles y su poderío nuclear acumulado contra sus vecinos, mientras todos esperan su apertura para que acepte continuar con la inspección de la AIEA y el congelamiento de la producción de su material explosivo y armas nucleares, a cambio del levantamiento de sanciones y beneficios económicos.CIIPAL

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